Si ya parecía increíble aquello de
Milinko Pantic, que marcó cuatro goles en el
Camp Nou pero sucumbió como el
Atlético en la remontada copera culminada por el
'Macanudo’ Pizzi (5-4 en 1997), la cara de
Kylian Mbappé el domingo tras meter tres tantos en
Montjuïc era un poema después del 4-3 del Barça. Lo mismo que
Borja Iglesias, derrotado con el
Celta por idéntico resultado, y
Vangelis Pavlidis, que vio en los últimos 20 minutos cómo el equipazo de
Hansi Flick pasaba de caer en
Da Luz por 4-2 a celebrar un 4-5. Son sólo varios ejemplos del descomunal potencial de un
Barça que se ha levantado una y otra vez esta temporada para ir destrozando a todos sus grandes rivales. Sólo acabó en pie el
Inter. Por dos minutos letales que apartaron a
Lamine Yamal y compañía de la final de la
Champions League.
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