Junts quiere volver a ser amigo de las empresas
Junts, el partido del prófugo Carles Puigdemont, quiere alejarse de la imagen de independentista irredento echado al monte que ha dado desde que lanzó el procés. Quiere recuperar la imagen de business friendly de la antigua CiU, el llamado «sector negocis» del partido tradicional de la burguesía emprendedora catalana, que había perdido por la enajenación de una independencia … Continuar leyendo "Junts quiere volver a ser amigo de las empresas"

Junts, el partido del prófugo Carles Puigdemont, quiere alejarse de la imagen de independentista irredento echado al monte que ha dado desde que lanzó el procés. Quiere recuperar la imagen de business friendly de la antigua CiU, el llamado «sector negocis» del partido tradicional de la burguesía emprendedora catalana, que había perdido por la enajenación de una independencia imposible.
Uno de los primeros movimientos en ese sentido fue su oposición frontal a la OPA del BBVA sobre el Banco Sabadell, no sólo por defender el «sistema financiero catalán» (sic), sino a todas las pequeñas y, sobre todo, medianas empresas de la comunidad que se van a quedar huérfanas si desaparece el banco español más especializado en ese segmento tras la caída del Popular.
Por supuesto, los de Puigdemont han corrido a ponerse la medallita del regreso de la sede del Sabadell a Cataluña, aunque eso se haya pactado con el Gobierno central. Pero bueno, al final Pedro Sánchez depende de ellos, así que…
Pero desde entonces el giro del partido se ha intensificado, según fuentes bien enteradas del mundo económico barcelonés. Así, ha estrechado relaciones con la patronal Foment del Treball del ex de Unió Josep Sánchez Llibre, quien visita a Puigdemont en Bélgica con asiduidad. A través de él, transmite a las empresas esta nueva imagen pro-negocios de Junts. No es el único. «Todo el que es alguien en el mundillo económico catalán pasa por Waterloo».
Asalto a Renfe
Hasta Yolanda Díaz ha querido hacer el paseíllo para tratar de convencerle de que apoye la reducción de la jornada laboral en contra precisamente de Foment y del empresariado catalán. Esa batalla aun no está decidida, por cierto.
Pero esta nueva estrategia no se limita a Cataluña, sino también a las empresas estatales… del «Estado español». El último ejemplo es Renfe, en cuyo consejo Junts ha metido a Eduard Gràcia, profesor de Economía internacional y reconocido independentista, aprovechando el acuerdo con Moncloa para traspasar Rodalies a la Generalitat (traspaso que ha parado Óscar Puente para frenar una huelga de empleados -en el Estado siempre se vive mejor- pero tras garantizar a ERC que Cataluña mandará en la futura empresa conjunta).
Detrás de este nombramiento se encuentran Antoni Castellà, actualmente vicepresidente de Junts procedente de la antigua Unió, como Sánchez Llibre, y David Madí, el número dos de Artur Mas cuando cogió las riendas de Convergència tras la salida de Jordi Pujol. Todos ellos declarados independentistas, por supuesto, pero que no hacen ascos a pisar moqueta en Madrid para demostrar quién manda en España.
Esta entrada en Renfe ha provocado un ataque de cuernos a ERC, el otro partido que pelea por el favor de Sánchez, si bien sin poner nunca pegas ni condiciones para aprobarle sus medidas. El ínclito Gabriel Rufián respiró por la herida: «La derecha catalana se aprovecha. Nos machacan por el traspaso de Rodalies mientras ellos meten a sus amigos en el consejo de administración de Renfe. Señora Nogueras, ruedas de prensa con la bandera de España no, pero meter a sus amigos en empresas españolas sí, eh».
Aena y Enagás
Renfe no es la única empresa estatal en la que Junts ha entrado últimamente. En Aena -presidida por Maurici Lucena, del PSC- Puigdemont también ha colocado a un hombre de su confianza, Ramon Tremosa, ex conseller de Empresa con Quim Torra, profesor de la Universidad de Barcelona y uno de los principales autores de la tesis del «Espanya ens roba». E independentista también, claro está.
Lo más curioso del caso Tremosa es que también era ardiente defensor del traspaso de la gestión del Aeropuerto del Prat a Cataluña. De hecho, en sede parlamentaria acusó a Aena de imponer un “chantaje unilateral” y de dar un trato “colonial” a Cataluña. Pero pelillos a la mar, rectificar es de sabios cuando se trata de impulsar la nueva imagen de Junts. Y de cobrar, claro. La pela es la pela.
Otro ejemplo es el de Elena Massot en Enagás. Heredera del imperio inmobiliario de su padre, Felip Massot, también viene a representar los intereses de los nacionalistas en la red de gas española. Que no quede ninguna infraestructura estatal sin controlar.
La CNMC y la OPA
Pero quizá el nombramiento más relevante en el contexto actual sea el de Pere Soler en la CNMC (Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia), el organismo que debe poner las condiciones para aprobar la OPA del BBVA sobre el Sabadell.
Soler es conocido porque era el director general de los Mossos d’Esquadra durante el intento de golpe del 1 de octubre del 2017, en el que la policía autonómica se puso de perfil. También fue director general de Servicios Penitenciarios de la Generalitat entre 2013 y 2016, y director general de la Autoridad Catalana de la Competencia (ACCO) entre mayo y noviembre del 2022, donde se supone que aprendió algo sobre esta materia.
Como se ha dicho más arriba, Junts se ha opuesto frontalmente desde el princpio a la OPA, así que se supone que Soler presionará para que las condiciones sean lo más duras posible. Como también adelantó OKDIARIO, se espera que sean duras pero asumibles, que prolongue el período en que el BBVA debe mantener las condiciones a los clientes del Sabadell (hasta 3 o incluso 5 años) pero no indefinidamente.