Imagina ser tan cutre como John Lennon. Imagina que 'Imagine', el himno pacifista por excelencia, naciera sobre un acto machista. Estoy leyendo la magnífica y recién publicada biografía de Yoko Ono, de David Sheef (ed. Cúpula), en donde el beatle explica él mismo su ruindad. Pero antes vayamos atrás. La artista viene de un linaje potentado tipo los Botín japos, y sus padres la trataron siempre con suma frialdad y chasco, lo que le marcó. Tampoco conectaba, en general, con la gente. Y desde este rascacielos de soledad nació una artista pionera y revolucionaria en arte conceptual, cine ('Culos') y música con sus vocalizaciones extremas entre el suspiro y la arcada. Asociada a los Fluxus de John Cage, La Monte...
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