Los Warriors sentencian a Jonathan Kuminga

Lo mejor que le pudo suceder esta temporada a los Golden State Warriors también ha resultado ser una sentencia para Jonathan Kuminga. Jimmy Butler aterrizó en el cierre de mercado de febrero mientras el alero se encontraba de baja por un esguince de tobillo y las cosas cambiaron por completo.

Durante este periodo, Steve Kerr y su cuerpo técnico comprendieron dos cosas. Por una parte, que Butler era justo lo que necesitaban para revitalizar a un equipo bastante tocado. Y, por la otra, les llevó a convencerse de que nunca podrán encajar a Kuminga en su sistema.

La ruptura ya se suponía inevitable, más allá de los encontronazos y las declaraciones públicas que ambos han realizado. Y no será porque no lo hayan intentado. Desde que Kuminga aterrizó en la NBA en el draft de 2021, ha intentado adaptarse a la concepción que Kerr tiene del baloncesto. A su vez, el entrenador jefe trató por todos los medios de exprimir las habilidades más individualistas del joven alero, ya fuera desde la segunda unidad o como titular.

Sin embargo, ni siquiera los mejores tramos de juego de Kuminga vinieron acompañados de resultados colectivos regulares. Así llegó Butler y todo hizo clic, desde un Stephen Curry que volvió a recordar al de sus mejores años con exhibiciones por encima de los 50 puntos hasta un Moses Moody —compañero de draft del propio Kuminga— al que se le ha visto muy activo en defensa.

Según recoge el medio The San Francisco Standard, el punto de inflexión pudo ser la victoria sobre los Grizzlies del 1 de abril. El mismo en el que Curry anotó 52 puntos y los Warriors se fueron hasta los 134 tantos en el que quizás fue uno de los mejores partidos del equipo esta temporada. Un duelo que Kuminga no jugó por una contusión. Dos partidos después, en otra gran victoria de los Warriors sobre Denver, el propio Curry pidió a Kerr que Gui Santos cerrara el encuentro. ¿Y quién fue el sacrificado? Efectivamente, Kuminga.

El propio Kuminga parece haberse rendido a la evidencia. El mismo medio señala que el jugador se ha mostrado muy distante con sus compañeros en las últimas semanas, llegando incluso a no atender a los medios de comunicación durante los encuentros. Lo definen prácticamente como «un fantasma en el vestuario». No es baladí la comparación si tenemos en cuenta que no ha jugado ni un solo minuto en los últimos dos duelos ante Los Angeles Clippers y los Memphis Grizzlies, donde los Warriors se jugaban casi toda la temporada.

Esto parece adelantar que Kuminga se caerá de la rotación a lo largo de la eliminatoria de primera ronda ante Houston Rockets. Quizá Kerr eche mano de él puntualmente ante unos Rockets extremadamente atléticos y físicos, pero el entrenador ha dejado claro que, sobre el papel, está por detrás de Butler, Moody, Payton II, Hield y Santos. Y con Butler promediando 44 minutos en los duelos ante Clippers y Grizzlies, es posible que no haya mucho tiempo más para repartir.

Ahora, Kuminga afronta la agencia libre restringida con las maletas prácticamente hechas. Kerr no confía en su adaptación positiva al equipo, los pesos pesados del vestuario prefieren otras opciones en pista y parece poco probable que la gerencia quiera igualar las ofertas que reciban por él pese a que ello suponga perderlo a cambio de nada. Por no cerrar un movimiento a tiempo.

Sea como fuere, los Warriors quieren exprimir los últimos años de Curry, lo cual explica la firme apuesta por Butler a nivel contractual, económico y temporal. Y si Kuminga no se amolda a estas exigencias estructurales, es muy posible que lo veamos vestir otra camiseta distinta el próximo curso.

(Fotografía de portada de John Hefti-Imagn Images)

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