La Andalucía sin luz: barrios donde los apagones ya son costumbre

Entre mayo y noviembre de 2024, se contabilizaron 1.964 interrupciones de suministro eléctrico solo en el Polígono Sur.

May 2, 2025 - 05:38
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La Andalucía sin luz: barrios donde los apagones ya son costumbre

Mientras la mayoría de los hogares españoles recuperaban la luz tras el apagón nacional del pasado lunes, decenas de barrios sevillanos pasaron una jornada más habitual. En zonas como Palmete, Torreblanca, Los Pajaritos, Polígono Sur o Padre Pío, los cortes eléctricos no son algo excepcional. Sus vecinos ya están “acostumbrados” a vivir sin saber cuándo volverá la luz.

Entre mayo y noviembre de 2024, la asociación vecinal Nosotros también somos Sevilla contabilizó 1.964 interrupciones de suministro eléctrico solo en el Polígono Sur. Esto equivale a más de 10 cortes diarios. Pese a ser una cifra alarmante, para los residentes ya no es sorpresa.

Desde el Comisionado del Polígono Sur, Jaime Bretón explica en conversación con Vozpópuli que el principal motivo de estos cortes se encuentra en las numerosas plantaciones de marihuana ilegales. La gran cantidad de energía que requieren provoca destrozos en los cuadros eléctricos o incluso en centros de transformación, donde la asistencia de equipos técnicos es necesaria.

A esto se añade, según Bretón, la presión que ejercen los narcos sobre las familias afectadas, a quienes pueden llegar a extorsionar para que no avisen a Endesa y el “apaño” lo haga otro de forma extraoficial. Hablamos de “gente mayor, personas frágiles, electrodependientes que se ven en la obligación de ir al hospital más cercano”.

Sin embargo, descarta que estos problemas vengan derivados de una infraestructura anticuada en la zona, ya que, según el comisionado, “Endesa ha realizado una inversión de tres millones de euros en los últimos años para renovar el sistema”. Una afirmación que choca frontalmente con el testimonio de otras asociaciones y la realidad de otras zonas de Sevilla.

Palmete, San Jerónimo, Torreblanca…

Los fallos aumentan en períodos de mayor actividad eléctrica, como el invierno o el verano, momentos para los que los vecinos ya están preparados. Dispositivos de emergencia como baterías auxiliares, cocinas de gas, equipos de iluminación, etc., forman parte del día a día en muchos hogares.

La plataforma Barrios Hartos, que aglutina a vecinos de las zonas afectadas, ha canalizado esta frustración en una serie de movilizaciones que reclaman soluciones estructurales. En declaraciones a este diario, Víctor Manuel indica que hay ocasiones en las que estas interrupciones pueden llegar a durar hasta 12 horas. “Nuestras barriadas tienen la infraestructura eléctrica de los años 60, la cual no se ha renovado y, por lo tanto, no aguanta el tipo en los picos de energía”, lamenta el portavoz.

Otra cuestión es la de las plantaciones de marihuana, un tema sobre el que Manuel acusa a las empresas de utilizar como excusa. “Si alguien le está robando a la empresa, son ellos los que se tienen que adaptar a la situación. De hecho, el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía así lo ha determinado: no es problema del cliente que la compañía sufra robos”.

Efectivamente, Endesa lo atribuye a esa causa. Según la compañía, cada cultivo puede equivaler al gasto de 80 viviendas. En transformadores como el de Torreblanca, con capacidad para 1.400 clientes pero solo 204 contratos registrados, la sobrecarga ha sido tan elevada que se ha llegado incluso a incendiar la instalación.

A pesar de que Endesa afirma haber invertido más de 12 millones de euros desde 2020 para renovar infraestructuras en estos distritos, los resultados siguen sin notarse, aseguran los residentes. Los cortes no cesan y la desesperación crece. Muchas familias han optado por instalar paneles solares con baterías, a pesar del elevado coste que supone esta solución.

El Ayuntamiento de Sevilla, por su parte, alega tener “competencias limitadas” y afirma haber mediado entre las partes en busca de soluciones. Sin embargo, desde Barrios Hartos denuncian que las reuniones con las administraciones se han traducido en pocos avances concretos.

Con el verano cercano, la preocupación aumenta. A pesar de las promesas, la realidad de estos barrios sigue marcada por velas, linternas, alimentos desperdiciados y electrodomésticos averiados. Para más de 38.000 sevillanos, la luz se ha convertido en un lujo inestable y la indignación, en un estado permanente.