Hasta cien esqueletos de caballos: descubierto el mayor cementerio ecuestre romano del sur de Alemania

Los animales pertenecían a una unidad de caballería que probablemente tenía una población de más de setecientos animalesAlicante desentierra una villa romana “de incalculable valor” vinculada a la histórica Lucentum En las calles de Bad Cannstatt, el distrito más antiguo y más poblado de la ciudad alemana de Stuttgart, se ha encontrado un hallazgo arqueológico único: hasta cien esqueletos de caballos, lo que lo convierte en el mayor cementerio ecuestre romano del sur del país germano, según confirmó la Oficina Estatal de Conservación de Monumentos (LAD) del Consejo Regional de Stuttgart.  Los investigadores creen que, dada la cantidad de animales encontrados, pertenecían a una unidad de caballería que estaba estacionada en el municipio de Hallschlag en el siglo II d.C. Según sus cálculos, probablemente tenía una población de más de setecientos animales.  Cementerio de caballos romano o Schindanger Los primeros esqueletos de caballos fueron descubiertos casi de casualidad. Fue durante la construcción de bloques de apartamentos en la década de 1920. Los restos pusieron sobre la pista a los arqueólogos, que ya apuntaban que bajo el suelo podría hallarse un cementerio de caballos romano o Schindanger.  En otoño se intensificaron las excavaciones. “Los primeros huesos de caballo descubiertos se dataron aleatoriamente en el siglo II mediante el método de radiocarbono”, explica en un comunicado la arqueóloga responsable del LAD,  Sarah Roth. De acuerdo con los hallazgos, los caballos pueden asignarse a la unidad de caballería, la denominada Ala, que estuvo estacionada en el municipio alemán Hallschlag entre el 100 y el 150 d. C. aproximadamente.  Vista aérea del cementerio ecuestre Los caballos encontrados fueron enterrados aproximadamente a 400 metros del fuerte de caballería y a 200 metros del asentamiento civil. Estos animales habrían sido arrastrados uno a uno a fosas poco profundas, donde fueron enterrados acostados de lado con las piernas estiradas o dobladas.  Tras analizar los esqueletos, los investigadores no creen que los caballos muriesen simultáneamente en un evento importante, como una batalla o una epidemia, sino que habrían fallecido por enfermedad, lesiones o porque ya no podían cumplir su función como caballos militares. “Si el caballo aún pudiera caminar por sí solo, habría sido llevado al cementerio de caballos y sacrificado allí mismo para evitar tener que transportar el pesado cadáver”, sigue Roth, pero estos fueron arrastrados.  Ajuares ecuestres La mayoría de los animales fueron probablemente desechados en lugar de enterrados, aunque hubo alguna excepción. Junto a algún caballo se encontró dos jarras, una pequeña lámpara de aceite y otros ajuares funerarios típicos para humanos. “Aquí vemos un vínculo particularmente estrecho entre el dueño y su caballo. Incluso después de unos 1.800 años, el dolor por la muerte de este animal sigue siendo evidente”, resume la responsable de los trabajos.  Restos de uno de l

Abr 24, 2025 - 13:24
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Hasta cien esqueletos de caballos: descubierto el mayor cementerio ecuestre romano del sur de Alemania

Hasta cien esqueletos de caballos: descubierto el mayor cementerio ecuestre romano del sur de Alemania

Los animales pertenecían a una unidad de caballería que probablemente tenía una población de más de setecientos animales

Alicante desentierra una villa romana “de incalculable valor” vinculada a la histórica Lucentum

En las calles de Bad Cannstatt, el distrito más antiguo y más poblado de la ciudad alemana de Stuttgart, se ha encontrado un hallazgo arqueológico único: hasta cien esqueletos de caballos, lo que lo convierte en el mayor cementerio ecuestre romano del sur del país germano, según confirmó la Oficina Estatal de Conservación de Monumentos (LAD) del Consejo Regional de Stuttgart. 

Los investigadores creen que, dada la cantidad de animales encontrados, pertenecían a una unidad de caballería que estaba estacionada en el municipio de Hallschlag en el siglo II d.C. Según sus cálculos, probablemente tenía una población de más de setecientos animales. 

Cementerio de caballos romano o Schindanger

Los primeros esqueletos de caballos fueron descubiertos casi de casualidad. Fue durante la construcción de bloques de apartamentos en la década de 1920. Los restos pusieron sobre la pista a los arqueólogos, que ya apuntaban que bajo el suelo podría hallarse un cementerio de caballos romano o Schindanger

En otoño se intensificaron las excavaciones. “Los primeros huesos de caballo descubiertos se dataron aleatoriamente en el siglo II mediante el método de radiocarbono”, explica en un comunicado la arqueóloga responsable del LAD,  Sarah Roth. De acuerdo con los hallazgos, los caballos pueden asignarse a la unidad de caballería, la denominada Ala, que estuvo estacionada en el municipio alemán Hallschlag entre el 100 y el 150 d. C. aproximadamente. 

Vista aérea del cementerio ecuestre

Los caballos encontrados fueron enterrados aproximadamente a 400 metros del fuerte de caballería y a 200 metros del asentamiento civil. Estos animales habrían sido arrastrados uno a uno a fosas poco profundas, donde fueron enterrados acostados de lado con las piernas estiradas o dobladas. 

Tras analizar los esqueletos, los investigadores no creen que los caballos muriesen simultáneamente en un evento importante, como una batalla o una epidemia, sino que habrían fallecido por enfermedad, lesiones o porque ya no podían cumplir su función como caballos militares. “Si el caballo aún pudiera caminar por sí solo, habría sido llevado al cementerio de caballos y sacrificado allí mismo para evitar tener que transportar el pesado cadáver”, sigue Roth, pero estos fueron arrastrados. 

Ajuares ecuestres

La mayoría de los animales fueron probablemente desechados en lugar de enterrados, aunque hubo alguna excepción. Junto a algún caballo se encontró dos jarras, una pequeña lámpara de aceite y otros ajuares funerarios típicos para humanos. “Aquí vemos un vínculo particularmente estrecho entre el dueño y su caballo. Incluso después de unos 1.800 años, el dolor por la muerte de este animal sigue siendo evidente”, resume la responsable de los trabajos. 

Restos de uno de los caballos hallados

Pese a los primeros resultados, este cementerio ecuestre plantea nuevas preguntas que los arqueólogos esperan resolver en un futuro: cómo murieron, cuál era su tamaño, cómo se alimentaban, cuál era su utilización o de dónde procedía la primera generación. 

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