Por el auge del delivery, las franquicias apuestan por el formato mini
Las marcas buscan flexibilidad para adaptarse al consumo actual. Con un desembolso inicial más pequeño, permiten recuperar la inversión en menos tiempo

El auge de las apps de delivery y los cambios en la manera de consumir impulsaron a muchas marcas a repensar su negocio. En el pasado quedaron los grandes formatos tradicionales. Los ganadores de hoy son los locales más pequeños, pensados para el take away y con menos gastos fijos.
"Hace ya dos años que lo que más crece son las franquicias low cost, especialmente en gastronomía con los locales de comida al paso. Incluso muchas empresas que tenían un formato tradicional, adaptaron el modelo para módulos más chicos, pensando en el negocio del delivery", explicó Carlos Canudas, consultor especializado en franquicias.
El cambio, agregó, empezó incluso antes, cuando en los puntos de venta habituales se habilitaron mostradores de despacho diferenciados para el envío a domicilio. Así, la tendencia es una respuesta casi directa al uso cada vez mayor de las aplicaciones de envío a domicilio, razonó.
El especialista destacó que una de las principales ventajas que tienen estos nuevos formatos en el bajo costo de ingreso. La inversión inicial es, en la mayoría de los casos, inferior a u$s 50.000. A esto se le suma un menor número de empleados, lo que no solo disminuye el costo de recursos humanos, sino que, sobre todo, hace que caiga el riesgo de contingencias laborales.
Más flexibilidad
"La inversión es mucho más chica y con eso, la recuperación del capital se hace más veloz. Además, un desembolso inicial menor hace posible que una misma persona tome más de una franquicia y ese es un atractivo para las marcas, que tienen que lidiar con menos socios", explicó.
Ezequiel Devoto, gerente general de la Asociación Argentina de Marcas y Franquicias (AAMF) opinó que el fenómeno de las minifranquicias llegó para quedarse. Por un lado porque en los últimos años, con el trabajo híbrido, se empezaron a armar centros comerciales más pequeños y distribuidos en los barrios. Allí se busca abrir locales más pequeños porque en la periferia hay menos movimiento de personas.
La ubicación es uno de los principales problemas que hoy enfrentan quienes deciden apostar por las minifranquicias, especialmente en la ciudad de Buenos Aires. Con un 96% de ocupación comercial es difícil dar con el lugar adecuado. De hecho, en el mercado explican que se están nuevos cerrando contratos de alquiler hasta seis meses antes de termine el que está vigente. Es la mejor manera de asegurarse el espacio.
La cadena de hamburgueserías El Desembarco es una de las marcas que decidió apostar por estos nuevos formatos. Tras una prueba realizada en dark kitchens durante un año, la empresa lanzó Mr. Tasty, una propuesta pensada para comida al paso y que trabaja en lugares de gran afluencia de público.
"Hace seis meses que abrimos el primer local y ya tenemos ocho. Empezamos como dark kitchen y en un momento teníamos 1000 órdenes por mes en Pedidos YA. Ahora cada local está despachando 6000 tickets por mes", destacó Julio Gauna, socio fundador de El Desembarco.
Crecimiento
Para fin de año, Mr. Tasty espera cerrar con 25 puestos de venta y el año que viene prevé llegar a 40. La intención es estar presente el lugares de mucho tránsito. "Va a crecer más que El Desembarco. Veíamos que por precio nos estábamos quedando fuera de un mercado. Así que decidimos entrar de lleno", agregó Gauna.
También la cafetería Le Blé optó por una versión más pequeña a la que llamó Boulangerie. Y, ahora, está probando un formato intermedio, el petit café, con solo tres o cuatro mesas por local.
"Hoy las marcas tienen la posibilidad de tener distintos formatos. Da flexibilidad y permite adaptarse a un mercado más dinámico", cerró Paul Petrelli, presidente de Le Blé.