Paula Sevilla, bronce en los 400 metros

Paula Sevilla no quería ver el 400 ni en pintura. Ella, especialista en 100 y 200, lo veía como una prueba demasiado dura. No se sabe bien cómo la convencieron, pero este invierno decidió dar el salto. Probarse. Qué gran acierto. La manchega de La Solana, de 27 años, se sube al podio en su debut internacional en la prueba después de una espectacular carrera en la que plantó cara a las dos favoritas: la neerlandesa Lieke Klaver, oro en 50.38 y la noruega Henriette Jager, plata en 40.45. Sevilla hizo 50.99, nuevo récord nacional. Del resto del sábado, destacó la cuarta plaza de Iñaki Cañal en la final masculina de 400 metros. El asturiano, que rozó la retirada hace cuatro años, cansado de lesiones y de que los resultados no terminasen de llegar, redondeó la mejor temporada invernal de su carrera. En la final peleó hasta el final por el bronce, decididos casi desde el principio el oro del húngaro Attila Molnar (45.25) y la plata del polaco Maksymilian Szwed (45.31). Para alcanzar el bronce del francés Jimy Soudril (45.59), Cañal habría tenido que hacer marca personal. Fátima Diame fue quinta en longitud en un concurso de mucho nivel, en contraste por ejemplo con el triple que coronó el viernes a Ana Peleteiro. La valenciana, 6,73, hizo marca personal de la temporada. Es tal la influencia de Jakob Ingebrigtsen, su autoridad sobre el resto de los atletas, que hasta su forma de correr parece tener patente. «Me gusta correr delante, poner ritmo. Me gusta el estilo Jacobo de ir dejando que la gente caiga y creo que ganar así como que te da un plus de superhéroe», dijo este sábado la palentina Marta García después de sellar su clasificación para la final femenina de 3.000 metros. Y lo hizo con solvencia. Una semifinal lenta, gobernada por la italiana Federica Del Buono, en la que Marta decidió cambiar el guion al paso por el 2000 (6:23.70). Tomó la delantera y aceleró, imponiendo un último mil en 2:44 que seleccionó a las mejores. No intentó disputar la victoria a la británica Melissa Courtney-Bryant (9:08.19), porque el trabajo ya estaba hecho. Con 9:08.23, segunda en la serie, aseguraba la final sin gastar más energías de las necesarias. Más sufrida fue la carrera de Águeda Marqués. Se mantuvo en el grupo de cabeza hasta la recta final, cuando parecía que su billete estaba asegurado. Pero en los últimos metros le fallaron las fuerzas y fue adelantada por Hannah Nuttall, que la relegó al séptimo puesto (9:09.36), fuera de la final. Su gesto en la línea de meta lo decía todo. Frustración. Impotencia. «Tengo rabia interna… no me gusta verme mal y no puedo evitar ponerme a llorar», confesó después. «Me he vuelto a poner mala la semana pasada, he intentado venir aquí lo mejor posible y ya está. Llevo toda la pista cubierta constipada, intentando salvar todo el rato cada semana y ya estoy harta». Antes, en la primera semifinal, Idaira Prieto vivió su estreno en la selección absoluta con una carrera que le dejó a las puertas de la final. Se mantuvo en el grupo hasta que el acelerón definitivo la dejó séptima (9:04.15). Durante unos metros, pareció que podría alcanzar a la belga Lisa Rooms, que marchaba por delante perdiendo contacto con las líderes. Lo intentó. Se acercó. Pero la campana sonó y la distancia aún era demasiada. Primera experiencia internacional en pista cubierta para la segoviana, con la sensación de que faltó un poco para estar en la final. En la categoría masculina, Jakob Ingebrigtsen hizo lo de siempre. Control absoluto. Al estilo Jacobo, claro. Último kilómetro en 2:22.4. Últimos 400 en 54.4. Ni un solo gesto de sufrimiento. Cruzó la meta en 7:55.32, clasificándose sin sobresaltos. Atrás quedaron los que soñaron con derrotarle. Solo él decide cómo y cuándo empieza la carrera de verdad. La jornada final en Apeldoorn contará con más opciones para ampliar el medallero español. Josué Canales entró a lo grande en la final de los 800 metros. El catalán, que batió el récord nacional bajo techo el pasado mes de enero, terminó segundo en la primera semifinal. Sin sufrir. Con una jerarquía impropia para un chaval de 23 años. No tuvo la misma suerte Mariano García, que lideró la segunda semifinal hasta la recta final, en la que se quedó sin fuerzas y fue superado por cuatro atletas. También estarán en la pelea los dos relevos de 4x400.

Mar 8, 2025 - 22:06
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Paula Sevilla, bronce en los 400 metros
Paula Sevilla no quería ver el 400 ni en pintura. Ella, especialista en 100 y 200, lo veía como una prueba demasiado dura. No se sabe bien cómo la convencieron, pero este invierno decidió dar el salto. Probarse. Qué gran acierto. La manchega de La Solana, de 27 años, se sube al podio en su debut internacional en la prueba después de una espectacular carrera en la que plantó cara a las dos favoritas: la neerlandesa Lieke Klaver, oro en 50.38 y la noruega Henriette Jager, plata en 40.45. Sevilla hizo 50.99, nuevo récord nacional. Del resto del sábado, destacó la cuarta plaza de Iñaki Cañal en la final masculina de 400 metros. El asturiano, que rozó la retirada hace cuatro años, cansado de lesiones y de que los resultados no terminasen de llegar, redondeó la mejor temporada invernal de su carrera. En la final peleó hasta el final por el bronce, decididos casi desde el principio el oro del húngaro Attila Molnar (45.25) y la plata del polaco Maksymilian Szwed (45.31). Para alcanzar el bronce del francés Jimy Soudril (45.59), Cañal habría tenido que hacer marca personal. Fátima Diame fue quinta en longitud en un concurso de mucho nivel, en contraste por ejemplo con el triple que coronó el viernes a Ana Peleteiro. La valenciana, 6,73, hizo marca personal de la temporada. Es tal la influencia de Jakob Ingebrigtsen, su autoridad sobre el resto de los atletas, que hasta su forma de correr parece tener patente. «Me gusta correr delante, poner ritmo. Me gusta el estilo Jacobo de ir dejando que la gente caiga y creo que ganar así como que te da un plus de superhéroe», dijo este sábado la palentina Marta García después de sellar su clasificación para la final femenina de 3.000 metros. Y lo hizo con solvencia. Una semifinal lenta, gobernada por la italiana Federica Del Buono, en la que Marta decidió cambiar el guion al paso por el 2000 (6:23.70). Tomó la delantera y aceleró, imponiendo un último mil en 2:44 que seleccionó a las mejores. No intentó disputar la victoria a la británica Melissa Courtney-Bryant (9:08.19), porque el trabajo ya estaba hecho. Con 9:08.23, segunda en la serie, aseguraba la final sin gastar más energías de las necesarias. Más sufrida fue la carrera de Águeda Marqués. Se mantuvo en el grupo de cabeza hasta la recta final, cuando parecía que su billete estaba asegurado. Pero en los últimos metros le fallaron las fuerzas y fue adelantada por Hannah Nuttall, que la relegó al séptimo puesto (9:09.36), fuera de la final. Su gesto en la línea de meta lo decía todo. Frustración. Impotencia. «Tengo rabia interna… no me gusta verme mal y no puedo evitar ponerme a llorar», confesó después. «Me he vuelto a poner mala la semana pasada, he intentado venir aquí lo mejor posible y ya está. Llevo toda la pista cubierta constipada, intentando salvar todo el rato cada semana y ya estoy harta». Antes, en la primera semifinal, Idaira Prieto vivió su estreno en la selección absoluta con una carrera que le dejó a las puertas de la final. Se mantuvo en el grupo hasta que el acelerón definitivo la dejó séptima (9:04.15). Durante unos metros, pareció que podría alcanzar a la belga Lisa Rooms, que marchaba por delante perdiendo contacto con las líderes. Lo intentó. Se acercó. Pero la campana sonó y la distancia aún era demasiada. Primera experiencia internacional en pista cubierta para la segoviana, con la sensación de que faltó un poco para estar en la final. En la categoría masculina, Jakob Ingebrigtsen hizo lo de siempre. Control absoluto. Al estilo Jacobo, claro. Último kilómetro en 2:22.4. Últimos 400 en 54.4. Ni un solo gesto de sufrimiento. Cruzó la meta en 7:55.32, clasificándose sin sobresaltos. Atrás quedaron los que soñaron con derrotarle. Solo él decide cómo y cuándo empieza la carrera de verdad. La jornada final en Apeldoorn contará con más opciones para ampliar el medallero español. Josué Canales entró a lo grande en la final de los 800 metros. El catalán, que batió el récord nacional bajo techo el pasado mes de enero, terminó segundo en la primera semifinal. Sin sufrir. Con una jerarquía impropia para un chaval de 23 años. No tuvo la misma suerte Mariano García, que lideró la segunda semifinal hasta la recta final, en la que se quedó sin fuerzas y fue superado por cuatro atletas. También estarán en la pelea los dos relevos de 4x400.