Nahir Gutiérrez e Iván Harón escriben un cuento para que los niños aprendan a aligerar sus cargas emocionales inútiles
'El cajón de las cosas que no duelen' enfrenta a un armario con un niño que no sabe identificar sus emociones

Robusto Ropero Picaporte es un armario antiguo y pesado. Simón es el niño de la familia que habita en la casa donde está el enser. Robusto tiene en su interior un cajón, que ambos deciden usar para guardar las cosas que no duelen. Pero ¿cómo lo harán un enser y una personita? ¿Qué objetos o conceptos hay que almacenar allí? ¿Es solo fantasía o también realidad lo que viven?
La periodista Nahir Gutiérrez, ganadora del premio de literatura infantil Apel-les, ha escrito un cuento que responde a estas cuestiones y desvela dónde radica el poder para vivir de manera más plena y aligerar la mochila de cargas inútiles. Y eldibujante Iván Harón lo ha ilustrado. El cajón de las cosas que no duelen (Planeta) es el título de un relato para niños hasta los 10 años... y para adultos.
Y es, como dicen sus autores, un cuento cuya moraleja es que no tiene moraleja. Todas las emociones que contiene su lectura son necesarias, las buenas y las malas, no se pueden disociar unas de las otras: la ansiedad, la tristeza, la ira... enseñan que si se comienza desde niño, el camino a la etapa adulta será más liviano. "Hay que intentar que estén medianamente equilibradas".
Nahir Gutiérrez hizo un alegato, durante la presentación en una conocida tienda de muebles de Madrid a favor de la lectura. "Se ha acabado con el mantra de que los niños no leen. El último barómetro indica lo contrario", aseveró. Y añadió que "estamos publicando libros de niños para ejercitar el músculo desde pequeños. La escritora francesa Anna Gavalda dice que la lectura empieza desde las rodillas, desde el regazo".
Aunque advierte sobre los padres: "El Diógenes emocional también está en la edad adulta. Sí podemos adiestrar a los chavales en cosas que pueden soltar, decidles, soltad, Lets. go". De esto va el cuento.
¿Y cuáles son esos elementos que caben en un mueble con cerradura emocional? "Son esas cosas contra las que deben de luchar, y que hay que soltar. Que lo dejen caer. Que no se lleven las piedras en la mochila. Esas son las que pasaron, en las que tú no puedes intervenir, ni evitar y esas en las que no tienes nada que ver", explicó la autora, que ya escribió junto a Harón La bailarina sin corazón, sobre una niña que no puede danzar por una lesión y una fábula a favor de la resiliencia y de las renuncias.
El relato ambiciona explicar que las emociones no siempre se pueden escoger, pero sí se pueden identificar para poder vivir con ellas de forma más sana. "El armario le habla a Simón desde lo que él tiene: la ira, la tristeza... Pero el niño no sabe identificar qué le pasa".
El libro "es una vía de doble dirección, una guía de aprendizaje para los dos. El mueble está muy cómodo, le van a cambiar, pero no quiere estar donde el niño. La vida es un camino. El armario es ese todo, lo que nos deja claro es que cada uno guarda las emociones como puede. Hay gente que llora, que muestra sus emociones, es transparente".
De todas las sensaciones que se revisan la que se castiga más es la de la ira. "Hay gente que está siempre enfadada. Es de las más difíciles de sobrellevar, genera muy mal rollo y toxicidades. La única guía emocional es procurar evitar el enfado. Si no sueltas la ira, acabas reconcomido".
El cuento, que nació en pandemia cuando una amiga de la autora perdió un viaje, pero no le dio importancia -me dijo lo he puesto en el cajón de las cosas que no duelen, frase que me encantó- repasa el papel de los padres, de quienes los niños son imitadores y a los que, por lo tanto, hay que ayudar.
También se aborda el miedo: "Es un laberinto del que no sabes cómo salir. Y no sabes qué te vas a encontrar a la vuelta de la esquina", matizan los autores.
La presentación en Ikea obedece a que el protagonista es un mueble: "Cuando tienes un protagonista que es un armario, es divertido. Nos parecía bien sorprender con esto", dijeron los autores. Y enlazaron con la idea de que hay libros juveniles, como Narcia, que comienzan dentro de un armario.
También Toy Story y Mafalda, lugares universales de la literatura y el cine infantiles, salen a relucir en la presentación, como ecos de lo que se persigue. "La tendencia de tratar a los niños como ciudadanos de segunda no puede ser. Hay que recordar que están llamados a ser adultos. Los niños piensan, se preocupan, como todos. Hay que hablarles desde el respeto, no es de tu propiedad, es una persona distinta a ti", asegura Gutiérrez.
Y sobre los niños también tiene un mensaje: "Sé indulgente con tus padres porque ellos no lo saben todo. Ellos, los, niños cuando leen se convierten en grandes cuestionadores, cuestionan a los adultos".
El libro, a la venta desde este miércoles 12 (Pvp: 14,95 euros), está avalado por Lucía la Pedriatra que lo define así: "Un viaje lleno de ternura, un cuento mágico sobre el poder de soltar para vivir una vida más auténtica", ha escrito.