Los últimos supervivientes del asedio al Alcázar de Toledo: «Mamá, vámonos a casa»

Julián Palomo Alonso tenía 4 años en el verano de 1936, cuando montó por primera vez en una camioneta descubierta. Recuerda que «iba feliz» porque el conductor, compañero de trabajo de su padre, se entretuvo en explicarle cómo funcionaba el armatoste y, si cierra los ojos, aún visualiza el trayecto como si fuera ayer: arrancaron desde detrás de lo que hoy son los juzgados, donde estaba el cuartel de la Guardia Civil, e irían recogiendo a familiares de otros agentes. El destino era el Alcázar de Toledo , una mole de piedra visible desde bastantes kilómetros a la redonda. Allí se asentaba la Academia de Infantería, Caballería e Intendencia, ubicada en la parte alta de la ciudad y, lo más... Ver Más

Mar 23, 2025 - 04:46
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Los últimos supervivientes del asedio al Alcázar de Toledo: «Mamá, vámonos a casa»
Julián Palomo Alonso tenía 4 años en el verano de 1936, cuando montó por primera vez en una camioneta descubierta. Recuerda que «iba feliz» porque el conductor, compañero de trabajo de su padre, se entretuvo en explicarle cómo funcionaba el armatoste y, si cierra los ojos, aún visualiza el trayecto como si fuera ayer: arrancaron desde detrás de lo que hoy son los juzgados, donde estaba el cuartel de la Guardia Civil, e irían recogiendo a familiares de otros agentes. El destino era el Alcázar de Toledo , una mole de piedra visible desde bastantes kilómetros a la redonda. Allí se asentaba la Academia de Infantería, Caballería e Intendencia, ubicada en la parte alta de la ciudad y, lo más... Ver Más