La plena actualidad del discurso de Antonio Machado

Antonio Machado fue elegido académico de la Real Academía Española de la Lengua en 1927, para ocupar la silla "V". Aunque escribió su discurso de ingreso en 1931, con 56 años, nunca lo llegó a leer ni a ocupar su plaza. Casi un siglo más tarde, el pasado martes, un día después del apagón, la propia RAE organizó un acto simbólico en el que el actor José Sacristán leyó el discurso. Una buena oportunidad para restituir el pensamiento de alguien que confiesa haber dedicado todos sus esfuerzos de estudio a la Filosofía más que a la Poesía, y cuyo pensamiento, desde luego, roza y avala el presente, empezando por el miedo a la oscuridad del futuro. "Fuerzas poderosas militan hoy contra los que suponíamos más firmes cimientos y más altos objetivos. Los postulados de la ciencia, del arte, de la moral aparecen inopinadamente removidos por nuevas concepciones del espacio, de la materia, de la economía, del Estado, de la familia, transmutación de valor, para emplear la expresión nietzschiana. Cambio de estimativa que implica ciertamente la ruina de toda una sentimentalidad y al par, no lo dudamos, creación de otra nueva que han de revelarnos los poetas de mañana". Sobreviven así aquellos que luchan por entender el día a día y procuran adaptarse, sin demasiada certeza y con un terrible gasto de energía. "Cabe pensar sin demasiada inepcia que asistimos al triunfo del alimán (animal dañino) humano, que en plena posesión del mundo material aún aspira a regirse por normas estrictamente genéricas. Que los viejos fantasmas no huyen sin resistencia, muchos llevan el escudo al brazo y se defienden con denuedo y heroísmo. Más parece que todos caminan en retirada". Para el poeta, esas fuerzas tienen un único contrapeso posible por el que hay que apostar: la cultura al alcance de todos. "Difundir la cultura no es repartir un caudal limitado entre los muchos para que nadie lo goce por entero, sino despertar las almas dormidas y acrecentar el número de los capaces de espiritualidad. La defensa de la cultura como privilegio de clase implica, a mi juicio, defensa inconsciente de lo ruinoso y muerto y más que de valores actuales, defensa de prestigios caducados". Y aquí, la rotunda y manifiesta definición de Machado de la sociedad occidental, que entonces y hoy estaban en peligro: "Sólo Platón y el Cristo supieron dialogar porque ellos más que nadie creyeron en la realidad espiritual de su prójimo". El filósofo, más que el poeta, siente su mundo en peligro y alerta de quienes se creen dueños de la verdad y nos la venden gratis, a cambio de hipotecar nuestro futuro. "Pero del mañana se dirá, del nuevo siglo, que para muchos comienza después de la guerra y para algunos apenas se ha comenzado todavía del mañana y de su poeta, de su hombre. ¿Quién se atreve a vaticinar? Cualquiera que no padezca del miedo por ir a equivocarse, que es en el fondo el fatuo anhelo de sentar plaza de infalible". La República estaba...

May 1, 2025 - 11:13
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La plena actualidad del discurso de Antonio Machado
Antonio Machado fue elegido académico de la Real Academía Española de la Lengua en 1927, para ocupar la silla "V". Aunque escribió su discurso de ingreso en 1931, con 56 años, nunca lo llegó a leer ni a ocupar su plaza. Casi un siglo más tarde, el pasado martes, un día después del apagón, la propia RAE organizó un acto simbólico en el que el actor José Sacristán leyó el discurso. Una buena oportunidad para restituir el pensamiento de alguien que confiesa haber dedicado todos sus esfuerzos de estudio a la Filosofía más que a la Poesía, y cuyo pensamiento, desde luego, roza y avala el presente, empezando por el miedo a la oscuridad del futuro. "Fuerzas poderosas militan hoy contra los que suponíamos más firmes cimientos y más altos objetivos. Los postulados de la ciencia, del arte, de la moral aparecen inopinadamente removidos por nuevas concepciones del espacio, de la materia, de la economía, del Estado, de la familia, transmutación de valor, para emplear la expresión nietzschiana. Cambio de estimativa que implica ciertamente la ruina de toda una sentimentalidad y al par, no lo dudamos, creación de otra nueva que han de revelarnos los poetas de mañana". Sobreviven así aquellos que luchan por entender el día a día y procuran adaptarse, sin demasiada certeza y con un terrible gasto de energía. "Cabe pensar sin demasiada inepcia que asistimos al triunfo del alimán (animal dañino) humano, que en plena posesión del mundo material aún aspira a regirse por normas estrictamente genéricas. Que los viejos fantasmas no huyen sin resistencia, muchos llevan el escudo al brazo y se defienden con denuedo y heroísmo. Más parece que todos caminan en retirada". Para el poeta, esas fuerzas tienen un único contrapeso posible por el que hay que apostar: la cultura al alcance de todos. "Difundir la cultura no es repartir un caudal limitado entre los muchos para que nadie lo goce por entero, sino despertar las almas dormidas y acrecentar el número de los capaces de espiritualidad. La defensa de la cultura como privilegio de clase implica, a mi juicio, defensa inconsciente de lo ruinoso y muerto y más que de valores actuales, defensa de prestigios caducados". Y aquí, la rotunda y manifiesta definición de Machado de la sociedad occidental, que entonces y hoy estaban en peligro: "Sólo Platón y el Cristo supieron dialogar porque ellos más que nadie creyeron en la realidad espiritual de su prójimo". El filósofo, más que el poeta, siente su mundo en peligro y alerta de quienes se creen dueños de la verdad y nos la venden gratis, a cambio de hipotecar nuestro futuro. "Pero del mañana se dirá, del nuevo siglo, que para muchos comienza después de la guerra y para algunos apenas se ha comenzado todavía del mañana y de su poeta, de su hombre. ¿Quién se atreve a vaticinar? Cualquiera que no padezca del miedo por ir a equivocarse, que es en el fondo el fatuo anhelo de sentar plaza de infalible". La República estaba...