¿Traspasar a Zion a las bravas? Dumars no lo ve claro

Joe Dumars fue en los 90 esa cosa que se ha vuelto totalmente atípica en la NBA actual. Un ejemplar no en peligro, sino en proceso de extinción. Un one-club men. Una vida, un equipo. Catorce años estuvo en los Detroit Pistons; desde que lo draftearon (1985) hasta que se retiró (1999).

Así pues, sólo por eso no es de extrañar que el nuevo general manager de los New Orleans Pelicans quiera tomárselo con calma tras el memorándum interno y vinculante de traspasar a Zion Williamson este verano. A toda costa.

Una decisión irreversible

Tal vez haya escarmentado en cabeza ajena. Tal vez quiera testear a su afición y ver si Zion supone para la gente de NOLA el treinta por ciento de lo que Doncic para la de Dallas. Si así fuera, y sólo por el golpe emocional, quizás haya que darle una vuelta más al tema del traspaso.

O tal vez es que piense realmente que no está todo perdido con un jugador que aún no ha cumplido los 25 y que viene de recordar estos últimos meses que, si el físico le respeta, pocos más imparables que él en la NBA.

La 2024/25 de Williamson

Sólo ha jugado treinta partidos y cuando logró reincorporarse, los Pels eran ya un erial competitivo que sólo pensaba en Cooper Flagg. Pero Zion tuvo tiempo de demostrar que él, hace cinco años, también fue número 1 del Draft.

Desde enero, agarró el timón de ataque y dejó varios partidos por encima de los 25 puntos, incluido uno de 40 tantos el 9 de febrero ante Sacramento, su máxima anotación de la temporada. Su equipo siguió sumando derrotas, pero Williamson también sumó minutos notables de juego donde el físico le respetó.

Demostró, además, no haberle cogido miedo al contacto. Al contrario. No ha buscado evolucionar como triplista (porcentajes nefastos allí), sino que sigue poniendo el foco en su especialidad: atacar la pintura.

Sin embargo –ya fuese porque seguía faltándole ritmo, porque sus compañeros no le ayudaban a hacerlo fácil o porque andaba algo oxidado– es cierto que en su jugada fetiche, el aclarado, ha estado en sólo 0,89 puntos por posesión, cuando en la 22/23 la llevó a 1,16 puntos, niveles más cercanos a las de la superestrella que pretende ser, más aún si ejecutar junto al hierro es su primera y casi única opción.

Un contrato lleno de cláusulas

Por delante, tres temporadas más de contrato a algo más de 40 millones cada una, con bastantes cláusulas para cobrar el montante total.

(Por ejemplo, en la 2025/26, el 40% del salario habría quedado plenamente garantizado de haber jugado > 41 partidos durante la 2024/25, el 20% adicional de jugar > 51 partidos, y el 20% restante de alcanzar los 61 partidos. Al no hacerlo, queda supeditado a otras cláusulas relacionadas con el peso (133kg como máximo), las lesiones en el pie derecho, su zona más problemática, y las métricas de la campaña siguiente).

Y en el extremo opuesto, sus 193 millones pasarían a los 231 (+30%) de formar parte de algún All-NBA de la temporada.

Dumars, sin prisas

Este jugador, con este paquete contractual, es el que la propietaria de la franquicia, Gayle Benson, quiere quitarse de en medio este verano. Una postura ante la que Dumars, nada más debutar en el cargo, ha recomendado calma.

Precipitarse, indica Marc Stein en su newsletter, lo vería como un gran error.

Aún quedan cosas importantes por resolverse de aquí a verano, como quién se llevará el número 1 del Draft y cuál será el reparto del resto de picks de lotería. Luego estaría el asunto, desde luego, de la cotización.

¿Cuánto vale a día de hoy Zion en el mercado y qué estarían dispuestas otras franquicias a dar por él?

¿Y si los Clippers con Leonard?

Y luego, lo tercero y más importante: ¿Es momento de perder la fe con la salud de Williamson?

Hacer un paralelismo con Kawhi Leonard puede parecer oportunista. Sus físicos son distintos y su impacto en pista, a día de hoy, incomparable. Dicho lo cual, ¿cuántos de los que quieren dar boleto hoy a Zion habrían hecho lo propio con Leonard cuando Steve Ballmer apostó por, tras años de fracaso y lesiones, darle la renovación?

(Fotografía de Matthe Hinton-Imagn Images)

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