Jack Black y Jason Momoa protagonizan una sorprendente adaptación de Minecraft

En 2009 se lanzó Minecraft y el mundo de los videojuegos cambió para siempre. No solo es de los pocos juegos que lleva 16 años siendo actualizado regularmente, además en 2023 se llevó el codicioso título de ser el juego con más copias venidas de la historia, así que solo era cuestión de tiempo que Hollywood hiciera una película para aprovecharse de su éxito global.

Ahora que se estrena la peli Live Action de Minecraft, miles de fans están impacientes de ver cómo el juego se adapta a la gran pantalla, pero van a llevarse un gran chasco. La maldición de las adaptaciones de videojuegos vuelve a atacar, con una película sosa que no hace justicia al material original.

Lo más difícil en hacer una peli de Minecraft es la historia. Es un juego muy abierto que da total libertad al jugador, así que no hay ninguna narrativa o misiones que pudieran usar como punto de partida. Aunque ya se han hecho muy buenas adaptaciones de propiedades con el mismo problema, la película de Lego, por ejemplo, así que no es una misión imposible, pero aquí no hay mucha chicha.

La historia solo va sobre cómo los personajes tienen que ir de un sitio a otro, peleando con cualquier cosa que se encuentren e intentar recuperar un objeto antes que los malos. Pero los personajes no hacen realmente nada en estos viajes, están muy bien construidos como personajes, tienen sueños que perseguir el potencial de crecer y, pero no hay ningún esfuerzo en enseñar como crecen o se esfuerzan llegar a sus objetivos personales, aunque insisten mucho al final que son personas totalmente cambiadas aunque no se les vea como crecen.

La comedia es bastante rara, se basa solamente en la relación entre Jack Black y Jason Momoa, que tienen una extraña dinámica que no se entiende de dónde sale, porque sus personalidades no se entienden. La mayoría de los chistes se basan en ellos los dos diciendo cosas raras o pronunciando palabras de forma extraña y luego los otros personajes mirándoles raro.

Aunque sí que tiene sus pequeñas perlitas de vez en cuando, que sí que son genuinamente graciosas, son eclipsadas por chistes raros que son demasiado chocantes para ser graciosos, en vez de hacerte reír, te desconectan de la trama para preguntarte a ti mismo qué cosa acaban de decir.

Y lo más importante, ¿Cómo adapta el mundo de Minecraft? 

Pues no muy bien,  hay mucho, pero poca sustancia. Se nota como la mayoría del esfuerzo se fue en hacer que el mundo se vea bien a pesar de ser un mundo hecho de cubos con texturas hiperrealistas, los objetos físicos y el CGI son espectaculares, ahí no hay queja ni debate, pero al intentar forzar ese estilo «cúbico» sobre personas reales hace que desconectes por completo de la fantasía.

Lo que no sabes es que al hacer una peli de un videojuego no solo tienes que entender de qué va ese juego, es igual de importante es entender cómo la gente lo juega y a la comunidad que lo rodea. Por eso las películas de Sonic son tan exitosas, entienden a su público e implementan lo que saben que les gustará ver. Pero en Minecraft se conforman con mencionar palabras y enseñar objetos del juego como si tuvieran que cubrir un cupo de referencias.

La película no es muy buena, aunque sí que se podría disfrutar al menos como una de esas películas que son tan malas que son buenas. La verdad es que aunque no sea para nada los fans querían que fuera, sí que es fácil de ver, no es pesada y la historia es bastante ágil, de hecho puede que te lo pases bien de vez en cuando, pero, tristemente, se va a quedar como una de esas pelis para los peques, que sin lugar a duda la disfrutaran, y si te llevas a tu primo pequeño  a verla no se te hará muy difícil de aguantar, y te llevarás alguna que otra carcajada.

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