Las seis actitudes parentales que hacen que los niños se sientan rechazados y seis formas de revertirlo
El sentimiento de rechazo suele tener un impacto negativo en el desarrollo emocional de los jóvenes; “puede afectar la salud mental del niño y la formación de relaciones”, afirmó una psicóloga

Todo padre quiere que sus hijos se sientan amados y bienvenidos. Pero en la vida cotidiana, algunas actitudes pueden transmitir un mensaje diferente al pretendido. Pequeños gestos, frases dichas sin pensar o incluso la falta de atención en momentos importantes pueden hacer que un niño se sienta rechazado, aunque esa nunca haya sido la intención.
Este sentimiento de rechazo a menudo tiene un impacto negativo en el desarrollo emocional de los niños. “Puede afectar la salud mental del niño y la formación de relaciones”, dice Dalila Stalla, coordinadora de psicología de Rede Hospital Casa, RJ. Esto sucede porque el niño comienza a tener dificultades para confiar y conectarse emocionalmente con otras personas en el futuro.
Artur Costa, psicoanalista y profesor titular de la Asociación Brasileña de Psicoanálisis Clínico (ABPC), añade que también puede afectar la autoestima. “El niño empieza a creer que no es lo suficientemente bueno y desarrolla un patrón de inseguridad. En consecuencia, los niños que se sienten rechazados son más propensos a la ansiedad y la depresión en la vida adulta”, afirma.
¿La buena noticia? Siempre hay tiempo para ajustar el camino y fortalecer la relación con más amor y respeto. Para ello, es importante que los padres sepan identificar aquellas conductas que son perjudiciales para los niños.
Para ayudar, Dalila Stalla y Artur Costa han separado seis actitudes parentales que hacen que los niños se sientan rechazados y qué hacer en su lugar para una relación más sana.
Seis actitudes parentales que afectan la autoestima de sus hijos
- No prestar suficiente atención: A veces los padres pueden guardar una conversación para sí mismos y no prestar atención al niño. Esto la hace sentir sola, como si a sus padres no les importara. También debes prestar atención a tu teléfono móvil. Es importante tener un control para que ambos padres no permanezcan largos periodos de tiempo con el celular, ya que, en consecuencia, no interactuarán con el niño. ¿Qué hacer? Reserva un tiempo durante el día para jugar con tus hijos, crear momentos y recuerdos especiales. Practique la escucha activa y muestre interés genuino en lo que el niño tiene que decir.
- No dar afecto: No demostrar afecto a tus hijos puede conducir a traumas futuros. El niño puede sentirse invisible dentro de su propio hogar y buscar el amor de otros que satisfagan esta necesidad. ¿Qué hacer en cambio? Demuestre que ama a su hijo, no asuma que él ya lo sabe. Expresa tus sentimientos a través de palabras y acciones.

- Ignorar los sentimientos del niño: Frases como “no es nada” o “deja de llorar por nada” pueden invalidar las emociones de un niño, haciéndole sentir que su dolor o sus preocupaciones no son importantes. ¿Qué hacer en cambio? Validar los sentimientos del niño. Los padres deben aceptar todas las emociones, diciendo cosas como: “Entiendo que estés triste. ¿Quieres contarme qué pasó?”. Esto fortalece el vínculo y enseña al niño cómo manejar sus emociones de manera saludable.
- Educar a partir del castigo: La disciplina basada únicamente en el castigo, sin diálogo ni aceptación, puede generar miedo y distanciamiento emocional. ¿Qué hacer en cambio? La corrección debe ser firme, pero siempre acompañada de diálogo. En lugar de simplemente castigar, los padres pueden explicar el motivo de las reglas y enseñar al niño a aprender de los errores.
- Comparaciones constantes: Frases como “tu hermano lo hace mejor” o “¿por qué no eres como fulano?” Puede socavar la autoestima y generar un sentimiento de incompetencia. ¿Qué hacer en su lugar? En lugar de compararlo con otros, los padres deberían valorar sus cualidades únicas, diciéndole: “Tienes tu propia manera especial de hacer las cosas, y eso es increíble”.
- Muestra amor sólo cuando el niño obedece: Los padres que sólo muestran amor cuando su hijo cumple o satisface las expectativas pueden hacer que su hijo sienta que necesita ganarse el amor de sus padres, en lugar de recibirlo incondicionalmente. ¿Qué hacer en cambio? El amor de los padres no debe estar condicionado al comportamiento del hijo. Exprésale cariño incluso cuando cometa un error diciendo: “Te amo incluso cuando haces algo mal. ¿Hablamos?”. Esto ayuda a crear un sentido de seguridad emocional.