Por una OTAN Europea

Las encuestas Cómo cambiar Europa y La Europa de mañana, realizadas hace unos años por la Fundación Inov-Culture en colaboración con diversas entidades en España y el resto de Europa, revelaron una opinión mayoritaria: necesitamos «más Europa». Este sentimiento se reflejaba especialmente en áreas como Educación, Cultura, Fiscalidad y de forma crucial, en la defensa del territorio y de los valores fundacionales de la Unión Europea.

Europa enfrenta hoy amenazas claras en dos frentes: Por un lado, la actitud hostil de los actuales dirigentes de Rusia, ejemplificada en la invasión de Ucrania, un estado soberano. La aparente desigualdad de fuerzas está compensada por la ayuda masiva de los estados de la UE y de los Estados Unidos, tradicional defensor del territorio europeo. Sin embargo, la seguridad europea sigue dependiendo en gran medida de la OTAN, cuya columna vertebral está constituida por los recursos militares de Estados Unidos.

La segunda amenaza proviene de la misma organización con el riesgo, anunciado públicamente por el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, de desconexión progresiva del aliado americano de los compromisos adquiridos desde el nacimiento de la OTAN.

El arma nuclear es un factor clave en este equilibrio de fuerzas. En Europa, solo el Reino Unido y Francia disponen de una fuerza nuclear. Con la salida de Reino Unido de la UE, varios componentes de su arsenal nuclear dependen del aliado americano. La llamada fuerza de disuasión nuclear de Francia, por otro lado, ha sido diseñada como una herramienta autónoma y estratégica, financiada exclusivamente por el estado, es decir, por los ciudadanos.

En Europa, solo el Reino Unido y Francia disponen de una fuerza nuclear

Ante la situación actual de amenazas, el gobierno francés ha propuesto extender esta fuerza de disuasión a los estados miembros de la UE, manteniendo, eso sí, el control político y técnico sobre ella, de manera similar a cómo Estados Unidos gestiona su arsenal nuclear dentro de la OTAN.

Esta propuesta podría dar forma a una OTAN Europea, compuesta exclusivamente por países de la UE que decidan adherirse voluntariamente. Para que este proyecto tenga éxito, es necesario un liderazgo fuerte, algo especialmente desafiante debido a la complejidad de los mecanismos de decisión de la UE. En este contexto, Francia es el líder natural, con el presidente Emmanuel Macron al frente, quien podría apoyarse, como en otras circunstancias, en la figura de Angela Merkel, excanciller de Alemania y pieza clave en el eje franco-alemán que ha liderado históricamente la UE.

El modo de funcionamiento de esta OTAN Europea podría inspirarse en la OTAN actual, adaptándose a los objetivos y recursos propios de la UE. Se mantendría como una herramienta de defensa del territorio y de los valores democráticos europeos, fortaleciendo la capacidad de Europa para responder de manera autónoma a cualquier intento de expansión o anexión territorial.

La situación excepcional de amenazas que se vive actualmente podría convertirse en una oportunidad para dotar a la UE de una política de defensa moderna e independiente y reduciría cualquier tentativa de aventura de expansión y anexión sin tener que confiar en la voluntad de los dirigentes de turno de los Estados Unidos, país tradicionalmente aliado, pero también impredecible.

Esta OTAN Europea sería un eslabón más en la construcción de esta UE que soñaron sus fundadores.

José M.ª Álvarez de Lara es profesor de Industrias Culturales y Creativas de Esade

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