¿Quién es Trump para exigir lo que exige?

El mundo ha llegado al delirio escuchando sin respuesta firme las exigencias de este ser desbocado y su clan. Exigen fuera lo que no les pertenece. Desmantelan su Estado y atacan pilares básicos: información, educación y justicia. España enseña que dejar crecer la mugre la solidifica en las raíces. Tensa espera para ver caer a los ídolos de la sinrazón. Trump, el presidente de Estados Unidos, amenaza con romper el alto el fuego en Gaza si Hamás no entrega los rehenes: “Se desatará un infierno”, advierte. Él es quien amenaza y rompe si es el caso. También, quien ha planteado un nuevo uso de Gaza: se la queda y la convierte en una zona turística internacional, desalojando a los palestinos de su tierra. Conmina a Egipto y Jordania a a obedecer su decisión: “si se niegan a aceptar a los palestinos, podría suspenderles la ayuda”. Respecto a Ucrania declara que quiere sus tierras raras. De entrada, exige a Zelensky 500.000 millones de dólares en este tipo de suelo donde se dan metales valoradìsimos para utilizar sobre todo en la electrónica. Porque le sugiere que “Ucrania podría ser rusa un día”. O no. El plan, con Putin, es que sí, que sea rusa. Trump sube los aranceles sobre el aluminio y el acero a todo el mundo. Trump quiere Groenlandia y Canadá, a la brava. Y el Canal de Panamá. Incluso cambiarle el nombre al de La Mancha para llamarle George Washington, dijo su copresidente de facto. ¿Qué más quiere Trump? ¿Quién es Trump y qué es sino el presidente de un país llamado Estados Unidos? El mundo ha llegado al delirio escuchando sin respuesta firme las exigencias de este ser desbocado y su clan de alienados, en el que destaca un asesor que actúa prácticamente de copresidente: Elon Musk. Este martes a primera hora ha lanzado una nueva andanada, ya contra prácticamente todo lo que queda del Estado: “Estoy 100% seguro de que la magnitud del fraude en los derechos federales (Seguridad Social, Medicare, Medicaid, Asistencia Social, Discapacidad, etc.) excede con creces la suma combinada de todas las estafas privadas que haya escuchado. Ni siquiera está cerca”. Y decenas de haters enfebrecidos, víctimas seguras, se muestran entusiasmados con los “hallazgos” de este sujeto. Recordemos que este lunes Trump, de común acuerdo con Musk, añadió a su desmantelamiento del Estado el cierre y la suspensión de todas las actividades de la Oficina de Protección Financiera del Consumidor, encargada de vigilar a Wall Street y proteger a los consumidores. Durante el fin de semana la pareja al frente de la Casa Blanca ha lanzado varias diatribas contra pilares básicos de la convivencia: información, educación y justicia. Los dos, Trump y Musk, según informó el New York Times, atacan a periodistas por su nombre en redes sociales. Dicen que dan noticias falsas y han exigido que se despida a algunos de ellos. Se ha negado a legisladores demócratas el acceso al Departamento de educación que es otro de los que está en el punto de mira para anularlo. Finalmente, Elon Musk declaró que le gustaría proponer que el 1% peor de los jueces sean despedidos cada año para eliminar a los corruptos e incompetentes. Sí, precisamente a esos, ¿verdad?  Es cierto que los gobiernos de Estados Unidos (tanto republicanos como demócratas) son vasos comunicantes a todos los efectos con Israel y sus lobbies en USA. Y que Ucrania, con el peculiar Zelensky, tiene pocos horizontes más allá de ser saqueada por Trump y Putin quienes, por otro lado, también mantienen excelentes relaciones. Pero aún faltaba un dato más sobre el delirante mandato de Trump. Sobrecogedor. Le hemos visto firmar resoluciones con gesto duro como si apretara un gatillo, hablar como un niño que junta en mohín los labios. Poner como imagen de su inauguración como presidente una con el mismo gesto iracundo de su foto policial. Se diría que solo le ha sonreído a Netanhayu. Ahora acaba de ofrecer una nueva faceta: parece estar en trance, hay quien dice que enfermo y asistido por un coro de colaboradores inclinados hacia él, pendientes de él. Pues bien: está rezando. Nunca el trueno vestido de nazareno machadiano tuvo tanto sentido. Tras mandar perseguir como ratas a seres humanos (inconvenientes a sus criterios), hasta con policías armados y encerrarlos en campos de concentración, ahora acaba de crear en la Casa Blanca una Oficina Permanente para la fe, con presencia de diversas creencias, sectas y hasta telepredicadores, como la que ha situado al frente de ese peculiar departamento: Paula White Cain, evangelista, ultraderechista radical y millonaria, para quien la prosperidad material es palabra de Dios. Algo que practica sin grandes escrúpulos para lograrla. Conocedora del ego del presidente declara: “Decirle no al presidente Trump sería decirle no a Dios”. Nos encontramos ya pues ante una deidad, emperador del mundo, que en realidad ha sido elegido por algo más de la mitad de los votantes de su propio país. That´s all

Feb 12, 2025 - 06:33
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¿Quién es Trump para exigir lo que exige?

¿Quién es Trump para exigir lo que exige?

El mundo ha llegado al delirio escuchando sin respuesta firme las exigencias de este ser desbocado y su clan. Exigen fuera lo que no les pertenece. Desmantelan su Estado y atacan pilares básicos: información, educación y justicia. España enseña que dejar crecer la mugre la solidifica en las raíces. Tensa espera para ver caer a los ídolos de la sinrazón.

Trump, el presidente de Estados Unidos, amenaza con romper el alto el fuego en Gaza si Hamás no entrega los rehenes: “Se desatará un infierno”, advierte. Él es quien amenaza y rompe si es el caso. También, quien ha planteado un nuevo uso de Gaza: se la queda y la convierte en una zona turística internacional, desalojando a los palestinos de su tierra. Conmina a Egipto y Jordania a a obedecer su decisión: “si se niegan a aceptar a los palestinos, podría suspenderles la ayuda”. Respecto a Ucrania declara que quiere sus tierras raras. De entrada, exige a Zelensky 500.000 millones de dólares en este tipo de suelo donde se dan metales valoradìsimos para utilizar sobre todo en la electrónica. Porque le sugiere que “Ucrania podría ser rusa un día”. O no. El plan, con Putin, es que sí, que sea rusa. Trump sube los aranceles sobre el aluminio y el acero a todo el mundo. Trump quiere Groenlandia y Canadá, a la brava. Y el Canal de Panamá. Incluso cambiarle el nombre al de La Mancha para llamarle George Washington, dijo su copresidente de facto. ¿Qué más quiere Trump? ¿Quién es Trump y qué es sino el presidente de un país llamado Estados Unidos?

El mundo ha llegado al delirio escuchando sin respuesta firme las exigencias de este ser desbocado y su clan de alienados, en el que destaca un asesor que actúa prácticamente de copresidente: Elon Musk. Este martes a primera hora ha lanzado una nueva andanada, ya contra prácticamente todo lo que queda del Estado: “Estoy 100% seguro de que la magnitud del fraude en los derechos federales (Seguridad Social, Medicare, Medicaid, Asistencia Social, Discapacidad, etc.) excede con creces la suma combinada de todas las estafas privadas que haya escuchado. Ni siquiera está cerca”. Y decenas de haters enfebrecidos, víctimas seguras, se muestran entusiasmados con los “hallazgos” de este sujeto. Recordemos que este lunes Trump, de común acuerdo con Musk, añadió a su desmantelamiento del Estado el cierre y la suspensión de todas las actividades de la Oficina de Protección Financiera del Consumidor, encargada de vigilar a Wall Street y proteger a los consumidores.

Durante el fin de semana la pareja al frente de la Casa Blanca ha lanzado varias diatribas contra pilares básicos de la convivencia: información, educación y justicia. Los dos, Trump y Musk, según informó el New York Times, atacan a periodistas por su nombre en redes sociales. Dicen que dan noticias falsas y han exigido que se despida a algunos de ellos. Se ha negado a legisladores demócratas el acceso al Departamento de educación que es otro de los que está en el punto de mira para anularlo. Finalmente, Elon Musk declaró que le gustaría proponer que el 1% peor de los jueces sean despedidos cada año para eliminar a los corruptos e incompetentes. Sí, precisamente a esos, ¿verdad? 

Es cierto que los gobiernos de Estados Unidos (tanto republicanos como demócratas) son vasos comunicantes a todos los efectos con Israel y sus lobbies en USA. Y que Ucrania, con el peculiar Zelensky, tiene pocos horizontes más allá de ser saqueada por Trump y Putin quienes, por otro lado, también mantienen excelentes relaciones.

Pero aún faltaba un dato más sobre el delirante mandato de Trump. Sobrecogedor. Le hemos visto firmar resoluciones con gesto duro como si apretara un gatillo, hablar como un niño que junta en mohín los labios. Poner como imagen de su inauguración como presidente una con el mismo gesto iracundo de su foto policial. Se diría que solo le ha sonreído a Netanhayu. Ahora acaba de ofrecer una nueva faceta: parece estar en trance, hay quien dice que enfermo y asistido por un coro de colaboradores inclinados hacia él, pendientes de él. Pues bien: está rezando. Nunca el trueno vestido de nazareno machadiano tuvo tanto sentido.

Tras mandar perseguir como ratas a seres humanos (inconvenientes a sus criterios), hasta con policías armados y encerrarlos en campos de concentración, ahora acaba de crear en la Casa Blanca una Oficina Permanente para la fe, con presencia de diversas creencias, sectas y hasta telepredicadores, como la que ha situado al frente de ese peculiar departamento: Paula White Cain, evangelista, ultraderechista radical y millonaria, para quien la prosperidad material es palabra de Dios. Algo que practica sin grandes escrúpulos para lograrla. Conocedora del ego del presidente declara: “Decirle no al presidente Trump sería decirle no a Dios”. Nos encontramos ya pues ante una deidad, emperador del mundo, que en realidad ha sido elegido por algo más de la mitad de los votantes de su propio país. That´s all.

El piadoso Donald es el mismo hombre condenado por 32 delitos, el que incitó el asalto al Parlamento o Capitolio, el que trata a las mujeres como trapos, el que justó pagó a una prostituta por su silencio, el que ha recopilado en sus nombramientos a varios miembros de dudosas costumbres sexuales.

Algunos países -sobre todo los más fuertes de bloque afectado por las maniobras de Trump con Netanyahu- intentan poner cortapisas. El turco Erdogan dice que Israel debe pagar 100.000 millones de dólares como indemnización por haber destruido Gaza.  En la UE anuncian respuesta contundente. Concretamente: “contramedidas firmes y proporcionadas”. Poco proporcionado es lo que hace Trump, así que ya veremos. Y de los derechos humanos pisoteados, la UE ni palabra.

No es posible que un dirigente de un solo país por muy potente que sea, pueda poner en vilo al mundo entero. Aunque cuente con apoyos poderosos y con la complicidad de otros políticos de su calaña -como los reunidos el pasado fin de semana en Madrid-. Se ha de reaccionar de verdad, con fuerza.

Esto que comienza de forma tan desbordada se sabe cómo sigue, cómo se enquista y pudre las estructuras. Si lo pensamos, en España, frente a un gobierno progresista elegido por la mayoría de los votos ciudadanos, persisten unas actuaciones judiciales, mediáticas y políticas que abochornan. Nada que desentone con lo que andan perpetrando Trump y su clan. Un puro escarnio la desigualdad de trato, los montajes acusatorios sin base o la impunidad de delitos reales según el papel de los actores en la operación. Tan a las claras, tan insistentes, con tal desfachatez, que es de dejar perplejos. Cada cual haciendo lo que pueden como mandó el jefe, sin que a quienes deberian pararlo se les caiga siquiera la cara de vergúenza.  

La tragedia es vivir cercados por estas situaciones tanto en el entorno cercano como en el mundo que se tambalea por la decisión de un tipo cargado de prepotencia y de odio, sin el menor respeto ni por la democracia ni por los derechos humanos. Y la cobardía de quienes acatan sin más.

El pulso es fuerte. España parece no poder con la carga sucia que se le enfrenta y no se entiende por qué. Hay millones de ciudadanos hartos de tanta basura, tantos años: algunos nacimos ya en el tiempo en el que esta gente era la ley y el todo.  En el mundo lo más probable será que sí se produzca una respuesta, tarde o temprano. Gente con poder y coraje la hay también. Porque es esto, dejar crecer la mugre como en España la solidifica y se incrusta en las raíces. Tensa espera para ver caer a los ídolos de la sinrazón.

  

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