John Cena vuelve a ser campeón de la WWE en un decepcionante WrestleMania 41 salvado por dos combates legendarios
El evento de lucha libre más importante del año estuvo en esta ocasión repleto de luces y sombras.

Este fin de semana, el mundo de la lucha libre se paralizó para poner toda su atención en WrestleMania, el evento más grande del año en la industria del entretenimiento deportivo, que de nuevo ha dejado mucho que comentar, analizar, celebrar y criticar.
El combate más esperado, el estelar de la noche dos, vio cómo John Cena volvió a conquistar el Campeonato de la WWE, ascendiendo a la cima del wrestling por primera vez desde 2017. Su victoria ante Cody Rhodes, en una pelea decepcionante y falta de sustancia, supone su decimoséptimo reinado (récord de la compañía) como campeón mundial, pero dada la ausencia de The Rock, crucial en la historia, y la participación del rapero Travis Scott evitaron que la campanada final a esta temporada de pressing catch alcanzase las cotas prometidas.
WrestleMania 41 es el primero en ser emitido en Netflix en todo el mundo. La lucha libre está al alza, el producto televisivo enamora y la audiencia potencial es la más extensa de la historia, algo indiscutiblemente positivo para la WWE, que se ha dejado llevar, quizá demasiado, por el exponencial crecimiento que atraviesa.
Prueba de ello es el maltrato público a su otro cinturón masculino de primer orden: el Campeonato Mundial de los Pesos Pesados. No fue una sorpresa para nadie que Gunther dejara paso al popular Jey Uso como campeón, pero en esta industria, las formas lo son todo. El ya excampeón austriaco, uno de los luchadores mejor valorados del planeta, se rindió en el primer choque del fin de semana ante una llave pobremente ejecutada por su rival, en una oda a las ya no malas, sino dañinas decisiones creativas que parecían haber quedado en el pasado tras la marcha forzada de Vince McMahon al frente del equipo creativo.
Pero no todo fueron problemas en WrestleMania 41. De hecho, los aficionados pueden presumir de haber presenciado al final de la noche del sábado uno de los mejores combates de la historia de la lucha libre, si no el mejor. Seth Rollins, Roman Reigns y CM Punk pusieron de manifiesto cómo el pressing catch es capaz de contar historias memorables.
En un homenaje a las carreras de los tres hombres y con el genial Paul Heyman dejando claro por qué es una de las mentes más brillantes en la historia de esta industria, la montaña rusa de movimientos espectaculares y nostalgia acabó con la traición del Hombre Sabio a Reigns y Punk, uniéndose a Rollins y dejando un momento que ya está grabado en los anales de la historia.
No se debe cerrar el repaso de este Magno Evento sin ensalzar el primer combate de la segunda noche, en el que Iyo Sky, Rhea Ripley y Bianca Belair propusieron un encuentro frenético, apasionante y de elevadísima dificultad técnica. Sky, que retuvo el Campeonato Mundial Femenino, consolidó su trono como la mejor wrestler sobre la faz de la Tierra, y junto a sus dos rivales, eliminó cualquier duda residual e injustificada sobre la calidad de la lucha libre femenina.