Interceptada en el Prat una pasajera con dos kilos de hachís en los intestinos: tardó tres días en expulsarlos en el hospital

Los ingirió divididos en 187 cilindros.

Mar 14, 2025 - 13:08
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Interceptada en el Prat una pasajera con dos kilos de hachís en los intestinos: tardó tres días en expulsarlos en el hospital

La Guardia Civil y la Agencia Tributaria han informado este viernes de que detuvieron el pasado 4 de marzo en la terminal 2 del aeropuerto del Prat a una pasajera marroquí de 44 años por tráfico de drogas. La mujer transportaba en su organismo un total de 187 cilindros de hachís, con un peso total de 2.011 gramos, hecho que suponía un grave riesgo para su vida.

Los agentes identificaron a la pasajera de un vuelo procedente de Fez (Marruecos) durante un control rutinario. La mujer presentaba un comportamiento nervioso e inusual, con respuestas incoherentes a las preguntas formuladas por los agentes, cosa que levantó sospechas sobre un posible intento de introducción de sustancias ilegales.

Ante estas circunstancias, se solicitó a la pasajera el traslado a la terminal 1, donde el médico la sometió a una prueba radiológica para comprobar si llevaba cuerpos extraños en su organismo. La mujer accedió voluntariamente y el resultado de la prueba confirmó la presencia de una gran cantidad de cápsulas en su aparato digestivo.

Esto desencadenó en su inmediata detención como presunta autora de un delito de tráfico de drogas y traslado urgente al hospital de Bellvitge, donde se activó el protocolo médico para la expulsión. El proceso, a causa de la gran cantidad de cápsulas ingeridas, se alargó durante casi tres días bajo supervisión médica para garantizar la expulsión segura y evitar complicaciones de salud. En total tenía en su interior 187 cilindros de hachís con un peso de dos kilos.

Los que realizan este tipo de transporte de droga en su organismo son conocidos como ‘boleros’ o ‘muleros’, personas que ingieren pequeñas cápsulas envueltas en materiales resistentes para evitar su disolución en el estómago, y asumir el peligro que comporta, con el objetivo de trasladarlas a través de controles aduaneros sin ser detectados.

Sin embargo, la presión, el tiempo prolongado sin expulsarlos o movimientos bruscos pueden provocar la ruptura de los envoltorios, liberando la sustancia al organismo y causando graves intoxicaciones que pueden ser mortales.