Schroders no desespera ante Trump: "Es el momento de los ganadores estructurales"
Con o sin tregua arancelaria, la guerra comercial de Donald Trump ha cambiado por completo los mercados. La ofensiva del presidente de Estados Unidos ha inducido una elevadísima volatilidad en los mercados en los últimos meses, aumentando la incertidumbre a niveles incómodamente altos debido al persistente miedo a una recesión global. Pero eso no significa que no haya oportunidades en las bolsas.

Así lo cree Alex Tedder, director de inversiones de renta variable de Schroders, quien cree que el cambio de paradigma acentúa la necesidad de buscar inversiones en empresas con posiciones competitivas fuertes.
"La capacidad de las empresas globales para eludir los aranceles se ha reducido significativamente en relación con Trump 1.0. Por ello, creemos que es momento de centrarse en los ganadores estructurales y en las compañías con posiciones competitivas sólidas", señala este experto.
Y es que la situación, de naturaleza inestable, pide extremar la "cautela", pero también presenta oportunidades como en las vistas, afirma, durante la pandemia de Covid-19. Para la firma inglesa, las reacciones del mercado en lo que va de año, que se han intensificado en los últimos días, están provocando "movimientos significativos" en áreas que "siguen siendo estructuralmente atractivas desde una perspectiva plurianual".
ESTRATEGIA
Pero ¿cómo navegar esta situación? Para la gestora británica, el riesgo parece inclinarse hacia aranceles aún más altos, independientemente de que haya acuerdos entre Estados Unidos y socios comerciales como la Unión Europea (UE) o Japón, incluso con China. Además, hay que tener en cuenta la reacción de las autoridades monetarias, que podrían bajar los tipos de interés, lo que podría seguir aumentando la volatilidad.
En términos generales, el analista de Schroders apunta que los inversores harían bien en prestar atención a los valores expuestos a la inteligencia artificial (IA) y a otras cotizadas tecnológicas. Sometidos a presiones de venta en lo que va de año, ya que los inversores han salido de las áreas con valoraciones más elevadas, la gestora considera que estas compañías pueden volver a brillar.
"Alphabet, Meta, Netflix y Broadcom, por citar algunos ejemplos, han sufrido caídas en el precio de sus acciones a pesar de sus sólidos fundamentales y de la obtención de beneficios. En cada uno de estos casos, la empresa se beneficia de tendencias de crecimiento seculares y de una sólida posición competitiva que, en nuestra opinión, podrían contribuir a impulsar una rentabilidad superior de las acciones a largo plazo", explica.
Del mismo modo, Tedder opina que las empresas de calidad que piensan en la planificación a largo plazo, la resistencia y diversificación de la cadena de suministro y las relaciones con los clientes deberían ser más capaces de sortear estos aranceles y los consiguientes cambios en el panorama competitivo.
"Este tipo de empresas suelen sufrir presiones de venta inicialmente en momentos de mayor incertidumbre y riesgo de mercado, pero podrían ofrecer una mayor rentabilidad ajustada al riesgo a medida que la dinámica comercial se ajusta y los mercados se normalizan", apunta.
En cuanto a los sectores en el punto de mira de la política comercial, Schroders opina que la atención debe centrarse en las empresas con una posición competitiva fuerte: las que puedan fijar precios, mayores retrasos en los pedidos —ya que la incertidumbre afecta a las decisiones de gasto de capital— y con una mayor exposición nacional.
"Evidentemente, los sectores menos afectados por las disputas comerciales (bancos, sanidad, servicios públicos) pueden ofrecer cierto respiro frente a la incertidumbre arancelaria, mientras que las áreas que ofrecen características de crecimiento defensivo pueden obtener mejores resultados, ya que su relativa estabilidad de beneficios proporciona resistencia en momentos de mayor riesgo e incertidumbre económicos", explican.
¿ADIÓS A EEUU?
Asimismo, Schroders señala que la política comercial de Trump tendrá consecuencias de calado en el llamado "excepcionalismo" bursátil estadounidense, así como en la renta variable del resto del mundo.
Y es, si bien que el boyante consumo ha sido un pilar clave de este "excepcionalísimo" estadounidense en los dos últimos años, es probable que el consumidor estadounidense se lleve la peor parte de las subidas de precios resultante de los aranceles.
Los primeros datos tampoco son particularmente halagüeños. Schroders señala que el mercado ya ha recibido varias señales de debilidad y fragilidad del consumidor, especialmente entre la población con menores ingresos. Así, su capacidad para absorber las subidas de precios está disminuyendo, por lo que es probable que las empresas de consumo se lleven la peor parte y vean afectada su rentabilidad.
"Los efectos a corto y largo plazo de estas medidas son inciertos, y a los mercados no les gusta la imprevisibilidad, pero ya estamos viendo rebajas en las estimaciones de crecimiento mundial a medida que las empresas retrasan los planes de inversión de capital y el gasto de los consumidores se ralentiza a la luz de la mayor incertidumbre y las implicaciones adversas a corto plazo de las propuestas de Trump", explican.
Pero no todo es negativo. Si bien no está claro el alcance de las represalias arancelarias, el aumento de las tasas de ahorro y la relajación de la política fiscal y monetaria en otras regiones pueden proporcionar "cierta resistencia relativa", sobre todo en Europa.
Por otro lado, la gestora británica indica que, puesto que EEUU depende del exterior para financiar su déficit presupuestario gemelo, es "probable" que esta política económica "poco convencional" de Trump "ponga a prueba la confianza de los inversores en la estabilidad del país". Esto se refleja en la continua debilidad del dólar, que alcanzó un mínimo de seis meses tras el anuncio de los aranceles y sigue a la baja en un contexto de pérdida de confianza en las perspectivas de crecimiento. Esto, agregan, puede favorecer la continuación de los flujos de dinero hacia la renta variable no estadounidense.