El Clásico del domingo fue una montaña rusa de emociones. Y en medio del vendaval,
Hansi Flick, que reconoció haber sufrido más de la cuenta, se mostró enérgico, pero manteniendo su sello: concentración y liderazgo. El alemán, acostumbrado a salir victorioso de los grandes retos, supo levantar el ánimo de una plantilla que venía de recibir un duro golpe en Milán. No quiso alargar la tristeza ni la frustración y con su arenga en el Giuseppe Meazza, con los futbolistas recién regresados del verde, motivó a sus jugadores para lograr un triunfo ante el
Real Madrid que les acerca al título de
LaLiga, el número 28 para la entidad.
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