No va de renovables o nuclear, se trata de gestión y responsabilidad
Gobierno, oposición e incluso organizaciones ecologistas han entrado en un debate excesivamente teórico sobre las culpas del apagón. Los responsables inmediatos...

Gobierno, oposición e incluso organizaciones ecologistas han entrado en un debate excesivamente teórico sobre las culpas del apagón. Lo han enfocado como un debate entre renovables o nuclear, en vez de como un gravísimo problema de gestión que debería resolverse lo antes posible. Por más que insistan algunos, los responsables inmediatos del fundido a negro no son las placas solares, ni los molinos de viento, ni las centrales nucleares. Estas tres infraestructuras representan a tres fuentes de energía sobre los que cada día el ente regulador conforma el mix energético para España. Son fundamentales, pero evidentemente no toman las decisiones.
Si España se apagó el lunes fue por un problema en cómo se gestionaron estas fuentes de energía, no por su mera existencia. No fueron el sol, ni el viento, ni los protones y neutrones los culpables de que a las 12.33 casi la totalidad de los españoles se quedasen sin electricidad y, además, profundamente desconcertados. Los culpables están entre quienes gestionaban y tomaron decisiones sobre ellas.
Tras una larga investigación, seguro que el Gobierno encontrará bastantes posibles culpables. Ya el primer día situó a "operadores privados", en referencia a Red Eléctrica Española y a las empresas privadas del sector energético. También aludió a un posible hackeo de la red, hipótesis que ha ido perdiendo fuerza con el paso de los días. Pero no hace falta profundizar mucho en el análisis que se vaya haciendo para constatar que la red eléctrica española tiene un gestor único y monopolístico y que este está representado por altos cargos con nombres y apellidos concretos y competencias muy tasadas.
Da igual el motivo que llevó al ente que preside Beatriz Corredor a permitir que la red eléctrica llegase y sobrepasase su límite. Aún no se sabe si si fue una acción mal medida, un descuido grave o una inacción. Para conocer esto en profundidad sí hace falta avanzar en las investigaciones que ahora han arrancado, pero no para saber que en REE recae, al menos, una parte de la responsabilidad. Quien tenga dudas no tiene más que leer la ley que establece como responsable del sistema eléctrico español a la sociedad que preside Corredor.
El resumen más básico de lo que sucedió el pasado lunes es que toda la red eléctrica falló y que toda la España peninsular se quedó sin luz. Habrá una conclusión mucho más amplia y se podrán buscar más culpables, pero la primera línea de responsabilidad está clara y recae en el único operador de la línea.
Corredor está ya tardando demasiado en dimitir. Si se sigue resistiendo a dejar su cargo, es obligación del Gobierno central cesarla. La Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), principal accionista de REE, depende directamente de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que a la vez depende del presidente Pedro Sánchez.
Es legítimo que el Gobierno haya concluido que les interesa que Corredor siga algún tiempo más en el cargo, pero el histórico apagón, el primero en Democracia, no debería dar para demasiados tactismo. Así que si Corredor sigue sin dar un paso atrás, tiene jefes que pueden tomar la decisión por ella. Cada día que tarden es una jornada más en la que comparten responsabilidad con ella.
Y que no se preocupen si hay más culpables, que también caerán.