Trump y sus aranceles agudizan el miedo a una recesión mundial
Donald Trump ha desatado la guerra comercial contra el mundo. Los aranceles impuestos por el presidente de Estados Unidos son los más altos en al menos un siglo, lo que ha causado el pánico en el mercado internacional. El mandatario trata de recuperar las riendas del comercio, provocando el miedo a una recesión a nivel mundial. Un miedo que, durante toda esta semana, se ha reflejado en los principales indicadores económicos en todo el planeta, provocando pérdidas billonarias en los mercados. El mandatario ha cumplido lo que lleva prometiendo décadas. En la campaña electoral contra Kamala Harris, Trump definió los aranceles como "la palabra más bonita del diccionario", y lleva años manteniendo que los demas países "estafan" a Estados Unidos en el comercio. Así lo recalcó el miércoles en el jardín de la Casa Blanca: "Si miras mis viejos discursos cuando era joven y muy guapo, estaba en un programa de televisión, hablando de cómo nos estaban estafando estos países. Quiero decir, nada cambia mucho. Lo único que cambia son los países, pero nada cambia realmente. Por eso es un gran honor poder hacer esto por fin". Quizás por esto, el presidente norteamericano está tranquilo. Mientras la economía mundial tiembla por el nuevo orden que pretende imponer y se asoma al abismo de una nueva recesión mundial, Trump ha pasado el fin de semana jugando al golf. El viernes, día más crítico para las bolsas desde la pandemia, el magnate pasó horas en su club de West Palm Beach, en Florida. De Japón a China: la obsesión de Trump con las "estafas" a Estados Unidos Trump defiende este discurso desde bien atrás. Al menos, desde los años 80, cuando su punto de mira no estaba tanto en China como en Japón. El ya entonces promotor inmobiliario dio una entrevista a Oprah Winfrey en 1988, en la que habló sobre el país del sol naciente: "Si vas a Japón e intentas vender algo, olvídalo, Oprah. Simplemente olvídalo. Es casi imposible. Vienen aquí, venden sus coches, sus videograbadoras, y arrasan con nuestras empresas", explicaba Trump a la entrevistadora. El ahora presidente hablaba también sobre Kuwait en un tono que, en la actualidad, resulta muy familiar. Trump reclamaba que el país pagara a Estados Unidos el 25% de su petróleo a cambio de la seguridad que le proporcionaba. Una reclamación que recuerda a la que ahora hace a Ucrania sobre sus tierras raras. Años después el foco del magnate ha cambiado, y es China su principal quebradero de cabeza en el comercio a nivel mundial. Como si de una estrategia para alcanzar el poder por sorpresa se tratase, Trump dijo en aquella entrevista que no se veía con fuerzas para presentarse a presidente: "Probablemente no, pero si me canso de ver lo que está pasando con este país y, si se pusiera tan mal, nunca querría descartarlo del todo", explicaba. 28 años después, Trump ganaba las elecciones de 2016 sobre Hillary Clinton, y nueve más tarde está agitando la economía mundial para detener...
Donald Trump ha desatado la guerra comercial contra el mundo. Los aranceles impuestos por el presidente de Estados Unidos son los más altos en al menos un siglo, lo que ha causado el pánico en el mercado internacional. El mandatario trata de recuperar las riendas del comercio, provocando el miedo a una recesión a nivel mundial. Un miedo que, durante toda esta semana, se ha reflejado en los principales indicadores económicos en todo el planeta, provocando pérdidas billonarias en los mercados. El mandatario ha cumplido lo que lleva prometiendo décadas. En la campaña electoral contra Kamala Harris, Trump definió los aranceles como "la palabra más bonita del diccionario", y lleva años manteniendo que los demas países "estafan" a Estados Unidos en el comercio. Así lo recalcó el miércoles en el jardín de la Casa Blanca: "Si miras mis viejos discursos cuando era joven y muy guapo, estaba en un programa de televisión, hablando de cómo nos estaban estafando estos países. Quiero decir, nada cambia mucho. Lo único que cambia son los países, pero nada cambia realmente. Por eso es un gran honor poder hacer esto por fin". Quizás por esto, el presidente norteamericano está tranquilo. Mientras la economía mundial tiembla por el nuevo orden que pretende imponer y se asoma al abismo de una nueva recesión mundial, Trump ha pasado el fin de semana jugando al golf. El viernes, día más crítico para las bolsas desde la pandemia, el magnate pasó horas en su club de West Palm Beach, en Florida. De Japón a China: la obsesión de Trump con las "estafas" a Estados Unidos Trump defiende este discurso desde bien atrás. Al menos, desde los años 80, cuando su punto de mira no estaba tanto en China como en Japón. El ya entonces promotor inmobiliario dio una entrevista a Oprah Winfrey en 1988, en la que habló sobre el país del sol naciente: "Si vas a Japón e intentas vender algo, olvídalo, Oprah. Simplemente olvídalo. Es casi imposible. Vienen aquí, venden sus coches, sus videograbadoras, y arrasan con nuestras empresas", explicaba Trump a la entrevistadora. El ahora presidente hablaba también sobre Kuwait en un tono que, en la actualidad, resulta muy familiar. Trump reclamaba que el país pagara a Estados Unidos el 25% de su petróleo a cambio de la seguridad que le proporcionaba. Una reclamación que recuerda a la que ahora hace a Ucrania sobre sus tierras raras. Años después el foco del magnate ha cambiado, y es China su principal quebradero de cabeza en el comercio a nivel mundial. Como si de una estrategia para alcanzar el poder por sorpresa se tratase, Trump dijo en aquella entrevista que no se veía con fuerzas para presentarse a presidente: "Probablemente no, pero si me canso de ver lo que está pasando con este país y, si se pusiera tan mal, nunca querría descartarlo del todo", explicaba. 28 años después, Trump ganaba las elecciones de 2016 sobre Hillary Clinton, y nueve más tarde está agitando la economía mundial para detener...
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