España perderá hasta 1,2 puntos de PIB por la guerra comercial de EEUU: crecerá un 2% en 2025
El centro de análisis de Funcas ha determinado que si se llega a dar un escenario más pesimista en el que la guerra comercial y la incertidumbre se prolongan en el tiempo, el impacto de los aranceles de Trump para la economía española podría alcanzar el 1,2% del PIB, sumando el efecto en 2025 y … Continuar leyendo "España perderá hasta 1,2 puntos de PIB por la guerra comercial de EEUU: crecerá un 2% en 2025"

El centro de análisis de Funcas ha determinado que si se llega a dar un escenario más pesimista en el que la guerra comercial y la incertidumbre se prolongan en el tiempo, el impacto de los aranceles de Trump para la economía española podría alcanzar el 1,2% del PIB, sumando el efecto en 2025 y en 2026. Esto dejaría el crecimiento del PIB en el 2% este año y en el 1,4% el próximo. Por tanto, esta guerra arancelaria, en el caso de que se cumpla el peor de los escenarios, dejaría a España en una posición económica complicada, aunque, en un principio, se creía que las políticas de Trump no iban a afectar tanto a nuestro país.
Sin embargo, como ha destacado Funcas este daño a la economía no vendría por parte de las exportaciones que hace España a EEUU, sino que provendría de un daño general en Europa. «Nuestra exposición al comercio en Estados Unidos es relativamente pequeña. El daño viene del impacto si el resto de Europa se estanca o incluso se contrae, si se mantiene la incertidumbre», ha explicado el director general de Funcas, Carlos Ocaña.
El PIB procederá de la demanda interna
Con todo, Funcas estima que el crecimiento del PIB será menos equilibrado que en años anteriores, ya que procederá sólo de la demanda interna, cuya aportación será de 2,6 puntos en 2025 y 1,9 en 2026.
Por el contrario, el sector exterior restará tres décimas tanto en 2025 como en 2026, situación muy diferente a la de los tres últimos años, en los que más del 30% del crecimiento del PIB provino de este componente.
Dentro de la demanda interna destaca el fuerte avance del consumo, frente a la debilidad de la inversión, particularmente en el segmento de bienes de equipo, el más sensible al deterioro del entorno internacional.
El consumo privado crecerá a un ritmo elevado, por el incremento de la renta disponible de los hogares y el desembolso de una parte del ahorro acumulado en los dos últimos años (la tasa de ahorro de los hogares se mantuvo muy alta en 2024, el 13,6% de la renta disponible bruta).
Por su parte, el consumo público también aumentará, aunque con menos vigor que en ejercicios anteriores por la prórroga presupuestaria y el sistema de entregas a cuenta a las administraciones territoriales.
La economía española crecerá un 2,3%
Funcas también ha previsto que la economía española crecerá en 2025 un 2,3%, mientras que en 2026 será sólo de un 1,6%. Además, este centro de análisis estima que la guerra comercial restará tres décimas al crecimiento económico de este año y cuatro adicionales al del próximo.
De esta forma, en un escenario central, en el que se mantiene la actual política arancelaria, el think tank estima que el efecto de los aranceles sobre la economía española «será negativo, pero limitado», por lo que se espera que la economía española, este año, seguirá creciendo por encima del 2%. «Es un nivel indudablemente cómodo, confortable, sobre todo, si nos comparamos con lo que está ocurriendo globalmente», ha señalado Ocaña.
Desde Funcas se destaca que «el cierre de 2024 y el buen comportamiento de la economía española en el primer trimestre de este año hubieran conducido a un ajuste al alza del PIB para 2025 respecto a las previsiones de enero -cuando se estimaba un crecimiento del 2,4%-. Sin embargo, la inercia expansiva del PIB «habría sido neutralizada por la imposición de los aranceles».
En un escenario optimista
Como consecuencia de la incertidumbre por la guerra arancelaria, Funcas estima que, en un escenario relativamente optimista en el que la presión de los mercados obliga a suavizar las medidas proteccionistas, la guerra comercial restará tres décimas de crecimiento este año y cuatro adicionales el próximo. En concreto, 2,5 décimas se deberían al impacto directo de los aranceles en las exportaciones y 4,5 décimas a la desaceleración de la economía norteamericana y sus derivadas en el comercio internacional y, en particular, en los mercados europeos.
El turismo crecerá menos
Otros de los avisos de Funcas es acerca de que la escalada proteccionista hará mella en las exportaciones, sobre todo de bienes. Las exportaciones de servicios no turísticos perderán fuerza, en línea con la desaceleración de los mercados internacionales. Y el turismo crecerá menos que en años anteriores, ante la saturación observada durante el verano.
Por su parte, la inflación debería reducirse por la moderación de los precios de los productos importados debido a la apreciación del euro, el abaratamiento de los hidrocarburos y la mayor entrada de productos importados, en un contexto de creciente competencia por el cierre de facto del mercado norteamericano a las exportaciones procedentes de Asia. Así, la media anual de la tasa de inflación general se situaría, según Funcas, en el 2,3% este año y en el 1,9% en 2026. No obstante, los expertos han precisado que las eventuales represalias de la UE podrían alterar esta senda.
De momento, este escenario es coherente con un recorte de tipos por parte del BCE, de modo que el Euribor a un año bajaría al 2% a final de año y al 1,75% en 2026.
El mercado laboral perderá fuerza
De acuerdo con los expertos de Funcas, el mercado laboral perderá algo de vigor. Este centro de análisis espera la creación de 360.000 empleos netos anuales en 2025-2026, frente a un promedio de 550.000 en los dos últimos años (en términos de EPA). De su lado, la tasa de paro se reduciría hasta el 10% en 2026, seis décimas menos que en la anterior previsión.
Mientras que según las proyecciones de Funcas, el déficit público bajará hasta el 2,9% en 2025, y tres décimas menos sin contar los efectos de la DANA. Para 2026 la previsión es 2,8%. Por su parte, ante la persistencia del desequilibrio y la desaceleración de la economía, la deuda pública aún rondará el 100% del PIB, dejando poco margen de maniobra ante futuros shocks.