Ni el poder divino los salvó: papas que murieron de formas tan raras que parecen chiste… pero fueron tragedia
Aunque el Vaticano está envuelto en símbolos, poder e historia sagrada, lo cierto es que algunos papas han tenido muertes tan insólitas que parecen sacadas de una tragicomedia medieval. Desde accidentes arquitectónicos hasta conspiraciones dignas de una serie, estas historias muestran el lado más extraño (y humano) del poder eclesiástico. Las muertes más extrañas en […]

Aunque el Vaticano está envuelto en símbolos, poder e historia sagrada, lo cierto es que algunos papas han tenido muertes tan insólitas que parecen sacadas de una tragicomedia medieval. Desde accidentes arquitectónicos hasta conspiraciones dignas de una serie, estas historias muestran el lado más extraño (y humano) del poder eclesiástico.
Las muertes más extrañas en la historia de los papas
Juan XXI (1277) – Aplastado por su propio despacho
Antes de convertirse en Juan XXI, Pedro Hispano era un erudito con formación en medicina, lógica y filosofía. Se le atribuyen tratados influyentes como Summulae Logicales y Thesaurus Pauperum, este último un manual con remedios accesibles para los pobres. Su prestigio lo llevó a ser médico personal del papa Gregorio X antes de asumir el pontificado.
Ya como papa, ordenó una ampliación de su estudio en el Palacio Papal de Viterbo. Pero la construcción fue tan deficiente que el techo colapsó mientras él trabajaba. Juan XXI sobrevivió algunos días, pero murió a causa de las heridas. Aunque se catalogó como un accidente, hay teorías que apuntan a un posible sabotaje, debido a la impopularidad de su mandato en ciertos círculos eclesiásticos.
Esto te interesa: El Concilio Cadavérico: ¿Por qué el Vaticano organizó un juicio para un cadáver? La historia más surrealista y aterradora de la Iglesia
Dante Alighieri lo incluyó en el Cielo de los Sabios en La Divina Comedia, lo que lo convierte en el único papa en esa sección. A pesar de su corto papado, dejó una huella por su compromiso con el pensamiento racional en plena Edad Media.
Adriano IV (1159) – ¿Asfixiado por una mosca en su vino?
Nicolás Breakspear, el único papa inglés, tuvo un pontificado marcado por conflictos con el emperador Federico Barbarroja y tensiones constantes en Roma. Pero lo que más se recuerda de él es una versión muy peculiar de su muerte: una mosca cayó en su copa de vino, se la tragó sin notarlo y se atragantó, provocando su asfixia.
Otras versiones más sobrias indican que murió por una afección pulmonar, posiblemente amigdalitis. Sin embargo, la historia de la mosca sobrevivió a los siglos, quizá por lo absurda y simbólica que suena para alguien que intentaba imponer autoridad en medio del caos político.
El cine tiene algunas respuestas: ¿Quién será el sucesor del papa Francisco? ‘Cónclave’ nos dio una pista para identificarlo y seguro ni te diste cuenta
Durante su papado, enfrentó revueltas internas, la presión de los normandos en el sur de Italia y una alianza poco fructífera con el emperador bizantino. Aun así, Adriano IV es recordado como uno de los papas más firmes en defender el poder eclesiástico frente a los poderes seculares.
Benedicto VI (974) – Estrangulado en prisión por conspiración política
El papado de Benedicto VI duró apenas un año, pero su final fue brutal. Elegido con apoyo del emperador Otón I, su posición se volvió vulnerable tras la muerte del emperador. La nobleza romana, encabezada por Crescencio I, aprovechó la oportunidad para retomar el control del papado sin la influencia germana.
Benedicto fue arrestado y encarcelado en el Castillo Sant’Angelo. En su lugar, fue proclamado un antipapa: Francone, bajo el nombre de Bonifacio VII. Temiendo un posible rescate por parte del nuevo emperador Otón II, Bonifacio mandó a ejecutar a Benedicto. Murió estrangulado en su celda en junio de 974.
Ver esta publicación en Instagram
Una publicación compartida por Cultura Colectiva News | Noticias (@culturacolectivanews)
El episodio marcó un período de alta inestabilidad dentro de la Iglesia, donde las pugnas entre la nobleza romana y el poder imperial ponían en riesgo constante la figura santa. Bonifacio VII también tuvo un destino turbulento y terminó exiliado en Constantinopla, aunque regresaría brevemente a Roma años después.
Nada Qué Ver, la guía con todo lo que deberías estar viendo en streaming