Euskadi, Zalla y las cebollas
A los periodistas veteranos se nos hace extraño convertirnos en noticia aunque sea por un día. Algunos llevamos más de 35 años poniendo frecuentemente nuestra firma ahí arriba, donde arranca la entradilla, pero saltar al titular es otra cosa. Los que en el DNI tenemos ya más cerca el seis por delante que el cinco […] The post Euskadi, Zalla y las cebollas appeared first on 7 Caníbales.

Los que en el DNI tenemos ya más cerca el seis por delante que el cinco mamamos en los periódicos anteriores a internet una cultura profesional que daba la relevancia a las historias y a sus protagonistas y nos ofrecía a los redactores un discreto papel secundario, en las antípodas de lo que ahora se lleva.
Cuando esos cariños, honores o trofeos, en la forma que vengan, llegan de tu propia tribu les garantizo que tienen un sabor insuperable. Ya decía Lucas en la Biblia aquello de que «nadie es profeta en su tierra», así que cuando alguien decide quitarle la razón al ídem y te dice qué bueno lo tuyo o te queremos, chaval… sabe a gloria bendita.
Yo, desde mi humilde posición, les doy las gracias –a ellos y al jurado también, no me vayan a quitar ahora el premio–, la enhorabuena y me congratulo de salir a su lado en el corto palmarés de estos galardones que ahora nacen y ojalá tengan larga vida porque hay muchas personas e instituciones que se merecen formar parte de él.
La mejor
Otra cosa, asignatura pendiente, es que al albur del prestigio alcanzado las pequeñas producciones familiares hubieran dado paso a unas mayores que garantizaran su futuro y, por qué no, el condumio a algunas familias en un entorno en donde no sobran los modos de ganarse la vida. Ahí queda eso pendiente. Salvar las semillas… pero también lograr que se extiendan por el valle.
En lo que toca a lo gastronómico garantizo al público que estas cebollas no son cosa corriente. Me considero bastante ‘cebollólogo’ y no he encontrado otras que caramelicen como ellas sin empalagar nunca, que sean tan sabrosas y nobles para comer en crudo, sin picor ninguno, como cocinadas de mil maneras, siempre dóciles y profundas. Las recetas tradicionales vascas –los vascos somos antes que nada cebollistas en lo culinario– brillan con las de Zalla como con ninguna otra que yo haya probado. Un bacalao a la vizcaína, unos chipirones en tinta, un sukalki, una sopa de cebolla, unas buenas morcillas o una tortilla de patata –aunque protesten los puristas– con cebolla roja de Zalla bien pochada son imbatibles. Y ya saben que en asuntos de comer los vascos, por enseñanza materna, siempre decimos la verdad.
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