Robo de almazara: «vimos una cargada de un minuto de un camión y nos dimos cuenta que nos habían sustraído aceite durante varias campañas»

La Sección Tercera de la Audiencia provincial de Córdoba ha celebrado este miércoles la primera sesión del juicio contra dos ex trabajadores de una importante almazara de Priego y al propietario de otra pequeña almazara de la Subbética acusados de la compraventa bajo cuerda casi 200.000 kilos de aceite producido pero no declarado durante las campañas 2013, 2014 y 2015. La Fiscalía de Córdoba los acusa de delitos de estafa y falsedad documental y solicita para cada uno de los acusados una pena de 5 años y 8 meses de prisión , al entender que los dos trabajadores de la almazara encargados de la llevanza de la compañía oleícola -desde la entrada de la aceituna a su molturación, almacenamiento del aceite y venta- ocultaron una producción de unos 60.000 kilos de aceite cada campaña lo que podría haber sumado más de 600.000 euros en tres años. Estas cargas de aceite las vendieron a espaldas de la almazara sin que quedara reflejado en su contabilidad al falsear la producción de la almazara estimada en unos 6.000.000 kilos por campaña oleícola afectando por tanto a sus cuentas. La denuncia ante el Juzgado de Priego la interpuso el 1 de septiembre de 2015 el administrador de la almazara prieguense , una de las de mayor envergadura de la provincia de Córdoba, después de detectar irregularidades tras el cese voluntario de los dos trabajadores -acusados en esta causa- que decidieran salir de la empresa de manera sorpresiva y montar otra almazara en el año 2015. El administrador de la almazara ha declarado a preguntas del fiscal que fue él quien tras el abandono de los dos empleados le pidió a un empleado que investigara los trabajos y ventas que se habían hecho en concreto con una de las compañías oleolícolas . «Es en ese análisis donde vemos irregularidades en los pesos y salidas . En concreto había 17 cargas de unas 32 que claramente había una forma de trabajar que no era normal y se veía que se llevaron aceite de la empresa». Este testigo ha declarado ante el tribunal que había «tickets manipulados en el tiempo de pesaje de los camiones y sucedía con la misma cisterna , con el mismo conductor, a horas extemporáneas -en los que la oficina de la almazara que debía comprobar los pagos estaba cerrada-, con medias cisternas -que no era usual ir a media carga- y que aparecían en los albaranes«. «No comprobaba la producción existente, los dos empleados acusados eran quienes podían manipular todo eso; lo que entraba y salía... yo aceptaba los datos», ha declarado este denunciante ante la Sala. Por su parte, entre otros testigos, el auditor y economista Francisco Javier Bernabéu en su informe ante el tribunal ha concluido que en el análisis de la almazara afectada «se ha detectado una presunta dinámica delictiva con un esquema del fraude que precisaba que varias personas encargadas de los distintos procesos de entrada hasta salida a la venta estuvieran en connivencia». En este sentido, Bernabéu ha insistido en que «era necesaria la implicación de estas personas tanto del control de la producción de la verificación como de la retirada. Tienen que tiene que tener connivencia desde que se fabrica el aceite, se mide se cubica...se ha detectado que hay un proceso de ocultación, aceite no controlado , ha existido pero no se ha contabilizado». En palabras coloquiales, el auditor ha expresado actuaban a modo de «yo me lo guiso yo me lo como» desde 2013 a 2015 porque no se reflejan las existencias ni las pérdidas. El informe pericial señala que precisamente «el tema defraudatorio se caracteriza por ocultación de la producción y de la salida. No puede haber pérdidas por ese mismo motivo. En este caso, se moltura muchísima aceituna por lo que a priori no se nota esa sustracción en una producción de 5 millones de kilos de aceite. Esa desviación en depósitos grandes donde los centímetros no se notan y máxime cuando solo ellos tenían acceso a esas alturas de hasta 14 metros». «El aceite fantasma que no estaba controlado en esta almazara no afectaba a su contabilidad si no hubiera presentado pérdidas; entre los 4 o 6 millones de kilos de aceite por campaña, esa cantidad sustraída supondría un 1 por ciento», han señalado los peritos durante el juicio. Del mismo modo, Bernabéu, ha señalado que «en el contexto de una aceituna viva es complicado demostrar que ha habido un movimiento de aceite. Lo que está claro es que si si entran 12 toneladas en la almazara receptora de esas cisternas y salen 25 toneladas es que los otros 12 estaban ahí». Por su parte, uno de los peritos de la acusación particular ha explicado que que la almazara que recepcionaba el aceite «fantasma» procedente de la gran almazara de Priego, no había declarado su actividad ni sus depósitos ni trazabilidad ante la Agencia de Información del Aceite de Oliva, un organismo oficial contra el fraude, durante los tres ejercicios coincidentes con las campañas en las que había llevado a cabo esta trama de venta de aceite oculto.

Mar 26, 2025 - 17:30
 0
Robo de almazara: «vimos una cargada de un minuto de un camión y nos dimos cuenta que nos habían sustraído aceite durante varias campañas»
La Sección Tercera de la Audiencia provincial de Córdoba ha celebrado este miércoles la primera sesión del juicio contra dos ex trabajadores de una importante almazara de Priego y al propietario de otra pequeña almazara de la Subbética acusados de la compraventa bajo cuerda casi 200.000 kilos de aceite producido pero no declarado durante las campañas 2013, 2014 y 2015. La Fiscalía de Córdoba los acusa de delitos de estafa y falsedad documental y solicita para cada uno de los acusados una pena de 5 años y 8 meses de prisión , al entender que los dos trabajadores de la almazara encargados de la llevanza de la compañía oleícola -desde la entrada de la aceituna a su molturación, almacenamiento del aceite y venta- ocultaron una producción de unos 60.000 kilos de aceite cada campaña lo que podría haber sumado más de 600.000 euros en tres años. Estas cargas de aceite las vendieron a espaldas de la almazara sin que quedara reflejado en su contabilidad al falsear la producción de la almazara estimada en unos 6.000.000 kilos por campaña oleícola afectando por tanto a sus cuentas. La denuncia ante el Juzgado de Priego la interpuso el 1 de septiembre de 2015 el administrador de la almazara prieguense , una de las de mayor envergadura de la provincia de Córdoba, después de detectar irregularidades tras el cese voluntario de los dos trabajadores -acusados en esta causa- que decidieran salir de la empresa de manera sorpresiva y montar otra almazara en el año 2015. El administrador de la almazara ha declarado a preguntas del fiscal que fue él quien tras el abandono de los dos empleados le pidió a un empleado que investigara los trabajos y ventas que se habían hecho en concreto con una de las compañías oleolícolas . «Es en ese análisis donde vemos irregularidades en los pesos y salidas . En concreto había 17 cargas de unas 32 que claramente había una forma de trabajar que no era normal y se veía que se llevaron aceite de la empresa». Este testigo ha declarado ante el tribunal que había «tickets manipulados en el tiempo de pesaje de los camiones y sucedía con la misma cisterna , con el mismo conductor, a horas extemporáneas -en los que la oficina de la almazara que debía comprobar los pagos estaba cerrada-, con medias cisternas -que no era usual ir a media carga- y que aparecían en los albaranes«. «No comprobaba la producción existente, los dos empleados acusados eran quienes podían manipular todo eso; lo que entraba y salía... yo aceptaba los datos», ha declarado este denunciante ante la Sala. Por su parte, entre otros testigos, el auditor y economista Francisco Javier Bernabéu en su informe ante el tribunal ha concluido que en el análisis de la almazara afectada «se ha detectado una presunta dinámica delictiva con un esquema del fraude que precisaba que varias personas encargadas de los distintos procesos de entrada hasta salida a la venta estuvieran en connivencia». En este sentido, Bernabéu ha insistido en que «era necesaria la implicación de estas personas tanto del control de la producción de la verificación como de la retirada. Tienen que tiene que tener connivencia desde que se fabrica el aceite, se mide se cubica...se ha detectado que hay un proceso de ocultación, aceite no controlado , ha existido pero no se ha contabilizado». En palabras coloquiales, el auditor ha expresado actuaban a modo de «yo me lo guiso yo me lo como» desde 2013 a 2015 porque no se reflejan las existencias ni las pérdidas. El informe pericial señala que precisamente «el tema defraudatorio se caracteriza por ocultación de la producción y de la salida. No puede haber pérdidas por ese mismo motivo. En este caso, se moltura muchísima aceituna por lo que a priori no se nota esa sustracción en una producción de 5 millones de kilos de aceite. Esa desviación en depósitos grandes donde los centímetros no se notan y máxime cuando solo ellos tenían acceso a esas alturas de hasta 14 metros». «El aceite fantasma que no estaba controlado en esta almazara no afectaba a su contabilidad si no hubiera presentado pérdidas; entre los 4 o 6 millones de kilos de aceite por campaña, esa cantidad sustraída supondría un 1 por ciento», han señalado los peritos durante el juicio. Del mismo modo, Bernabéu, ha señalado que «en el contexto de una aceituna viva es complicado demostrar que ha habido un movimiento de aceite. Lo que está claro es que si si entran 12 toneladas en la almazara receptora de esas cisternas y salen 25 toneladas es que los otros 12 estaban ahí». Por su parte, uno de los peritos de la acusación particular ha explicado que que la almazara que recepcionaba el aceite «fantasma» procedente de la gran almazara de Priego, no había declarado su actividad ni sus depósitos ni trazabilidad ante la Agencia de Información del Aceite de Oliva, un organismo oficial contra el fraude, durante los tres ejercicios coincidentes con las campañas en las que había llevado a cabo esta trama de venta de aceite oculto.