¿Qué pasa si tengo el suelo pélvico debilitado y quiero tener hijos?
El suelo pélvico es uno de los principales motores del buen funcionamiento del útero y la vagina, ¿cómo afecta en el embarazo?

Se estima que la prevalencia de tener un trastorno de suelo pélvico es del 12 y el 42%, según los estudios. Lo más común es que las clínicas de fisioterapia en España reciban pacientes con debilitamiento muscular en la región pélvica, sin embargo, también existe la posibilidad de que haya un tensión de los músculos, conocida como hipertonía pélvica. No obstante, la debilidad pélvica se encuentra entre una de las preocupaciones más habituales en el caso de querer tener hijos. ¿Cómo afecta realmente a la fertilidad?
Aunque todo lo relativo a la fertilidad de la mujer tenga más peso a nivel hormonal, a menudo se olvida que el suelo pélvico también es esencial. Este es el conjunto de músculos que desde la cavidad abdominal dan sostén a los órganos pélvicos, es decir, la vejiga, la uretra, el recto, el útero y la vagina (la próstata y testículos en el caso de los hombres). Su función, en la que también participa el diafragma, es la de que estos órganos funcionen de forma correcta.
¿Qué ocurre si tengo el suelo pélvico debilitado?
El suelo pélvico se puede debilitar dependiendo de diversos factores, por ejemplo la obesidad, el sedentarismo, el estreñimiento crónica e incluso por realizar deportes de alto impacto. La musculatura se vuelve débil y empieza a empujar los órganos hacia abajo. Así pues, comienza un sintomatología inequívoca:
- Pérdidas de orina al reírse o toser.
- Dificultad para empezar a orinar o no vaciar la vejiga al completo.
- Necesidad de orinar frecuentemente.
Estos signos pueden ir complicándose si no se pone remedio o solución, por lo que en los casos más graves se puede dar casos de prolapso uterino (el útero sale por el exterior de la cavidad vaginal) o incontinencia fecal. Aunque estos síntomas sea más frecuentes en mujeres de edad avanzada y postmenopáusicas, es posible que mujeres jóvenes, en edad de gestar, puedan padecer una disfunción de suelo pélvico. Esto, por tanto, genera una incertidumbre a la hora de afrontar un embarazo.
¿Qué ocurre si tengo el suelo pélvico débil y quiero tener hijos?
A día de hoy, no hay evidencia científica que confirme que un suelo pélvico debilitado afecte a la fertilidad. No obstante, al ejercer una función importante de sujeción, sí que puede provocar que el útero esté en una mala posición, dando lugar a posibles molestias, sobre todo en la función sexual. Esta dispareunia puede comprometer a la fertilidad no en el plano físico, pero sí en el emocional, ya que de por sí se reducen las relaciones sexuales.
Es por ello que se recomienda trabajar desde antes del embarazo e incluso nada más enterarse de que se está embarazada si hay un diagnóstico de debilitamiento. En esta caso un fisioterapeuta hará un valoración de la musculatura, por lo que pautará una serie de técnicas que sirven para restaurar el tono del suelo pélvico.
Entre las terapias más comunes se encuentran los abdominales hipopresivos o los ejercicios de Kegel, utilizando las conocidas bolas chinas. Además, una vez se esté en etapa de embarazo, entre la semana 28 y 32 del embarazo comenzará la preparación al parto, ejercicios orientados al control del suelo pélvico y la respiración que también ayudará a que esta región anatómica esté fortalecida para el momento. Una vez llegado al postparto, los profesionales recomiendan someterse meses después a una nueva valoración abdominal y pélvica.
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