Las ballenas del Golfo de México están el peligro: Este proyecto busca protegerlas
El Golfo de México, hogar de especies majestuosas de ballenas, como el cachalote (Physeter macrocephalus), enfrenta una amenaza creciente. La explotación petrolera en aguas profundas pone en riesgo la vida de estos gigantes marinos, que dependen de ecosistemas saludables para sobrevivir. Renata Terrazas, directora ejecutiva de Oceana en México, denuncia que “el Golfo de México […]
El Golfo de México, hogar de especies majestuosas de ballenas, como el cachalote (Physeter macrocephalus), enfrenta una amenaza creciente. La explotación petrolera en aguas profundas pone en riesgo la vida de estos gigantes marinos, que dependen de ecosistemas saludables para sobrevivir.
Renata Terrazas, directora ejecutiva de Oceana en México, denuncia que “el Golfo de México se mide por barriles de petróleo, es terrible lo que hemos hecho ahí”. Para contrarrestar esto, Oceana propone la creación de una Zona de Salvaguarda que frene la exploración y explotación petrolera en las profundidades.
La vulnerabilidad de las ballenas ante la explotación petrolera
Las ballenas, incluidas especies como el cachalote, son especialmente vulnerables a los impactos de la industria petrolera. Las explosiones sísmicas utilizadas para buscar petróleo generan ondas acústicas que pueden desorientarlas, alterar su comportamiento migratorio y afectar su comunicación. Además, los derrames de crudo contaminan las aguas, comprometiendo la salud de estos mamíferos y su principal fuente de alimento.
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Un informe de Oceana destaca que el riesgo de incidentes aumenta un 8.5% por cada 30 metros adicionales de profundidad en las plataformas petroleras. Desastres como el derrame del Ixtoc-I en 1979 y la tragedia de Deepwater Horizon en 2010 liberaron millones de barriles de crudo, con consecuencias devastadoras para la fauna marina. Aún hoy, los ecosistemas y las especies del Golfo de México continúan sufriendo los efectos de estos eventos.
Un ecosistema vital por proteger
Lejos de ser solo una fuente de petróleo, el Golfo de México alberga 28 especies de cetáceos, incluyendo delfines, orcas y ballenas. Estos majestuosos animales desempeñan un papel crucial en el equilibrio del ecosistema marino. Su presencia regula las poblaciones de presas, facilita el transporte de nutrientes y ayuda a mantener la salud de los océanos.
El Golfo también es hogar de 15 mil 419 especies conocidas, de las cuales 1,511 son endémicas, lo que significa que no existen en ningún otro lugar del planeta. La creación de una Zona de Salvaguarda en 346 mil kilómetros cuadrados de aguas profundas, equivalente al 46% de la Zona Económica Exclusiva de México, sería un paso esencial para preservar esta biodiversidad única.
La amenaza del modelo extractivo
Con los yacimientos de aguas someras en declive, las empresas petroleras buscan perforar a mayores profundidades, pese a la escasa viabilidad económica y los altos riesgos ambientales. Entre 2018 y 2021, la producción de los 10 principales campos petroleros del Golfo cayó considerablemente. Sin embargo, 19 contratos de explotación en aguas profundas siguen vigentes.
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“La ecuación es clara: las grandes corporaciones ganan y las comunidades pierden“, advierte Terrazas. Mientras las ganancias privadas crecen, los daños ambientales y sociales se perpetúan, dejando a las comunidades pesqueras y costeras en una situación de vulnerabilidad.
Una alternativa viable y urgente
Mientras la industria petrolera enfrenta un declive en la producción, la conservación marina ofrece una oportunidad sostenible. La pesca, actividad de la que dependen 90 mil personas en la región, genera ingresos superiores a 9 mil millones de pesos anuales. Al preservar los hábitats marinos, se asegura la continuidad de este sustento económico.
Además, proteger las ballenas beneficia indirectamente a otros sectores económicos como el ecoturismo. El avistamiento de cetáceos es una actividad en crecimiento que impulsa la economía local y genera conciencia sobre la importancia de conservar estos magníficos animales.
Un futuro para las ballenas y las comunidades
La campaña “El Golfo de México nos une” de Oceana busca movilizar a la sociedad para apoyar la protección de las aguas profundas del Golfo. Defender este ecosistema es garantizar la supervivencia de especies icónicas como las ballenas, mantener el equilibrio del océano y proteger a las comunidades costeras.
Proteger el Golfo de México también contribuye a los compromisos globales de conservación. Establecer la Zona de Salvaguarda permitiría a México avanzar en la meta 30×30, que busca proteger el 30% de la superficie marina y terrestre del planeta para 2030.
