Los coladores son los cacharros de cocina más difíciles de limpiar, pero dejarán de serlo con este truco

Hay herramientas de cocina que parecen diseñadas por el enemigo. El colador de malla fina encabeza esa lista: atrapa semillas, acumula grasa y esconde residuos como si su objetivo fuera resistir al fregado humano. Pero hay un truco, y funciona. El problema con estos coladores no es solo estético. Los restos que se acumulan entre los hilos pueden convertirse en focos de bacterias si no se limpian bien. Pero a mano, con estropajo, la experiencia es frustrante y poco efectiva. Aquí entra en juego una solución simple, pero ingeniosa: el remojo con agua caliente, vinagre y bicarbonato, seguido de un cepillado suave. Una combinación que disuelve los residuos, elimina olores y evita que termines odiando tu propio menaje. En Directo al Paladar Cómo limpiar correctamente cristales y ventanas para que nunca queden marcas El procedimiento es claro: sumergir el colador en agua hirviendo o muy caliente con un buen chorro de vinagre blanco. Dejar actuar entre 15 y 20 minutos. El agua burbujeará y, con ello, arrastrará restos invisibles y visibles. Una vez fuera del remojo, hay que usar un cepillo de dientes viejo o uno especial para botellas. Nada de esponjas blandas ni estropajos metálicos. El movimiento debe ser suave, insistente, sin dañar la malla. Si después del primer intento queda suciedad, repetir el proceso o frotar con una mezcla pastosa de bicarbonato y agua puede ser suficiente. En los peores casos, hervir solo el colador en agua con bicarbonato también ayuda. El método no es milagroso, pero sí mucho más efectivo que frotar en seco. Además, evita recurrir a productos químicos más agresivos o pasar el colador por el lavavajillas, que muchas veces no llega a los rincones más críticos. Con todo ello en la mochila de viaje de la vida, puede afirmarse que limpiar un colador puede dejar de ser una penitencia. Solo hay que conocer el truco, tener algo de paciencia y asumir que, en la cocina, lo pequeño también puede ser traicionero. Ahora bien, nadie nos quita la faena de ponerlo en inmersión. Foto | Nataliya Vaitkevich y Kindel Media En DAP | Cómo funcionan los compartimentos para echar el detergente en la lavadora: si lo haces mal te la acabarás cargando En DAP | Nos olvidamos de meter las sartenes en el horno con este accesorio que las ordenará en el armario cómodamente - La noticia Los coladores son los cacharros de cocina más difíciles de limpiar, pero dejarán de serlo con este truco fue publicada originalmente en Directo al Paladar por Joana Costa .

May 18, 2025 - 02:54
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Los coladores son los cacharros de cocina más difíciles de limpiar, pero dejarán de serlo con este truco

Los coladores son los cacharros de cocina más difíciles de limpiar, pero dejarán de serlo con este truco

Hay herramientas de cocina que parecen diseñadas por el enemigo. El colador de malla fina encabeza esa lista: atrapa semillas, acumula grasa y esconde residuos como si su objetivo fuera resistir al fregado humano. Pero hay un truco, y funciona.

El problema con estos coladores no es solo estético. Los restos que se acumulan entre los hilos pueden convertirse en focos de bacterias si no se limpian bien. Pero a mano, con estropajo, la experiencia es frustrante y poco efectiva.

Aquí entra en juego una solución simple, pero ingeniosa: el remojo con agua caliente, vinagre y bicarbonato, seguido de un cepillado suave. Una combinación que disuelve los residuos, elimina olores y evita que termines odiando tu propio menaje.

El procedimiento es claro: sumergir el colador en agua hirviendo o muy caliente con un buen chorro de vinagre blanco. Dejar actuar entre 15 y 20 minutos. El agua burbujeará y, con ello, arrastrará restos invisibles y visibles.

Una vez fuera del remojo, hay que usar un cepillo de dientes viejo o uno especial para botellas. Nada de esponjas blandas ni estropajos metálicos. El movimiento debe ser suave, insistente, sin dañar la malla.

Si después del primer intento queda suciedad, repetir el proceso o frotar con una mezcla pastosa de bicarbonato y agua puede ser suficiente. En los peores casos, hervir solo el colador en agua con bicarbonato también ayuda.

Pexels Kindelmedia 8351656

El método no es milagroso, pero sí mucho más efectivo que frotar en seco. Además, evita recurrir a productos químicos más agresivos o pasar el colador por el lavavajillas, que muchas veces no llega a los rincones más críticos.

Con todo ello en la mochila de viaje de la vida, puede afirmarse que limpiar un colador puede dejar de ser una penitencia. Solo hay que conocer el truco, tener algo de paciencia y asumir que, en la cocina, lo pequeño también puede ser traicionero. Ahora bien, nadie nos quita la faena de ponerlo en inmersión.

Foto | Nataliya Vaitkevich y Kindel Media

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