Su helado es 'plant based', pero sabe muy bien: por qué la 'gelateria' Cajú está marcando tendencia en Barcelona
Cuando sube la temperatura en España, un helado es la solución perfecta para combatir el calor y puedo decir con mucha felicidad que encontré uno en Barcelona que es delicioso. Se llama Cajú y es una 'gelatería' que redefine el concepto de helado sin utilizar leche, crema, ni huevo. Todo bajo la premisa de ser completamente plant based. @dapvegui ES HELADO VEGANO EN @caju.gelato 10/10 #aprendecontiktok #helado #gelato #barcelona ♬ original sound - dapvegui - dapvegui Y digo gelato, y no helado ya que si bien los términos a menudo se usan indistintamente, en realidad no son lo mismo. Más allá de la diferencia idiomática, el gelato italiano es mucho más ligero que los helados indutriales. Esto se debe a que no contiene yema de huevo y tiene una leche mucho más baja en grasa en comparación con el helado. Otra de las principales diferencias es su densidad, el gelato sólo tiene entre un 20% y 30% de aire, mientras que el helado industrial puede contener hasta un 100%. Un tercer aspecto particular es su temperatura, ya que se sirve ligeramente más caliente que el helado, entre -10ºC y -12ºC. Esto hace que la textura sea más suave y agradable al paladar, potenciando aún más su sabor sin un golpe frío. Pablo, el fundador de Cajú, junto a su equipo, tras año y medio de investigación, cursos y experimientos, logró encontrar la formula perfecta para crear un gelato de autor. De tipo artesanal y con ingredientes puros, utilizan cantidades mínimas de azúcar. Soy muy respetuoso con la calidad de la materia prima, cuenta Pablo mientras abre la batea del mostrador. Un profesional amable y apasionado, Pablo se toma su tiempo para explicar cada gusto a todo cliente que ingresa. Es una masterclass gratuita. Los sabores destacan por ser auténticos y naturales, sin rastros de artificialidad. Las opciones se listan en el mostrador, con alrededor de 17 sabores disponibles; la mitad son cremosos y la otra son sorbetes, muy refrescantes, donde solo hay agua y azucares, es decir, fruta. Y como una vez escuché a un maestro heladero decir, si el sorbete es bueno, todo lo demás estará bien. Y Cajú cumple la lógica. La textura es ligera y fácil de servir con cuchara. Todos los sabores se elaboran de manera diaria y desde cero en el obrador. Sin recurrir a premezclas industriales, los sabores son fieles a los originales. Hablamos de pulpa de coco de Sri Lanka 100% natural, frutos secos italianos, fresa de cercanía ... por esto, el pistacho sabe intensamente a pistacho y la fruta sabe a fruta. ¿Y cómo los combino? De manera intuitiva, pensando cómo combinar sabores que se equilibren o potencien, alejar los ácidos de los taninos o bien elegir combinaciones que compartan notas aromáticas, etc. Personalmente, opto por combinar chocolate lot amazonas o gianduia con limón, o manzana y canela con vainilla hacen un duo único, que deberías probar. Además de algunos sabores clásicos, como la vainilla, el limón o el chocolate, Pablo se permite jugar un poco y explorar sabores nuevos como las peras al vino, la calabaza y el café, y la sandia y menta, otro de mis favoritos. Un sabor que tiene buena pinta es el cacahuete salado en versión helada. Una combinación fantástica sin caer en la trampa de ser demasiado dulce ni salado. A la vista tiene una cremosidad especial, sin rastro de cristales de hielo. Un buen gelato se guarda protegido, en un pozo cerrado y opaco; así se conserva mejor la temperatura y se sirve al momento. El cuidado del producto y la atención a los detalles hacen la diferencia. Cada cucharada se derrite con el calor de la boca. Tengo que decir que el cono también es especial, así que entre la terrina y el cono, recomiendo el segundo. Se prepara de manera casera con una mezcla sin gluten y una pizca de canela en el obrador a la vista de todos, dónde sucede la magia, sin secreto ni misterio. En lo local abunda el color blanco que se fusiona con la suavidad de los tonos azules, en un ambiente moderno y minimalista. La luz blanca prevalece en el local, resaltando la limpieza y el orden. Sin sillas ni mesas a la vista en el interior. En términos de precios, fluctúa entre 4 a 6 € según el tamaño. El scoop de cada sabor tiene la medida justa. Los precios son competitivos, prácticamente iguales a los de las heladerías industriales de la zona, pero con una calidad superior. El compromiso con la sustentabilidad es notorio, en Cajú todos los envases, incluyendo vasos, cucharas, servilletas y terrinas de helado, son compostables, lo que reduce el impacto ambiental. Mismo, cuando los clientes quieren probar un sabor, se sirve con cucharas de metal para minimizar el uso y desperdicio de plástico. Cajú se encuentra en Carrer de Rera Palau, 9. Barcelona. En DAP | Helado vegano casero de fresa En DAP | Helado de plátano y leche de coco - La n

Cuando sube la temperatura en España, un helado es la solución perfecta para combatir el calor y puedo decir con mucha felicidad que encontré uno en Barcelona que es delicioso.
Se llama Cajú y es una 'gelatería' que redefine el concepto de helado sin utilizar leche, crema, ni huevo. Todo bajo la premisa de ser completamente plant based.
@dapvegui ES HELADO VEGANO EN @caju.gelato 10/10 #aprendecontiktok #helado #gelato #barcelona ♬ original sound - dapvegui - dapvegui
Y digo gelato, y no helado ya que si bien los términos a menudo se usan indistintamente, en realidad no son lo mismo. Más allá de la diferencia idiomática, el gelato italiano es mucho más ligero que los helados indutriales. Esto se debe a que no contiene yema de huevo y tiene una leche mucho más baja en grasa en comparación con el helado.
Otra de las principales diferencias es su densidad, el gelato sólo tiene entre un 20% y 30% de aire, mientras que el helado industrial puede contener hasta un 100%. Un tercer aspecto particular es su temperatura, ya que se sirve ligeramente más caliente que el helado, entre -10ºC y -12ºC. Esto hace que la textura sea más suave y agradable al paladar, potenciando aún más su sabor sin un golpe frío.

Pablo, el fundador de Cajú, junto a su equipo, tras año y medio de investigación, cursos y experimientos, logró encontrar la formula perfecta para crear un gelato de autor. De tipo artesanal y con ingredientes puros, utilizan cantidades mínimas de azúcar.
Soy muy respetuoso con la calidad de la materia prima, cuenta Pablo mientras abre la batea del mostrador. Un profesional amable y apasionado, Pablo se toma su tiempo para explicar cada gusto a todo cliente que ingresa. Es una masterclass gratuita.
Los sabores destacan por ser auténticos y naturales, sin rastros de artificialidad. Las opciones se listan en el mostrador, con alrededor de 17 sabores disponibles; la mitad son cremosos y la otra son sorbetes, muy refrescantes, donde solo hay agua y azucares, es decir, fruta. Y como una vez escuché a un maestro heladero decir, si el sorbete es bueno, todo lo demás estará bien. Y Cajú cumple la lógica. La textura es ligera y fácil de servir con cuchara. Todos los sabores se elaboran de manera diaria y desde cero en el obrador.

Sin recurrir a premezclas industriales, los sabores son fieles a los originales. Hablamos de pulpa de coco de Sri Lanka 100% natural, frutos secos italianos, fresa de cercanía ... por esto, el pistacho sabe intensamente a pistacho y la fruta sabe a fruta. ¿Y cómo los combino? De manera intuitiva, pensando cómo combinar sabores que se equilibren o potencien, alejar los ácidos de los taninos o bien elegir combinaciones que compartan notas aromáticas, etc. Personalmente, opto por combinar chocolate lot amazonas o gianduia con limón, o manzana y canela con vainilla hacen un duo único, que deberías probar.
Además de algunos sabores clásicos, como la vainilla, el limón o el chocolate, Pablo se permite jugar un poco y explorar sabores nuevos como las peras al vino, la calabaza y el café, y la sandia y menta, otro de mis favoritos.
Un sabor que tiene buena pinta es el cacahuete salado en versión helada. Una combinación fantástica sin caer en la trampa de ser demasiado dulce ni salado. A la vista tiene una cremosidad especial, sin rastro de cristales de hielo.

Un buen gelato se guarda protegido, en un pozo cerrado y opaco; así se conserva mejor la temperatura y se sirve al momento. El cuidado del producto y la atención a los detalles hacen la diferencia. Cada cucharada se derrite con el calor de la boca.
Tengo que decir que el cono también es especial, así que entre la terrina y el cono, recomiendo el segundo. Se prepara de manera casera con una mezcla sin gluten y una pizca de canela en el obrador a la vista de todos, dónde sucede la magia, sin secreto ni misterio.

En lo local abunda el color blanco que se fusiona con la suavidad de los tonos azules, en un ambiente moderno y minimalista. La luz blanca prevalece en el local, resaltando la limpieza y el orden. Sin sillas ni mesas a la vista en el interior.
En términos de precios, fluctúa entre 4 a 6 € según el tamaño. El scoop de cada sabor tiene la medida justa. Los precios son competitivos, prácticamente iguales a los de las heladerías industriales de la zona, pero con una calidad superior.
El compromiso con la sustentabilidad es notorio, en Cajú todos los envases, incluyendo vasos, cucharas, servilletas y terrinas de helado, son compostables, lo que reduce el impacto ambiental. Mismo, cuando los clientes quieren probar un sabor, se sirve con cucharas de metal para minimizar el uso y desperdicio de plástico.
Cajú se encuentra en Carrer de Rera Palau, 9. Barcelona.
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La noticia
Su helado es 'plant based', pero sabe muy bien: por qué la 'gelateria' Cajú está marcando tendencia en Barcelona
fue publicada originalmente en
Directo al Paladar
por
Inés Vazquez Noya
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