La gran crisis de la caña: cómo España está dejando de lado a su medida favorita para beber cerveza

A los españoles nos gusta practicar el terraceo con amigos, un pincho y una buena cerveza, pero eso no significa que en toda España lo hagamos igual. Ni siquiera que la jerga cervecera sea la misma a lo largo y ancho del país. Sobre todo si hablamos de cerveza de grifo. Es más, si te mueves con frecuencia de norte a sur es probable que te hayas encontrado con que no todos los camareros parecen usar los mismos términos o incluso cómo una misma palabra puede significar cosas distintas, entendiendo por "distintas" los mililitros que te encontrarás en el vaso. Por si esa "Torre de Babel" no fuera suficiente, ahora (al menos en parte de España) hay una opción al alza: la copa, algo que nos habla de la cerveza pero también de cómo la bebemos y formatos más allá de la medida estrella, la caña . España, tierra de cerveza. A los españoles nos gusta la cerveza. Y esa afirmación tiene pocas vueltas porque se apoya en datos contantes y sonantes recogidos por el propio sector. En 2023 su consumo se situó en torno a los 43 millones de hectolitros, con una ingesta media de 55 l por persona. De hecho  (y aunque la demanda tiene altibajos) su consumo lleva décadas ganando peso frente al vino, muy ligado también a la mesa española. Que nos guste tomar una buena Lager o IPA no significa sin embargo que en todas partes se beba (y pida) igual. Mapa elaborado por Cerveceros de España. ¿Cómo se bebe en España? Esa misma pregunta se la hizo hace unos años Cerveceros de España, la asociación que agrupa a los grandes productores del país, tras constatar que si bien una cerveza es una cerveza en cualquier parte de España, la cosa cambia cuando hablamos de cómo servirla. "Dependiendo del formato que queramos y la zona, un acto tan sencillo y cotidiano como pedir una cerveza, si no se hace de forma correcta, puede convertirse en un auténtico reto", reconoce. Dónde esté un buen mapa… Para despejar dudas, Cerveceros hizo dos cosas: creó un glosario y un mapa que ayuda a apreciar cómo suelen beberse (y pedirse) las cervezas a lo largo del país. El gráfico debe manejarse sin embargo con cierta cautela. Por ejemplo, la asociación recuerda que si bien en Salamanca o Valladolid la cerveza de grifo suele servirse en vasos de entre 100 y 140 ml llamados "cortos", en Galicia esa misma palabra se refiere a "la caña de toda la vida", un formato mayor. Si estás en País Vasco, mejor llamarlo "zurito". O "penalti" en Aragón. ¿Y eso es todo? No. La caña es el formato "por excelencia" y esa palabra la entienden en prácticamente todos los negocios de España, pero los fabricantes advierten: "Mientras que en zonas como Madrid la medida del vaso es de 200 ml, en otros lugares el tamaño es superior. Así, si un vasco quiere tomarse los 350 de una caña vasca en Madrid tendrá que pedir un doble, la medida más parecida". Dado que la caña suele moverse en torno a los 200 ml, lo normal sería que el doble fuese de 400 ml, pero esa lógica vuelve a tener matices. En País Vasco si queremos esa cantidad de bebida Cerveceros aconseja usar otro término: "cañón". El amplísimo glosario cervecero se completa con palabras como "botellín", "quinto" o "tercio", que son los términos que se usan para las botellas en función de si se quiere la quinta parte o un tercio de litro. La cosa vuelve a complicarse sin embargo con excepciones: Asturias, Cantabria o Cataluña usan términos como "media" o "mediana". Si buscas te encontrarás incluso con guías que hablan de 25 o 30 formas de pedir cerveza, incluido "macetas", "botijos", "tanque" o "xibeca". En Xataka La debacle demográfica de Japón ha tenido un efecto inesperado en Europa: ha colado un gigante en su industria cervecera ¿Complicado? Hay más. Por si la "fotografía" no fuese lo suficientemente compleja, al menos en parte de España se le está añadiendo un factor extra: la forma. Es decir, la clave ya no es cuánto ni cómo bebemos cerveza, sino en qué la bebemos. Es decir: copa o vaso. El matiz es interesante y lo deslizaba ayer La Voz de Galicia en un artículo en el que explica cómo en Santiago de Compostela cada vez es más común ver a gente con cervezas en copa en vez de vaso. La pregunta es evidente: "¿Por qué cada vez más bares sirven las cañas como si fueran un vino?" Tras hablar con hosteleros compostelanos, el diario desliza algunas explicaciones de carácter práctico: las copas son más fáciles de almacenar (pueden colgarse boca abajo) y hay quien defiende que ayudan a conservar las propiedades organolépticas de la cerveza. De hecho hay locales que san copas diseñadas para la Lager. "Formatos óptimos". "El cristal se rompe bastante y hay que reponer, pero es la mejor forma", argumentan desde un local compostelano. La propia Estrella Galicia reivindica que cada cerveza tiene "su copa" y detalla las diferencias de forma y uso que hay entre las flauta (15-40 cl), el vaso pilsner (15-40), l

Abr 18, 2025 - 15:12
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La gran crisis de la caña: cómo España está dejando de lado a su medida favorita para beber cerveza

La gran crisis de la caña: cómo España está dejando de lado a su medida favorita para beber cerveza

A los españoles nos gusta practicar el terraceo con amigos, un pincho y una buena cerveza, pero eso no significa que en toda España lo hagamos igual. Ni siquiera que la jerga cervecera sea la misma a lo largo y ancho del país. Sobre todo si hablamos de cerveza de grifo. Es más, si te mueves con frecuencia de norte a sur es probable que te hayas encontrado con que no todos los camareros parecen usar los mismos términos o incluso cómo una misma palabra puede significar cosas distintas, entendiendo por "distintas" los mililitros que te encontrarás en el vaso.

Por si esa "Torre de Babel" no fuera suficiente, ahora (al menos en parte de España) hay una opción al alza: la copa, algo que nos habla de la cerveza pero también de cómo la bebemos y formatos más allá de la medida estrella, la caña .

España, tierra de cerveza. A los españoles nos gusta la cerveza. Y esa afirmación tiene pocas vueltas porque se apoya en datos contantes y sonantes recogidos por el propio sector. En 2023 su consumo se situó en torno a los 43 millones de hectolitros, con una ingesta media de 55 l por persona. De hecho  (y aunque la demanda tiene altibajos) su consumo lleva décadas ganando peso frente al vino, muy ligado también a la mesa española. Que nos guste tomar una buena Lager o IPA no significa sin embargo que en todas partes se beba (y pida) igual.

Captura De Pantalla 2025 04 15 150900 Mapa elaborado por Cerveceros de España.

¿Cómo se bebe en España? Esa misma pregunta se la hizo hace unos años Cerveceros de España, la asociación que agrupa a los grandes productores del país, tras constatar que si bien una cerveza es una cerveza en cualquier parte de España, la cosa cambia cuando hablamos de cómo servirla. "Dependiendo del formato que queramos y la zona, un acto tan sencillo y cotidiano como pedir una cerveza, si no se hace de forma correcta, puede convertirse en un auténtico reto", reconoce.

Dónde esté un buen mapa… Para despejar dudas, Cerveceros hizo dos cosas: creó un glosario y un mapa que ayuda a apreciar cómo suelen beberse (y pedirse) las cervezas a lo largo del país. El gráfico debe manejarse sin embargo con cierta cautela. Por ejemplo, la asociación recuerda que si bien en Salamanca o Valladolid la cerveza de grifo suele servirse en vasos de entre 100 y 140 ml llamados "cortos", en Galicia esa misma palabra se refiere a "la caña de toda la vida", un formato mayor. Si estás en País Vasco, mejor llamarlo "zurito". O "penalti" en Aragón.

¿Y eso es todo? No. La caña es el formato "por excelencia" y esa palabra la entienden en prácticamente todos los negocios de España, pero los fabricantes advierten: "Mientras que en zonas como Madrid la medida del vaso es de 200 ml, en otros lugares el tamaño es superior. Así, si un vasco quiere tomarse los 350 de una caña vasca en Madrid tendrá que pedir un doble, la medida más parecida".

Dado que la caña suele moverse en torno a los 200 ml, lo normal sería que el doble fuese de 400 ml, pero esa lógica vuelve a tener matices. En País Vasco si queremos esa cantidad de bebida Cerveceros aconseja usar otro término: "cañón".

El amplísimo glosario cervecero se completa con palabras como "botellín", "quinto" o "tercio", que son los términos que se usan para las botellas en función de si se quiere la quinta parte o un tercio de litro. La cosa vuelve a complicarse sin embargo con excepciones: Asturias, Cantabria o Cataluña usan términos como "media" o "mediana". Si buscas te encontrarás incluso con guías que hablan de 25 o 30 formas de pedir cerveza, incluido "macetas", "botijos", "tanque" o "xibeca".

¿Complicado? Hay más. Por si la "fotografía" no fuese lo suficientemente compleja, al menos en parte de España se le está añadiendo un factor extra: la forma. Es decir, la clave ya no es cuánto ni cómo bebemos cerveza, sino en qué la bebemos. Es decir: copa o vaso. El matiz es interesante y lo deslizaba ayer La Voz de Galicia en un artículo en el que explica cómo en Santiago de Compostela cada vez es más común ver a gente con cervezas en copa en vez de vaso. La pregunta es evidente: "¿Por qué cada vez más bares sirven las cañas como si fueran un vino?"

Tras hablar con hosteleros compostelanos, el diario desliza algunas explicaciones de carácter práctico: las copas son más fáciles de almacenar (pueden colgarse boca abajo) y hay quien defiende que ayudan a conservar las propiedades organolépticas de la cerveza. De hecho hay locales que san copas diseñadas para la Lager.

"Formatos óptimos". "El cristal se rompe bastante y hay que reponer, pero es la mejor forma", argumentan desde un local compostelano. La propia Estrella Galicia reivindica que cada cerveza tiene "su copa" y detalla las diferencias de forma y uso que hay entre las flauta (15-40 cl), el vaso pilsner (15-40), la tulipa (20-50), weizen (30-50), snifter (30-50), cáliz (30-50) o la teku, usada en catas y de entre 33 y 50 cl. "Si dejamos de lado su componente estético o histórico, no se puede negar que algunos formatos son óptimos para determinados estilos", señala la empresa.

Cuestión de copas... y algo más. En el paso de los vasos a las copas hay sin embargo otro factor que habla, más que de los bares o de la cerveza en sí, de cómo la disfrutamos. Uno de los hosteleros de Santiago explica de hecho que hay clientes que piden que le sirvan la caña en una copa de vino, bien por que el cristal es más fino o por la cantidad. "La de vino trae entre 44 y 52 cl y la de caña es de 33", aclara el hostelero, que desmiente que la caña tenga menos cantidad que un botellín.

La lenta decadencia de la caña. El fenómeno coincide también con una aparente decadencia de la caña y demás formatos reducidos en favor de otros de mayor tamaño. Hace dos años Directo al Paladar apuntaba ya como muchos bares de Madrid (y otros puntos de España) se estaban pasando de la caña estándar a los dobles, con locales que bien no las sirven o ponen un doble en su lugar.

El "zurito" en Euskadi y el "penalti" en Zaragoza también se enfrentarían a su ocaso. Igual que el corto en León. En 2022 iLeon salió a la calle y constató que cuatro de cada 10 bares del centro de la ciudad directamente ya no la ofrecían.

Todos tienen una característica en común: los formatos de bebida cortos. "Lo que más se vende es el doble, luego el tercio y después la caña", reconocía un hostelero de la capital. "Para un cliente resulta más económico un doble que una caña". En la capital influye también la demanda de turistas de otros países y que se decantan por los formatos grandes. Otras encuestas muestran que la caña tradicional de cerveza pierde atractivo también frente a otras opciones, como la clara.

Cervezas servidas en copas de vino. "La tónica general es que la gente pide cada vez más la caña en copa de vino y que el calor lo reactiva, pero creo que siguen prefiriendo el botellín", añaden en otro local. No es una observación aislada. Llega una búsqueda rápida en Google para comprobar el interés por las ventajas de las copas para disfrutar de la cerveza. El gusto por formatos más grandes, con mayor bebida (y más rentables), conecta también con los cambios en nuestro consumo.

Los estudios sobre alcohol muestran que la prevalencia del consumo diario ha ido descendiendo a lo largo de los años (de casi el 13% en 1997 al 9% en 2022) y pierde fuerza entre los más jóvenes. Eso no significa que la bebida ya no esté presente en nuestras vidas. Más bien ganan fuerza otras formas de afrontarla, pasando del uso diario a los conocidos binge drinking entre los jóvenes, los atracones acelerados.

Imágenes | Jorge Franganillo (Flickr), Jaume Escofet (Flickr) y Cerveceros de España

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La noticia La gran crisis de la caña: cómo España está dejando de lado a su medida favorita para beber cerveza fue publicada originalmente en Xataka por Carlos Prego .