La batería del Samsung Galaxy S25 Edge es un viaje al pasado: ni silicio-carbono ni carga realmente rápida
La familia de los S25 se ha completado con el esperadísimo Samsung Galaxy S25 Edge. El nuevo smartphone slim de la compañía surcoreana ya es una realidad y ha aterrizado en el mercado poniendo todo el foco en el diseño, pero manteniendo un buen apartado fotográfico y un rendimiento sobresaliente. Lo que no se pone a dieta es el precio: para conseguir el primer móvil ultrafino de Samsung habrá que desembolsar 1.259 euros por la versión de 256 GB. Pero lo que más me preocupa de este lanzamiento es que esta vez el precio no va a ser el único condicionante para tomar la decisión de compra. Veo un problema mayor: la batería. Y no hablo solo de su capacidad. Samsung vuelve a “olvidar” el silicio-carbono Como era de esperar, el gran castigo de este Samsung Galaxy S25 Edge cae en el lado de la batería. Tiene sentido: si vamos más ligeros de equipaje tenemos que renunciar a ciertas prestaciones. No se le pueden pedir peras al olmo. En Xataka Móvil El Galaxy S25 Edge no es la excepción. La nueva obsesión de Samsung es que todos sus móviles sean los más delgados del mundo La gran innovación del Samsung Galaxy S25 Edge es su delgadísimo perfil, por debajo de los 6 mm, pero era evidente que a cambio de esto tendríamos que renunciar a otros beneficios. Y la quiniela ganadora estaba clara en este caso: la batería. Para sorpresa de nadie, la capacidad de la batería se queda en una cifra tan modesta que da que pensar si Samsung va a lograr ofrecer una buena experiencia de usuario en el día a día en este terminal. Recortar miliamperios (en este caso se queda en 3.900 mAh) es uno de los sacrificios lógicos por embutirse en una talla XS. Pero personalmente lo que más me ha decepcionado es que no hayan aprovechado las baterías de silicio-carbono. Las baterías de silicio y carbono son una evolución lógica a las baterías de litio. Esta nueva tecnología ofrece una mayor densidad energética y es precisamente la clave que han encontrado los fabricantes chinos para expandir los miliamperios hacia nuevos horizontes. Ya tenemos muchos ejemplos: desde el OnePlus 13 hasta el Realme GT7 Pro, pero incluso en móviles de gama media, como el Honor Magic7 Lite o hasta en relojes, como el OnePlus Watch 3. Todos estos dispositivos tienen en común sus excelentes resultados en el apartado de la autonomía y todos aprovechan las baterías con ánodo de silicio para su propio beneficio (y el de los usuarios, claro). Me parece poco justificable que en 2025 un smartphone de gama premium se deje por el camino ciertas tecnologías como estas. Tampoco ofrece una carga realmente rápida y se queda alineado en los 25 W del Samsung Galaxy S25, por detrás de sus hermanos mayores, los S25+ y S25 Ultra que han aspirado a mejorar un poquito este apartado con sus 45 W. Vía libre para Apple Si Apple sabe aprovechar la oportunidad, tiene en sus manos un balón de oro: dotar al iPhone 17 Air con una batería de silicio y carbono para no castigar su autonomía. Samsung le ha dejado libre el carril de aceleración, al menos, en su móvil ultrafino. Veremos qué pasa con los Galaxy S26 del próximo año. En Xataka Móvil | El litio de las baterías de los móviles busca sucesor: estos son los mejores candidatos En Xataka Móvil | El Galaxy S25 Edge no es la excepción. La nueva obsesión de Samsung es que todos sus móviles sean los más delgados del mundo - La noticia La batería del Samsung Galaxy S25 Edge es un viaje al pasado: ni silicio-carbono ni carga realmente rápida fue publicada originalmente en Xataka Móvil por Noelia Hontoria .

La familia de los S25 se ha completado con el esperadísimo Samsung Galaxy S25 Edge. El nuevo smartphone slim de la compañía surcoreana ya es una realidad y ha aterrizado en el mercado poniendo todo el foco en el diseño, pero manteniendo un buen apartado fotográfico y un rendimiento sobresaliente.
Lo que no se pone a dieta es el precio: para conseguir el primer móvil ultrafino de Samsung habrá que desembolsar 1.259 euros por la versión de 256 GB.
Pero lo que más me preocupa de este lanzamiento es que esta vez el precio no va a ser el único condicionante para tomar la decisión de compra. Veo un problema mayor: la batería. Y no hablo solo de su capacidad.
Samsung vuelve a “olvidar” el silicio-carbono
Como era de esperar, el gran castigo de este Samsung Galaxy S25 Edge cae en el lado de la batería. Tiene sentido: si vamos más ligeros de equipaje tenemos que renunciar a ciertas prestaciones. No se le pueden pedir peras al olmo.
La gran innovación del Samsung Galaxy S25 Edge es su delgadísimo perfil, por debajo de los 6 mm, pero era evidente que a cambio de esto tendríamos que renunciar a otros beneficios. Y la quiniela ganadora estaba clara en este caso: la batería.
Para sorpresa de nadie, la capacidad de la batería se queda en una cifra tan modesta que da que pensar si Samsung va a lograr ofrecer una buena experiencia de usuario en el día a día en este terminal.

Recortar miliamperios (en este caso se queda en 3.900 mAh) es uno de los sacrificios lógicos por embutirse en una talla XS. Pero personalmente lo que más me ha decepcionado es que no hayan aprovechado las baterías de silicio-carbono.
Las baterías de silicio y carbono son una evolución lógica a las baterías de litio. Esta nueva tecnología ofrece una mayor densidad energética y es precisamente la clave que han encontrado los fabricantes chinos para expandir los miliamperios hacia nuevos horizontes. Ya tenemos muchos ejemplos: desde el OnePlus 13 hasta el Realme GT7 Pro, pero incluso en móviles de gama media, como el Honor Magic7 Lite o hasta en relojes, como el OnePlus Watch 3.
Todos estos dispositivos tienen en común sus excelentes resultados en el apartado de la autonomía y todos aprovechan las baterías con ánodo de silicio para su propio beneficio (y el de los usuarios, claro).
Me parece poco justificable que en 2025 un smartphone de gama premium se deje por el camino ciertas tecnologías como estas. Tampoco ofrece una carga realmente rápida y se queda alineado en los 25 W del Samsung Galaxy S25, por detrás de sus hermanos mayores, los S25+ y S25 Ultra que han aspirado a mejorar un poquito este apartado con sus 45 W.
Vía libre para Apple
Si Apple sabe aprovechar la oportunidad, tiene en sus manos un balón de oro: dotar al iPhone 17 Air con una batería de silicio y carbono para no castigar su autonomía.
Samsung le ha dejado libre el carril de aceleración, al menos, en su móvil ultrafino. Veremos qué pasa con los Galaxy S26 del próximo año.
En Xataka Móvil | El litio de las baterías de los móviles busca sucesor: estos son los mejores candidatos
En Xataka Móvil | El Galaxy S25 Edge no es la excepción. La nueva obsesión de Samsung es que todos sus móviles sean los más delgados del mundo
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La noticia
La batería del Samsung Galaxy S25 Edge es un viaje al pasado: ni silicio-carbono ni carga realmente rápida
fue publicada originalmente en
Xataka Móvil
por
Noelia Hontoria
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