Rudy Gobert hace de verdugo de los Lakers
27 puntos y 24 rebotes. Números propios de Shaquille O'Neal y Tim Duncan firmados por Rudy Gobert para mandar a casa a los Lakers. La entrada Rudy Gobert hace de verdugo de los Lakers se publicó primero en NBAManiacs. Source: NBAManiacs


El día que los Lakers se hicieron con Luka Doncic lo hicieron sabiendo que tendrían que pasar el resto de la temporada con una plantilla muy desequilibrada y falta de juego interior. Hoy, ha sido precisamente eso lo que les ha costado la eliminación.
Los de Redick han caído por 96-103 ante los Timberwolves y han quedado fuera de los playoffs después de tan solo cinco partidos. Pocos para soñar a lo grande, pero suficientes para saber cuál debe ser la prioridad en verano. Porque, en una plantilla sin excesivas carencias, la más evidente no pudo tener más peso.
La noche de Rudy Gobert
Solo tres jugadores habían terminado un partido con +27 puntos y +24 rebotes en el Crypto Arena (o Staples Center) en el siglo XXI: Shaquille O’Neal, Tim Duncan y Anthony Davis. Lista a la que desde hoy se une uno de los jugadores más controvertidos de los últimos años.
Cuestionado mil veces por su supuesta falta de adaptación a los playoffs, Rudy Gobert jugó hoy el que posiblemente fue el encuentro con más impacto ofensivo de su carrera. Los Lakers salieron ya con las caretas fuera, dejando a Jaxson Hayes en el banquillo y reconociendo que no iban ni a intentar equilibrar el duelo en la posición de pívot. Pero lo que quizás no esperaban es que esto acabara generando tal desequilibrio.
Sangría en el rebote
Porque, sin quitar mérito al francés, parece que en el plan de Redick entraba una gran noche de Gobert. Pese al missmatch continuo, los angelinos se negaron a regalar espacios a los exteriores para lanzar ayudas sobre el francés, siguieron arriesgando en los dos contra uno sobre Edwards a costa de regalar espacios en la pintura, y lo más parecido que hicieron a jugar con un pívot fue darle cinco minutos a Maxi Kleber.
Todo parecía pasar por cerrar a Edwards, no volver a ser acribillados desde el triple, y asumir que si había que perder el partido, se perdería en la pintura. Ante lo que Gobert dijo que si eso era lo que querían, eso sería lo que tendrían.
No pasaron muchos minutos hasta que empezó a hacerse notar lo desbordados que estaban los locales tanto en la pelea por el rebote en su propio aro como en la lucha en la pintura. Daba igual que defendieran en zona o en individual. El boquete en esa parte de la pista era enorme y los Timberwolves tenían claro dónde ir a hacer daño.
Y sin embargo, sería injusto fingir que este plan no trajo cosas positivas. Quizás tuvo que ver el escaso acierto de los Timberwolves (7/47 en triples), pero no fue en la mitad trasera de la pista donde se les escapó el choque a los Lakers, que de hecho solo en el Game 2 concedieron menos puntos que en este. Forzaron la menor anotación de Edwards en la serie y la peor efectividad de los tiradores visitantes, por mucho que el precio a pagar fuera la llamativa noche de Gobert.
Pero en ataque no hubo forma de aprovecharlo.
¿Mermados?
Está claro que a estas alturas de la temporada nadie está en perfectas condiciones físicas, pero Luka Doncic y LeBron dieron la sensación de estar particularmente tocados en algunos momentos. El esloveno se llevó un golpe al final del segundo cuarto que lo obligó a poner rumbo a vestuarios antes del descanso y le hizo moverse con dificultad durante la segunda parte, y algo parece le ocurrió a James tras un choque con DiVincenzo en el tramo final.
Y aunque no fue eso lo que más limitó su juego ofensivo, sí pudo tener peso en su escasa aportación cuando se llegó al clutch.
Antes sí que lograron sumar, con momentos en los que, aunque intermitentes, se fueron activando. LeBron, a base de transiciones y cortes a canasta, empezó a entrar en ritmo en el segundo cuarto, y Luka, aun con sus problemas, logró jugar con McDaniels, forzar numerosas faltas y viajar a la línea de personal para ir sumando desde allí. Pero, aunque los números estaban, ninguno de los dos tuvo el impacto esperable. Y con Hachimura como único apoyo, hubo poco que hacer.
Sí tuvo ese impacto Julius Randle, que, con Edwards muy cerrado, asumió galones en el último cuarto, se llevó a la pintura a cualquier defensor que los Lakers le pusieron delante y no perdonó. Con todo apretado y por decidir en los últimos minutos, fue él quien se echó a la espalda a los Timberwolves, tan criticados por su traspaso pero a los que invade hoy todo lo contrario al sentimiento de arrepentimiento.
2 OFFENSIVE BOARDS.
RANDLE PAYS IT OFF WITH A BIG BUCKET.
Timberwolves (leading 3-1) are up in the 4th on TNT looking to advanceLeer Más