La fábula del pendejo y el secreto de los negocios que perduran
Forbes México. La fábula del pendejo y el secreto de los negocios que perduran En el mundo de los negocios, a menudo nos encontramos con empresas que buscan alcanzar el éxito rápido, olvidando que lo que realmente perdura son las relaciones duraderas con los clientes y la visión a largo plazo. La fábula del 'pendejo' nos enseña que el valor real no está en la ganancia inmediata, sino en un modelo que permita crecer de forma constante y estable. La fábula del pendejo y el secreto de los negocios que perduran Mario Rizo Rivas

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La fábula del pendejo y el secreto de los negocios que perduran

"No siempre lo que parece ser más grande o valioso es lo que te llevará al éxito. El verdadero valor está en lo que construimos a largo plazo, no en lo que alcanzamos rápidamente."
En una ciudad del interior, un grupo de personas se divertía con el pendejo del pueblo, un pobre infeliz, de poca inteligencia, que vivía haciendo pequeños mandados y de limosnas. Diariamente, algunos hombres llamaban al pendejo al bar donde se reunían y le ofrecían escoger entre dos monedas: una de tamaño grande de 400 reales y otra de menor tamaño, pero de 2000 reales. Él siempre cogía la más grande y menos valiosa, lo que era motivo de risas para todos.
Un día, alguien que observaba al grupo divertirse con el inocente hombre le llamó aparte y le preguntó si todavía no había percibido que la moneda de mayor tamaño valía menos, y este le respondió:
—Lo sé, no soy tan pendejo. Ella vale cinco veces menos, pero el día que escoja la otra, el jueguito acaba y no voy a ganar más mi moneda.
Esta historia podría concluir aquí, como un simple chiste, pero se pueden sacar varias conclusiones, especialmente al aplicar el mensaje de la fábula al mundo de los negocios.
Lecciones para los negocios sostenibles:
1. La visión a largo plazo es clave
Así como el pendejo sabía que al escoger la moneda más pequeña (y más valiosa), el juego terminaría, las empresas que han logrado mantenerse durante generaciones han entendido que el valor real está en la relación continua con los clientes, no en una ganancia rápida. Las empresas familiares, por ejemplo, se centran en la fidelidad a largo plazo, cultivando relaciones duraderas, adaptándose con el tiempo y asegurando que su marca se mantenga relevante.
Muchos negocios cometen el error de enfocarse solo en la ganancia inmediata, sin darse cuenta de que perder a los clientes actuales en busca de mayores márgenes de ganancia puede ser una estrategia suicida. La clave del éxito está en saber equilibrar las ganancias y la confianza que uno construye a lo largo de los años.
2. Los negocios que ganan lo que deben de ganar, varias veces, conservan a sus clientes
Como en la fábula, el pendejo entendió que si escogía la moneda más pequeña, el juego terminaría y no seguiría obteniendo ganancias. De forma similar, en los negocios sostenibles, el objetivo no es ganar lo máximo posible en el corto plazo, sino crear un modelo que permita ganancias recurrentes.
Las empresas que pueden mantener una fuente constante de ingresos, manteniendo satisfechos a sus clientes, son las que consiguen el verdadero éxito. Empresas como las tiendas familiares o pequeños comercios de barrio suelen tener clientes que vuelven una y otra vez porque la relación es confiable, auténtica y adaptativa a sus necesidades.
3. Los verdaderos ‘pendejos’ de la historia: la codicia y la falta de visión
Los verdaderos pendejos en la fábula no son el hombre que parece tonto, sino aquellos que creen que el éxito a largo plazo se consigue a través de la avaricia y el deseo de obtener ganancias inmediatas. En el mundo de los negocios, esto puede traducirse en empresas que sacrifican la calidad, la ética o el servicio al cliente solo para obtener una mayor ganancia en el corto plazo.
“El éxito no se mide por la ganancia inmediata, sino por la capacidad de construir relaciones duraderas y mantener la confianza de los clientes.”
4. Un negocio que entiende lo que sus clientes necesitan siempre será más sabio que el que solo busca maximizar beneficios momentáneos
El pendejo del pueblo sabía que no era una cuestión de qué era lo mejor en ese momento, sino de entender que, a largo plazo, su estrategia le ofrecía una seguridad. Igualmente, las empresas que realmente escuchan y entienden a sus clientes, construyen productos o servicios que los mantienen satisfechos y fieles, asegurando que, con el tiempo, la ganancia será mucho mayor que cualquier beneficio a corto plazo.
El verdadero hombre inteligente no es el que busca obtener lo máximo a cualquier costo, sino el que sabe jugar el juego a largo plazo, construyendo relaciones, ganando lo que debe ganar y cuidando a sus clientes. En el mundo de los negocios, como en la fábula, el éxito duradero no se trata de aparentar o hacer un negocio por única vez, sino de invertir en lo que realmente importa: la fidelidad, la confianza y una visión a largo plazo.
Los negocios familiares, aquellos que no buscan la rentabilidad rápida, pero que siempre entregan un valor constante y buscan mantener a sus clientes felices, son los que realmente tienen el potencial de perdurar. No siempre lo que parece ser más grande o valioso es lo que te llevará al éxito. El valor no siempre es la moneda más grande, sino la que sabes manejar de manera constante y sabia.
No se trata de ganar una vez, sino de ganar de manera constante. La verdadera inteligencia está en comprender que el éxito está en las relaciones duraderas, no en los logros fugaces.
Sobre el autor:
Twitter: @mariorizofiscal
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Mario Rizo Rivas