La Policía activa la búsqueda de los restos de la víctima del Rey del Cachopo en Toledo

La Policía Nacional ultima el inicio de la búsqueda de los restos mortales de Heidi Paz Bulnes, la víctima de César Román, el criminal conocido como el Rey del Cachopo. Como informó ABC a comienzos de marzo, el hostelero, condenado a 15 años por el homicidio de su pareja, envió un escrito a los tribunales confesando por primera vez dónde se encontraban las extremidades y la cabeza de la mujer, las partes que faltan por localizar. Afirmó que las enterró un tío de él, ya fallecido (siempre según el testimonio del uxoricida, que conviene ponerlo en duda) en el paraje de Las Cárcavas, cercano al Parque Arqueológico de Carranque, y adjuntó un croquis realizado por él mismo desde la cárcel con la supuesta ubicación. Este periódico ha podido saber que la intención de los investigadores, y así lo sabe ya la juez del caso, es realizar este mes de mayo el rastreo de la zona. Hasta el momento no habían podido comenzar ese trabajo debido a las intensas lluvias caídas al inicio de esta primavera, que impedían el desarrollo técnico de la tarea. Se van a utilizar perros especialistas en localización de restos cadavéricos y probablemente apoyo aéreo de drones, pero la herramienta fundamental será el uso del georradar. Con la humedad en el terreno, su funcionamiento es prácticamente estéril, de ahí que haya sido postergada su labor. Aún no está concretado el día en que empezarán los trabajos, pero sí será este mayo que hoy arranca si es que no hay nuevos imprevistos. Lo que sí se ha hecho ya es acotar el terreno, que, frente a lo que se pensaba inicialmente, es bastante grande, indican las fuentes consultadas. Las indicaciones dibujadas sitúan el enterramiento en una margen del río Guadarrama, «en montañas en forma de punta redondeada, parecido al parque de las 7 tetas», como literalmente escribió Román. Muy cerca, habría un «parking asfaltado», junto a un camino con «bajada pronunciada» que viene de un puente. En la otra vera de la senda, apuntó como indicación, hay un «merendero, con mesas de piedra, bancos, barbacoas» y unas «montañas». El gran problema no será la búsqueda en sí, en lo que la Policía está más que bregada; el hándicap en este caso es saber si un mentiroso contumaz como el Rey del Cachopo ha dicho la verdad . Porque, en una línea similar a la de Miguel Carcaño, el asesino de Marta del Castillo, el exempresario hostelero ha cambiado de versión en distintas ocasiones. Inicialmente, negó el crimen, cometido en agosto de 2018: se había hallado, durante un incendio, el torso de Heidi, al que le había amputado los implantes mamarios para dificultar su identificación, para después meterlo en una maleta que abandonó en una nave de Usera de su negocio a la que le prendió fuego. Se dio a la fuga y fue arrestado meses más tarde en un restaurante de Zaragoza, donde se había colocado como cocinero bajo una identidad falsa. Durante la instrucción y el juicio, cuya sentencia de 2021 fue confirmada en diciembre de 2022, dificultó hasta el extremo incluso la labor de su defensa: contó con cuatro abogados, a los que llevó a la extenuación por su actitud narcisista. Finalmente, fue condenado con la agravante de parentesco, pero no por asesinato, al no haberse esclarecido entonces cómo le quitó la vida. Tampoco le cayó pena por la profanación del cadáver. Al ser cosa juzgada, no se le podría revisar la pena si la búsqueda arrojara nuevos datos. Él mantuvo que Heidi había sido víctima de una banda de narcotraficantes para la que, según dijo, ella trabajaba dando 'vuelcos' (robos entre clanes) de droga. Una invención de arriba a abajo que finalmente reconoció este mes de marzo, cuando afirmó, adjuntando el croquis, que la chica, hondureña de 25 años, murió de manera «accidental» de un disparo en la cabeza. Ocurrió, siempre según esta versión, durante una discusión de pareja por celos. Luego, fue un tío de él que había sido forense el encargado en descuartizarla y deshacerse de los restos. Sin embargo, no hay noticias de ese pariente, que supuestamente residía en la provincia de Toledo, quien, para colmo, murió poco después de la condena de Román, en 2021.

May 1, 2025 - 04:15
 0
La Policía activa la búsqueda de los restos de la víctima del Rey del Cachopo en Toledo
La Policía Nacional ultima el inicio de la búsqueda de los restos mortales de Heidi Paz Bulnes, la víctima de César Román, el criminal conocido como el Rey del Cachopo. Como informó ABC a comienzos de marzo, el hostelero, condenado a 15 años por el homicidio de su pareja, envió un escrito a los tribunales confesando por primera vez dónde se encontraban las extremidades y la cabeza de la mujer, las partes que faltan por localizar. Afirmó que las enterró un tío de él, ya fallecido (siempre según el testimonio del uxoricida, que conviene ponerlo en duda) en el paraje de Las Cárcavas, cercano al Parque Arqueológico de Carranque, y adjuntó un croquis realizado por él mismo desde la cárcel con la supuesta ubicación. Este periódico ha podido saber que la intención de los investigadores, y así lo sabe ya la juez del caso, es realizar este mes de mayo el rastreo de la zona. Hasta el momento no habían podido comenzar ese trabajo debido a las intensas lluvias caídas al inicio de esta primavera, que impedían el desarrollo técnico de la tarea. Se van a utilizar perros especialistas en localización de restos cadavéricos y probablemente apoyo aéreo de drones, pero la herramienta fundamental será el uso del georradar. Con la humedad en el terreno, su funcionamiento es prácticamente estéril, de ahí que haya sido postergada su labor. Aún no está concretado el día en que empezarán los trabajos, pero sí será este mayo que hoy arranca si es que no hay nuevos imprevistos. Lo que sí se ha hecho ya es acotar el terreno, que, frente a lo que se pensaba inicialmente, es bastante grande, indican las fuentes consultadas. Las indicaciones dibujadas sitúan el enterramiento en una margen del río Guadarrama, «en montañas en forma de punta redondeada, parecido al parque de las 7 tetas», como literalmente escribió Román. Muy cerca, habría un «parking asfaltado», junto a un camino con «bajada pronunciada» que viene de un puente. En la otra vera de la senda, apuntó como indicación, hay un «merendero, con mesas de piedra, bancos, barbacoas» y unas «montañas». El gran problema no será la búsqueda en sí, en lo que la Policía está más que bregada; el hándicap en este caso es saber si un mentiroso contumaz como el Rey del Cachopo ha dicho la verdad . Porque, en una línea similar a la de Miguel Carcaño, el asesino de Marta del Castillo, el exempresario hostelero ha cambiado de versión en distintas ocasiones. Inicialmente, negó el crimen, cometido en agosto de 2018: se había hallado, durante un incendio, el torso de Heidi, al que le había amputado los implantes mamarios para dificultar su identificación, para después meterlo en una maleta que abandonó en una nave de Usera de su negocio a la que le prendió fuego. Se dio a la fuga y fue arrestado meses más tarde en un restaurante de Zaragoza, donde se había colocado como cocinero bajo una identidad falsa. Durante la instrucción y el juicio, cuya sentencia de 2021 fue confirmada en diciembre de 2022, dificultó hasta el extremo incluso la labor de su defensa: contó con cuatro abogados, a los que llevó a la extenuación por su actitud narcisista. Finalmente, fue condenado con la agravante de parentesco, pero no por asesinato, al no haberse esclarecido entonces cómo le quitó la vida. Tampoco le cayó pena por la profanación del cadáver. Al ser cosa juzgada, no se le podría revisar la pena si la búsqueda arrojara nuevos datos. Él mantuvo que Heidi había sido víctima de una banda de narcotraficantes para la que, según dijo, ella trabajaba dando 'vuelcos' (robos entre clanes) de droga. Una invención de arriba a abajo que finalmente reconoció este mes de marzo, cuando afirmó, adjuntando el croquis, que la chica, hondureña de 25 años, murió de manera «accidental» de un disparo en la cabeza. Ocurrió, siempre según esta versión, durante una discusión de pareja por celos. Luego, fue un tío de él que había sido forense el encargado en descuartizarla y deshacerse de los restos. Sin embargo, no hay noticias de ese pariente, que supuestamente residía en la provincia de Toledo, quien, para colmo, murió poco después de la condena de Román, en 2021.