Europa repliega las misiones en el exterior y se militariza para mejorar su capacidad de reacción
En los últimos años, las misiones en el exterior se han militarizado y acercado a Europa, especialmente al este.


La Unión Europea (UE) quiere hacer que sus misiones militares sean más rápidas y flexibles para aumentar su capacidad de reacción. Para ello, está tratando de reconfigurar sus misiones en el exterior con una doble estrategia: acercar las misiones a las fronteras de la UE y una mayor militarización.
- Más misiones militares. Aunque la mayoría de las misiones y operaciones de la UE en el exterior son civiles, desde 2010 las nuevas misiones son en su mayoría militares, incluida una iniciativa híbrida civil-militar, como explica Ricardo Farinha, gerente del programa de conflicto, democracia y gobernanza del think tank Carnegie Europe.
Maxime Lefebvre, ex embajador y profesor de relaciones internacionales en la ESCP Business School, advierte de que las misiones en el exterior han sido más bien “una rama armada para su política de desarrollo que un poder para intervenir militarmente”.
Más capacidad de reacción. “La agresión de Rusia contra Ucrania ha aumentado la urgencia e importancia de la movilidad militar”, señala la UE, que apunta a que está buscando “mejorar aún más nuestra capacidad para facilitar movimientos militares a gran escala y con poca antelación en el territorio de la UE”.
- A través de la cooperación de los estados miembros, la UE tiene desplegados unos 3.000 militares en misiones en varios países, y desde 2022, también en Europa, según datos del Parlamento Europeo.
Más cerca de Europa. Las misiones militares europeas son una de las principales actividades de la Unión, aunque en los últimos años ha habido un repliegue. Es decir, cada vez tienen lugar más cerca de sus fronteras y, en especial, del bloque del Este.
- De hecho, “las misiones en el Sahel han pasado a un segundo plano, y el volumen de efectivos dedicado es el mejor indicador”, explica a Newtral.es Jordi Calvo, doctor en paz, conflictos y desarrollo y coordinador de investigación del Centre Delàs.
Tras la invasión de Rusia en Ucrania, la UE ha reforzado su presencia regional, con misiones y operaciones en Ucrania, Moldavia y Armenia. En general, como apunta Farinha, la Unión Europea separa el apoyo político de sus misiones exteriores, pero Europa del este es la excepción. Las acciones relacionadas con la protección de rutas comerciales recaen en otras regiones.
- La operación Atalanta, por ejemplo, ubicada en el cuerno de África y el Océano Índico occidental, tiene el fin de prevenir y combatir la piratería, la pesca ilegal, el tráfico de drogas, armas y, en general, de proteger a los buques vulnerables que transitan la región.
En Europa del este, en cambio, se da un enfoque más amplio donde se combina la promoción de ciertas políticas y la defensa de la democracia con los aspectos de seguridad militar.
Moldavia. El país acoge desde 2023 una misión para fortalecer la gestión de crisis y amenazas híbridas, enfocadas en ciberseguridad y lucha contra la manipulación e interferencia de información extranjera. La misión ha recibido 137 millones de euros de la UE en asistencia, según el informe anual de progreso de la Brújula Estratégica.
- También en países miembros. En 2024, la UE lanzó la Operación Aspides, con base en Grecia, para garantizar una presencia naval en la zona del mar Rojo, el océano Índico y el Golfo y garantizar la libertad de navegación de los buques mercantes, según el Parlamento Europeo.
España. En el último año, ha gastado seis veces más de lo presupuestado en sus 16 operaciones militares en el exterior, que cuentan con 3.000 militares desplegados en cuatro continentes.
- El presupuesto inicial para las misiones militares en el exterior fue de 314 millones de euros en 2024. Sin embargo, en noviembre del mismo año ya se había ampliado hasta los 1.751 millones, según la Ejecución del Presupuesto del Ministerio de Hacienda.
En noviembre, la ministra de Defensa, Margarita Robles, expuso el gasto específico de algunas de estas operaciones. De ellas, casi el 69% estaba destinado a misiones de la OTAN, el 17% a operaciones de la UE y el otro 14% a misiones de paz de los cascos azules de Naciones Unidas.
Ese mismo año, España concluyó la misión en Mali. También finalizó sus operaciones de Afganistán en mayo de 2021. En cambio, desde febrero de ese mismo año, ha ido reforzando su presencia en el flanco este de Europa.
- Las Fuerzas Armadas Españolas se retiraron de Mali en mayo de 2024 tras la decisión europea de no renovar la misión. En los más de diez años que estuvo activa, España contribuyó con 8.300 efectivos, según indica el Ministerio de Defensa.
Los riesgos en el cambio de foco. Reducir la presencia en algunas zonas para reforzarla en otras puede dejar vacíos sin cubrir, como apuntaba Josep Borrell, ex alto representante de la UE. “Nos enfrentamos a un dilema en la región del Sahel en relación con nuestras misiones: ¿deberíamos retirarnos? Con los numerosos golpes de Estado militares ocurridos en los últimos años, el panorama político de la región ha cambiado profundamente, pero los intereses y desafíos de la UE no han cambiado. Desentenderse tendría un coste. Otros, incluida Rusia, podrían llenar el vacío”.
La UE está reforzando su enfoque en seguridad y las nuevas misiones en el exterior tienen un mayor carácter militar. Frente a esta situación, los expertos apuntan que sería lógico que tanto los responsables como la sociedad reflexionen sobre su propósito: “Ante estos cambios, la UE debería revisar sus principios en lugar de dejarlos de lado”.