Un joven se enfrenta a 11 años de prisión por dejar sin ojo a otro con una pistola de aire comprimido

El acusado dice no ser consciente de lo que hacía porque iba drogado.

Mar 26, 2025 - 20:13
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Un joven se enfrenta a 11 años de prisión por dejar sin ojo a otro con una pistola de aire comprimido

La Audiencia de Girona ha juzgado a un joven que se enfrenta a 11 años de prisión por dejar sin ojo a otro con una pistola de aire comprimido. Los hechos pasaron hace tres años en un camping abandonado de Palamós (Girona). El acusado ha admitido haber disparado, pero ha afirmado no ser consciente de lo que hacía porque iba drogado. "Fue un acto repentino y no lo hice de manera intencionada", ha declarado. Su versión choca con la de la víctima y un amigo en común, que aseguran que el chico sabía que la pistola estaba cargada y que aprovechó que el otro estaba de espaldas para dispararle justo cuando se giró. Fiscalía y acusación le imputan lesiones con la agravante de alevosía y reclaman que pague casi 110.000 euros de indemnización.

El caso que ha llegado este miércoles a juicio ocurrió el 18 de marzo de 2022. Entonces, el acusado hacía un mes y medio que conocía al amigo de la víctima, y los dos vivían en la calle. Aquella noche la pasaron en un camping abandonado. Hacia la una del mediodía, la víctima -un joven que entonces tenía 22 años- llegó hasta el lugar en moto. Acababa de salir de trabajar y se acercó al descampado para llevarles comida. Según se ha destacado en el juicio, hacía solo dos días que conocía al procesado.

El joven tenía una pistola de aire comprimido, y él y su amigo solían hacer disparos para pasar el rato. La munición eran balines de plástico. Aquel día, la víctima cargó la pistola, la dejó en un muro, y se alejó unos metros para situar la diana. Cuando se giró, el acusado le estaba apuntando con el arma y le disparó a una distancia de entre dos y dos metros y medio. El disparo impactó de lleno contra su ojo izquierdo. El amigo que ambos tenían en común lo llevó al hospital, donde ingresó durante tres días. A raíz del disparo, ha perdido completamente la visión del ojo, concretamente un 99,97%.

Durante el juicio, el acusado ha reconocido haber disparado la pistola contra el joven. No obstante, ha dicho que lo hizo "al azar" y sin "ninguna intencionalidad" porque se encontraba afectado por el consumo de cannabis y aquella noche había dormido poco. "No veía nada y fue un acto repentino, ni siquiera recuerdo a qué distancia me encontraba; levanté el brazo y disparé", ha explicado ante el tribunal.

El procesado ha añadido que no tenía "ningún motivo" para hacerle daño a la víctima y también ha precisado que, como estaba bajo los efectos de las drogas, tampoco "era consciente" de que la víctima les había dicho que no tocaran la pistola porque estaba cargada.

"Sabía lo que hacía"

Su versión choca completamente con la que han explicado tanto la víctima como el amigo que los dos tenían en común. El joven a quien el procesado vació el ojo ha declarado que, aquel mediodía, cuando salió de trabajar, les fue a llevar comida porque sabía que su amigo estaba "pasando una mala temporada".

Cuando estaba en el descampado, ha explicado que cargó la pistola de air soft ante los otros dos, y que les dijo que no la tocaran porque estaba cargada. Incluso, ha precisado que el acusado le preguntó qué tipo de munición tenía, si eran "bolas de plástico o de hierro".

Después de alejarse para colocar la diana, se giró y vio como el procesado le estaba apuntando con la pistola. Y, sin darle tiempo a reaccionar, le disparó en un ojo. El joven ha dicho que se desmayó y que pudo llegar al hospital con la ayuda de su amigo, que lo socorrió.

El joven ha explicado que, a raíz de los hechos, ha tenido que dejar de hacer deporte y que ha visto como "el 80% de las cosas que hacía antes" ya no las puede hacer igual. Además, la situación también le ha afectado personalmente, le ha minado la autoestima y tiene que medicarse porque tiene depresión. "Mi ojo ahora es una pantalla en negro; lo que pasó no tiene ningún tipo de lógica", ha declarado.

Por su parte, el amigo que los dos tenían en común, ha avalado el relato de la víctima. Ha explicado que el joven les pidió "por favor" que no tocaran la pistola hasta que no hubiera colocado la diana, porque estaba cargada, y que el procesado le disparó sin que el otro tuviera tiempo de reaccionar.

"No fue sin querer, era muy consciente de lo que hacía", ha afirmado en la Audiencia de Girona. El joven, además, ha desmentido que el procesado estuviera afectado por el consumo de drogas, porque si bien consumía cannabis "ocasionalmente", y se hacía "uno o dos porros de marihuana al día, como mínimo hacía 48 horas que no fumaba".

11 años de prisión

La fiscal y el abogado de la acusación particular imputan al procesado un delito de lesiones en la modalidad de pérdida o inutilidad de órgano principal. Consideran que se le tiene que aplicar una agravante de alevosía, y reclaman que se imponga al acusado una pena de 11 años de prisión, además de la prohibición de acercarse a menos de 400 metros de la víctima durante un plazo de 16 años. En materia de responsabilidad civil, reclaman que el joven tenga que indemnizar al otro con 109.616,3 euros (por la pérdida del ojo, el daño moral y las secuelas que ha quedado).

La defensa, por su parte, solicita la absolución. Al principio del juicio, el abogado del joven ha aportado varios informes que certifican que consumía droga y que sufre una discapacidad del 35%. De manera alternativa, pide que se le impongan las penas mínimas por un delito de lesiones por imprudencia grave, con las atenuantes de alteración psíquica y drogadicción (un extremo que las acusaciones rechazan).

Al final del juicio, y en uso de su último turno de palabra, el acusado ha reiterado que no tenía motivo para disparar contra la víctima, que se arrepintió al momento y que, a pesar de que es insolvente, pagará aquello que se le pida "para evitar entrar en prisión". El juicio, que se ha celebrado en la Sección Tercera de la Audiencia de Girona, ha quedado visto para sentencia.