Ni manteca ni harina: el error que cometemos para desmoldar un bizcocho según una repostera
Lo mejor para que un bizcocho salga perfecto es no engrasar los laterales del molde en el que se hornee porque esto solo hace que no crezca tanto como debe y que no quede esponjoso.

Cuando hacemos un bizcocho, uno de los momentos más cruciales se da cuando toca desmoldarlo por el miedo a que se nos haya quedado pegado y se rompa. Por eso, tanto en España, como en cualquier parte del mundo, muchas personas suelen untar la base y los laterales con mantequilla, aceites o harina con la esperanza de que no se eche a perder.
Sin embargo, lo que todas esas personas no saben es que hacer eso va a influir negativamente en el resultado final, dejando un bizcocho que no ha crecido tanto como debería y con una textura más pegajosa y menos esponjosa. Todo esto lo ha explicado a través de sus redes sociales Andrea Fraga, pastelera profesional y creadora de contenido.
El error de engrasar el molde
Según el post de Fraga en Instagram, uno de los secretos para conseguir un bizcocho alto y esponjoso consiste en dejar que la masa se pegue a los laterales del molde durante su cocinado en el horno.
Por eso, si se engrasan con mantequilla, aceite, o se echa harina, la mezcla va a perder ese punto de apoyo que es necesario para que crezca por igual. Si no se dejan los bordes del molde libres, el bizcocho no consigue agarrarse, pierde estabilidad y acaba con una altura menor de la que debería y con una textura menos aireada.
Para demostrarlo, la repostera publicó un post en su perfil en el que se muestra la diferencia entre dos bizcochos: uno horneado en un molde engrasado y otro sin engrasar. El resultado es evidente, quedando el primero mucho más bajo y con una costra exterior más gruesa y seca, mientras que el segundo es más alto y se ve una miga más aireada.
Sin embargo, sí que hay que forrar con papel de horno la base del molde para que el bizcocho no se pegue por abajo y salga sin problema.
Cómo desmoldar el bizcocho sin que se rompa
Desmoldar de forma correcta un bizcocho también es superimportante para conseguir un resultado perfecto en el que se mantenga tanto su forma como su textura intacta.
Por eso, Fraga aconseja hacerlo de dos formas dependiendo del tipo de receta. Si el bizcocho es esponjoso y ligero, lo más adecuado es desmoldarlo en cuanto se saca del horno, cuando aún está caliente y no se ha endurecido por completo. Para ello, tan solo hay que pasar una espátula de silicona o plástico por los bordes para despegarlo, pero con cuidado de no rayar el molde porque se echaría a perder.
Por el contrario, si se ha hecho un bizcocho más denso, lo mejor es esperar unos 10 minutos antes de desmoldarlo. Durante este tiempo, la miga se asentará y no dejará que el bizcocho se rompa al sacarlo. Para ayudar a que salga sin ningún problema, también se puede dar un golpe al molde sobre la mesa.