Idealista desvela cómo es por dentro un piso del edificio Torres Blancas de Madrid: valorado en casi 4 millones

Cuando entras a Madrid por la A2 y te aproximas a la Avenida de América, empieza a dibujarse en el horizonte un edificio de formas curvas y terrazas redondeadas. Se trata, por supuesto, de Torres Blancas : una mole de hormigón armado tan icónica como discutida. Aunque es un símbolo de la arquitectura de vanguardia en España, con el paso del tiempo también ha evidenciado sus limitaciones. En 2023, Idealista visitó uno de los pisos de este edificio con el objetivo de mostrar, por dentro, cómo es vivir en una obra de arte que ha aparecido en películas, videoclips y anuncios. Pero ¿cómo es realmente una de estas viviendas por dentro? ¿Qué se encuentra uno más allá del peculiar diseño exterior? Sobra decir que Torres Blancas no es un edificio para todos los bolsillos. Diseñado por Francisco Javier Sáenz de Oiza a mediados del siglo XX, el proyecto aspiraba a reimaginar la forma de habitar en vertical, con viviendas amplias, servicios compartidos y espacios comunes que se salieran de lo convencional. El resultado fueron pisos de lujo de más de 200 metros cuadrados cuyo precio, hoy en día, puede alcanzar los 4 millones de euros. La vivienda que visitó Idealista se encuentra en una de las plantas altas del edificio y destaca por su amplitud. Dispone de tres dormitorios, tres baños, salón-comedor con cocina abierta y varias terrazas, algunas de ellas incorporadas a los espacios interiores. Aunque el edificio tiene fama de difícil para decorar —por sus formas curvas y el uso de materiales poco comunes—, el piso en cuestión ha sido reformado con una estética sobria, que respeta los elementos originales pero busca ganar en funcionalidad. El pavimento conserva el estilo de la época, con suelos de madera y detalles en piedra, mientras que las ventanas —protegidas por normativa— apenas aíslan del ruido, algo que no ha cambiado con el paso del tiempo. Eso sí, la luz natural y las vistas son uno de los grandes atractivos del inmueble, con panorámicas abiertas sobre el skyline de Madrid. Otro detalle que llama la atención es el antiguo montaplatos reconvertido en espacio de almacenaje, que comunica con lo que en su día fue un restaurante en la azotea. También destacan los techos altos, las puertas metálicas de los ascensores y una escalera de caracol que recorre toda la torre y que sigue en uso, especialmente por el personal de mantenimiento. Pese a los encantos del edificio, vivir en Torres Blancas conlleva ciertos costes añadidos. Solo en gastos de comunidad, los vecinos pagan cerca de 500 euros mensuales, a lo que hay que sumar derramas frecuentes por el mantenimiento del inmueble. No es una vivienda convencional, pero tampoco lo pretende. Es un trozo de historia de la arquitectura española, convertida, eso sí, en hogar.

Abr 4, 2025 - 23:09
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Idealista desvela cómo es por dentro un piso del edificio Torres Blancas de Madrid: valorado en casi 4 millones
Cuando entras a Madrid por la A2 y te aproximas a la Avenida de América, empieza a dibujarse en el horizonte un edificio de formas curvas y terrazas redondeadas. Se trata, por supuesto, de Torres Blancas : una mole de hormigón armado tan icónica como discutida. Aunque es un símbolo de la arquitectura de vanguardia en España, con el paso del tiempo también ha evidenciado sus limitaciones. En 2023, Idealista visitó uno de los pisos de este edificio con el objetivo de mostrar, por dentro, cómo es vivir en una obra de arte que ha aparecido en películas, videoclips y anuncios. Pero ¿cómo es realmente una de estas viviendas por dentro? ¿Qué se encuentra uno más allá del peculiar diseño exterior? Sobra decir que Torres Blancas no es un edificio para todos los bolsillos. Diseñado por Francisco Javier Sáenz de Oiza a mediados del siglo XX, el proyecto aspiraba a reimaginar la forma de habitar en vertical, con viviendas amplias, servicios compartidos y espacios comunes que se salieran de lo convencional. El resultado fueron pisos de lujo de más de 200 metros cuadrados cuyo precio, hoy en día, puede alcanzar los 4 millones de euros. La vivienda que visitó Idealista se encuentra en una de las plantas altas del edificio y destaca por su amplitud. Dispone de tres dormitorios, tres baños, salón-comedor con cocina abierta y varias terrazas, algunas de ellas incorporadas a los espacios interiores. Aunque el edificio tiene fama de difícil para decorar —por sus formas curvas y el uso de materiales poco comunes—, el piso en cuestión ha sido reformado con una estética sobria, que respeta los elementos originales pero busca ganar en funcionalidad. El pavimento conserva el estilo de la época, con suelos de madera y detalles en piedra, mientras que las ventanas —protegidas por normativa— apenas aíslan del ruido, algo que no ha cambiado con el paso del tiempo. Eso sí, la luz natural y las vistas son uno de los grandes atractivos del inmueble, con panorámicas abiertas sobre el skyline de Madrid. Otro detalle que llama la atención es el antiguo montaplatos reconvertido en espacio de almacenaje, que comunica con lo que en su día fue un restaurante en la azotea. También destacan los techos altos, las puertas metálicas de los ascensores y una escalera de caracol que recorre toda la torre y que sigue en uso, especialmente por el personal de mantenimiento. Pese a los encantos del edificio, vivir en Torres Blancas conlleva ciertos costes añadidos. Solo en gastos de comunidad, los vecinos pagan cerca de 500 euros mensuales, a lo que hay que sumar derramas frecuentes por el mantenimiento del inmueble. No es una vivienda convencional, pero tampoco lo pretende. Es un trozo de historia de la arquitectura española, convertida, eso sí, en hogar.