In memoriam, Jackson «Butch» Guice
Un recuerdo al ilustrador estadounidense recientemente fallecido.


Hace unos días, la página caralibrera del ilustrador Joe Jusko anunciaba el fallecimiento, víctima de una neumonía, del dibujante Jackson «Butch» Guice, a la edad de sesenta y tres años. Su deceso cierra una carrera que se ha prolongado por más de cuarenta años.
Oriundo de la ciudad tenesiana de Chattanooga, dio sus primeros pasos como fancinero y a principios de los ochenta tendría su oportunidad, haciendo encargos para pequeñas editoriales, desembarcando en la casa de las ideas por mediación de Bill Mantlo. Con él haría algunos encargos en las colecciones jugueteras que el guionista escribía, ROM y los Micronautas. Sería el dibujante de la miniserie que reuniría a estos últimos con la Patrulla-X. A los patrulleros seguirían los bebecitos y los facturados, firmando breves etapas en dos de las tres colecciones de la escudería-X. Su estilo de esos años es sencillo y efectivo, bueno para la narrativa de las historias que le toca dibujar. Sería él quien acompañaría a Bob Layton en la empresa de lanzar Factor-X, una colección protagonizada por el quinteto fundador de la Patrulla-X. Esta serie, como se ha comentado en no pocas ocasiones, será la primera grieta en el control que Chris Claremont tenía sobre la familia mutante, pero la presencia de Guice será corta. Layton será rápidamente sustituido por Louise Simonson, antigua editora y guionista de confianza del patriarca mutante y el guionista y entintador se verá seguido por el dibujante. Juntos volverían a colaborar en la serie del Hombre de Hierro, durante la segunda etapa de don Bob junto a David Michelinie en la colección férrica. A finales de la década, Guice se convertiría en el dibujante regular de la serie del Doctor Extraño, aplicando a su estilo un cambio notable, pero no adelantamos acontecimientos. Durante esa misma década trabajaría también para DC, siendo el dibujante de la colección dedicada a Wally West como el nuevo Flash, una vez que éste heredara el manto de su tío Barry, al final de Crisis en Tierras Infinitas. Su labor en ambas compañías le abrirá la puerta a dibujar ciertos proyectos conjuntos, pero vayamos por partes.
Los noventa traen a un Jackson Guice que continúa trabajando junto al tándem Thomas en las aventuras del hechicero supremo marveliano. Su estilo cambia hacia un realismo un tanto formado en el que el uso de referencias fotográficas traerá algún que otro disgusto en la forma de demanda resuelta extrajudicialmente. Del mundo mágico de la casa de las ideas daría el salto nuevamente a DC, donde se encargaría de dibujar a Superman en las páginas de Action Comics por un periodo de tres años. En esa época el Hombre de Acero disfruta de las mieles de una popularidad derivada de su épica muerte, habiendo logrado renovar el interés de una afición que se decantaba crecientemente por el Detective. Durante ese tiempo tendría tiempo para acercarse a Dark Horse y trabajar con los personajes cinematográficos que la editorial tenía cedidos, como Terminator, Alien o Depredador. A finales de esa década sería el encargado de dibujar una de las miniseries protagonizadas por Acceso, el personaje compartido entre Marvel y DC que surgiera del inflado cruce publicado como respuesta a la creciente importancia del pujante sello Image.
El cambio de siglo trae a Guice de vuelta a la casa de las ideas, donde ejercerá de lapicero y entintador de las andanzas de personajes como Iron Man o el Capitán América. Deja tras de sí una dilatada carrera donde también trabajó para empresas como Valiant, IDW o Crossgen.
