Lo de primaria y las esperas como síntomas de un modelo agotado
Daniel Aparicio saradomingo Lun, 28/04/2025 - 08:00 Editorial El abandono que sufre nuestra Atención Primaria, la cronificación de las esperas y, en general todas las cosas malas que le pasan al Sistema Nacional de Salud (SNS) de nuestro país son sólo el síntoma, el dedo que apunta a la Luna. La causa fundamental de la degradación del SNS es la utilización torticera del sistema, la ausencia de rendición de cuentas y la certeza de que aquí no pasa nada. No pasa nada por maltratar al profesional. Y tampoco pasa nada si el profesional se deja ir. No pasa nada por tener al 10 por ciento de la población española esperando por una operación o una primera consulta hospitalaria. No pasa nada por no medir los resultados en salud. No pasa nada por no saber cuántos anestesistas tengo contratados. Y quizá no pasa nada ahora, pero cuando pase, nos habremos quedado sin un modelo consagrado al acceso equitativo de todos los españoles a algo tan básico como la atención sanitaria. Habremos hecho como Moisés cuando bajó por primera vez del Sinaí, estrellando las Tablas de la Ley contra las rocas. Pero, en nuestro caso, no podremos contar con que nos den otras de recambio, como a Moisés.La Organización Médica Colegial organizó hace unos días una muy oportuna jornada sobre Atención Primaria bajo el título Los números no cuadran. Y no puede ser más cierto ni más extensible a otros problemones que vivimos en la sanidad española. El diseño del modelo ha durado bastantes más años de los que era esperable. Pero está agotado. Necesitamos un modelo nuevo que responda a la realidad de nuestro país, que respete y promueva la excelencia médica (esto incluye pagar mejor a los médicos, claro) y garantice que los españoles acceden en tiempo y forma a la atención que necesiten. Claro, dirán: barra libre, venga, todo el mundo al cardiólogo por un mareo. Pues no. La atención que necesiten no es acceso directo al hospital, sino que el sistema sea capaz de ofrecer una solución adecuada a cada necesidad. Una atención primaria fuerte, bien financiada, con profesionales bien pagados y con recursos diagnósticos a su alcance le quitaría un 30% de la actividad a cualquier hospital. Y no hablo de la longitudinalidad ni de tener el mismo médico en mi centro de salud durante toda mi vida. Hablo de una primaria bien diseñada para hacer frente a la realidad, aunque no estaría de más que la plaza de médico de atención primaria fuera tan atractiva para los profesionales que decidieran quedarse allí toda la vida. La lista de espera quirúrgica baja solo un 0,35% con 846.583 pacientes pendientes de operarse , La lista de espera quirúrgica y para ver al especialista en primera cita suma 5 millones de personas, La lista de espera quirúrgica sigue batiendo récord: casi 850.000 pacientes a cierre de 2023 Lo de las esperasPocas horas del cierre de esta edición el Ministerio de Sanidad hizo públicos los datos de diciembre de 2024 y en la cuenta salían 4. Off Daniel Aparicio. Director de Diario Médico Off


El abandono que sufre nuestra Atención Primaria, la cronificación de las esperas y, en general todas las cosas malas que le pasan al Sistema Nacional de Salud (SNS) de nuestro país son sólo el síntoma, el dedo que apunta a la Luna.
La causa fundamental de la degradación del SNS es la utilización torticera del sistema, la ausencia de rendición de cuentas y la certeza de que aquí no pasa nada. No pasa nada por maltratar al profesional. Y tampoco pasa nada si el profesional se deja ir. No pasa nada por tener al 10 por ciento de la población española esperando por una operación o una primera consulta hospitalaria. No pasa nada por no medir los resultados en salud. No pasa nada por no saber cuántos anestesistas tengo contratados.
Y quizá no pasa nada ahora, pero cuando pase, nos habremos quedado sin un modelo consagrado al acceso equitativo de todos los españoles a algo tan básico como la atención sanitaria. Habremos hecho como Moisés cuando bajó por primera vez del Sinaí, estrellando las Tablas de la Ley contra las rocas. Pero, en nuestro caso, no podremos contar con que nos den otras de recambio, como a Moisés.
La Organización Médica Colegial organizó hace unos días una muy oportuna jornada sobre Atención Primaria bajo el título Los números no cuadran. Y no puede ser más cierto ni más extensible a otros problemones que vivimos en la sanidad española.
El diseño del modelo ha durado bastantes más años de los que era esperable. Pero está agotado. Necesitamos un modelo nuevo que responda a la realidad de nuestro país, que respete y promueva la excelencia médica (esto incluye pagar mejor a los médicos, claro) y garantice que los españoles acceden en tiempo y forma a la atención que necesiten. Claro, dirán: barra libre, venga, todo el mundo al cardiólogo por un mareo. Pues no. La atención que necesiten no es acceso directo al hospital, sino que el sistema sea capaz de ofrecer una solución adecuada a cada necesidad. Una atención primaria fuerte, bien financiada, con profesionales bien pagados y con recursos diagnósticos a su alcance le quitaría un 30% de la actividad a cualquier hospital. Y no hablo de la longitudinalidad ni de tener el mismo médico en mi centro de salud durante toda mi vida. Hablo de una primaria bien diseñada para hacer frente a la realidad, aunque no estaría de más que la plaza de médico de atención primaria fuera tan atractiva para los profesionales que decidieran quedarse allí toda la vida.