Sánchez y Feijóo coinciden en dar una respuesta "proporcionada" a los aranceles pero difieren en el tono hacia Trump
Sánchez bajó el tono contra Trump en los últimos días y Albares habló con Marco Rubio antes del anuncio de Trump.

Los nuevos aranceles a los productos europeos fueron recibidos por los dos grandes partidos con gran "preocupación". Tanto el PSOE como el PP venían coincidiendo en el fondo del asunto, es decir, en que la respuesta a dicha amenaza debería de ser "proporcionada". No obstante, la batalla radicaba en cómo se debía gestionar el tono hacia el estadounidense Donald Trump. De este modo, como ocurrió con el debate sobre el aumento del gasto militar, las formaciones más históricas coinciden en el objetivo y en las necesidades de España, pero se alejan en las formas sin dar atisbo de un acuerdo entre ellos.
Días antes de que Trump detallara los aranceles que ya había fechado para este miércoles, Pedro Sánchez avisaba que la respuesta debía ser "proporcionada". Y en vísperas de que el presidente norteamericano hiciera efectivo su órdago, Sánchez citó en Moncloa a los sectores afectados para explicarles el plan del Gobierno. Una hoja de ruta similar a la que siguió en paralelo el principal grupo de la oposición.
Ese mismo día, Alberto Núñez Feijóo, exigía al presidente de su país que reaccionara con agilidad para ayudar a los sectores españoles afectados. "Tenemos que presentar un plan de contingencia rápido, hablar con las comunidades autónomas rápido y con los sectores productivos rápido". Asimismo, en consonancia con la postura que defendió desde un inicio, se refirió en los mismos términos que el presidente. "El libre comercio es lo racional entre países que quiere cumplir sus convenios de libre comercio. Si Estados Unidos la rompe, necesita una respuesta proporcional hacia los productos norteamericanos".
Claro que, al igual que el socialista, no especificó en qué se concreta esa proporcionalidad. Tampoco lo hace su equipo, que apela a la vía de la diplomacia en aras de llegar a un acuerdo con la Administración estadounidense. Es en este punto en el que la oposición marca la diferencia con la gestión del Gobierno, al que acusa de no haberse querido sentar a negociar seriamente y haber "dedicado el tiempo a insultar" a Trump abriendo un conflicto internacional como pasó con Argentina, Israel y Marruecos.
Con todo, el PP sigue abogando por la "diplomacia y la inteligencia". Fuentes populares apuntan a que si Feijóo fuera el presidente, se sentaría a negociar con la Administración estadounidense para buscar la "proporcionalidad" y poner fin a los desequilibrios para "hacer justicia" entre los productos europeos que se exportan a Estados Unidos y los americanos que llegan a Europa. Aun así, los populares también se muestran "defensores del libre comercio", lo que significa que "cuantos menos aranceles, mejor". Eso sí, todo sin entrar al "ataque" ni a la confrontación como le reprochan al Ejecutivo de Sánchez.
Sánchez comparece este jueves en la Moncloa ante representantes de los sectores afectados por los aranceles. Allí dará detalles sobre el plan de respuesta del Gobierno, que incluirá ayudas al tejido empresarial que se vea más perjudicado, o un "escudo laboral" para empresas y trabajadores al estilo de los ERTE que se activaron durante la pandemia. En el seno de la Comisión Europea, el presidente también ha fijado su apuesta por la unión bancaria, la integración energética o el "euro digital" como posibles soluciones que podrían "reducir entre el 50 y el 100% los aranceles de Trump".
En todo caso, Moncloa no da muchos más detalles sobre la respuesta a los aranceles, solo asegura que será "proporcional y proporcionada". Lo cierto es que el tono de Sánchez ha ido fluctuando desde que Trump llegó a la Casa Blanca el pasado mes de enero. Al principio reinaba la prudencia: el Ejecutivo tildaba de "aliado natural" al Gobierno de EEUU y evitaba entrar al choque pese a las primeras amenazas arancelarias. Pero todo cambió cuando Trump dejó claro su propósito de emprender una guerra comercial.
Entonces Sánchez aseguró que España y Europa se defenderían e intensificó sus críticas contra Trump y puso en la diana al dueño de Tesla y de SpaceX, Elon Musk, al que se empezó a referir como "tecnocasta" e "internacional ultra". También censuró abiertamente los planes del presidente estadounidense: tildó de "injustificados" sus aranceles y aseguró que su intención de expulsar a los palestinos de Gaza era "inmoral".
Del mismo modo, mostró su disposición a una apertura de la Unión Europea a otros mercados, como el asiático. De hecho, Sánchez viajará a China y a Vietnam la próxima semana y también impulsará los acuerdos con Mercosur. No obstante, el tono del Gobierno contra la Administración Trump ha vuelto a bajar en los últimos días y semanas.
Este mismo lunes, Sánchez pidió a Estados Unidos que dialogue con la Comisión Europea y tanto el ministro de Exteriores como el de Economía han insistido en las últimas horas en la necesidad de dialogar ante la inminencia arancelaria. De hecho, José Manuel Albares mantuvo este miércoles —horas antes del anuncio— una conversación telefónica con el secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio.
Según el jefe de la diplomacia, en la misma se abordaron las relaciones entre los países, la "importancia" del vínculo transatlántico y el "diálogo" y la cooperación en "seguridad y comercio". Precisamente, este ha sido el primer contacto entre Rubio y Albares desde que Trump asumió el cargo en el mes de enero.