El virus animal que se extiende por Europa y obliga a cerrar pasos fronterizos: "Las partículas se extienden hasta 40 kilómetros"
La fiebre aftosa, una enfermedad altamente contagiosa que afecta a los animales, continúa su avance por Europa, con nuevos brotes en países como Hungría y Eslovaquia. Tras la detección de los primeros casos en Hungría a principios de marzo, recientemente se ha registrado un brote significativo en Eslovaquia, cerca de la frontera con Austria, que afectó a una granja con más de 3.000 animales. Las autoridades austriacas están tomando medidas preventivas para evitar que el virus llegue a su territorio. Se están coordinando con el Ministerio del Interior y el Ministerio de Sanidad para implementar nuevas restricciones, que incluyen el cierre de los pasos fronterizos entre Austria, Eslovaquia y Hungría, especialmente en las zonas donde no es posible realizar controles exhaustivos. Según informó a la prensa la oficina de la secretaria de Estado Ulrike Königsberger-Ludwig, estas medidas se centran principalmente en los pasos fronterizos más pequeños, aunque aún no se ha confirmado la presencia del virus en Austria. Las consecuencias de este virus animal El riesgo es elevado, ya que el virus de la fiebre aftosa es extremadamente infeccioso. Según advirtió el virólogo Norbert Nowotny, de la Universidad Veterinaria de Viena, basta con unas pocas partículas del virus para generar una infección, y el viento puede transportar estas partículas hasta 40 kilómetros. La llegada del virus a Austria obligaría al sacrificio de los rebaños infectados, lo que también pondría en peligro el estatus del país como libre de fiebre aftosa, con las graves consecuencias que esto tendría para sus exportaciones. En un intento por evitar la propagación del virus, Austria ha decidido prohibir la importación de animales y productos de Eslovaquia y Hungría, aunque, hasta el momento, no se han registrado casos en su territorio. La fiebre aftosa afecta principalmente al ganado vacuno, pero también puede contagiar a otras especies como ovejas, cabras y cerdos. El período de incubación varía entre 2 y 14 días. La fiebre aftosa El brote más reciente de fiebre aftosa en Austria tuvo lugar hace más de 40 años, en 1981. Desde principios de este año, la enfermedad ha aparecido de forma constante en diferentes países europeos. Alemania, por ejemplo, notificó un brote en búfalos a principios de enero de 2025. La fiebre aftosa es considerada una de las enfermedades animales más peligrosas debido a su alta capacidad de contagio, incluso superando a otras enfermedades como la peste porcina. Esta enfermedad está catalogada como de categoría A, lo que implica que su control requiere medidas estrictas. Entre ellas se incluyen la eliminación de los animales infectados y la creación de zonas de protección y vigilancia, que restringen el movimiento de animales y productos animales en áreas afectadas. A pesar de los esfuerzos por contener la enfermedad, la fiebre aftosa sigue siendo una amenaza constante, especialmente en África y Asia, donde continúa propagándose de manera sostenida. En Turquía, por ejemplo, se han notificado varios brotes entre 2024 y 2025.
La fiebre aftosa, una enfermedad altamente contagiosa que afecta a los animales, continúa su avance por Europa, con nuevos brotes en países como Hungría y Eslovaquia. Tras la detección de los primeros casos en Hungría a principios de marzo, recientemente se ha registrado un brote significativo en Eslovaquia, cerca de la frontera con Austria, que afectó a una granja con más de 3.000 animales. Las autoridades austriacas están tomando medidas preventivas para evitar que el virus llegue a su territorio. Se están coordinando con el Ministerio del Interior y el Ministerio de Sanidad para implementar nuevas restricciones, que incluyen el cierre de los pasos fronterizos entre Austria, Eslovaquia y Hungría, especialmente en las zonas donde no es posible realizar controles exhaustivos. Según informó a la prensa la oficina de la secretaria de Estado Ulrike Königsberger-Ludwig, estas medidas se centran principalmente en los pasos fronterizos más pequeños, aunque aún no se ha confirmado la presencia del virus en Austria. Las consecuencias de este virus animal El riesgo es elevado, ya que el virus de la fiebre aftosa es extremadamente infeccioso. Según advirtió el virólogo Norbert Nowotny, de la Universidad Veterinaria de Viena, basta con unas pocas partículas del virus para generar una infección, y el viento puede transportar estas partículas hasta 40 kilómetros. La llegada del virus a Austria obligaría al sacrificio de los rebaños infectados, lo que también pondría en peligro el estatus del país como libre de fiebre aftosa, con las graves consecuencias que esto tendría para sus exportaciones. En un intento por evitar la propagación del virus, Austria ha decidido prohibir la importación de animales y productos de Eslovaquia y Hungría, aunque, hasta el momento, no se han registrado casos en su territorio. La fiebre aftosa afecta principalmente al ganado vacuno, pero también puede contagiar a otras especies como ovejas, cabras y cerdos. El período de incubación varía entre 2 y 14 días. La fiebre aftosa El brote más reciente de fiebre aftosa en Austria tuvo lugar hace más de 40 años, en 1981. Desde principios de este año, la enfermedad ha aparecido de forma constante en diferentes países europeos. Alemania, por ejemplo, notificó un brote en búfalos a principios de enero de 2025. La fiebre aftosa es considerada una de las enfermedades animales más peligrosas debido a su alta capacidad de contagio, incluso superando a otras enfermedades como la peste porcina. Esta enfermedad está catalogada como de categoría A, lo que implica que su control requiere medidas estrictas. Entre ellas se incluyen la eliminación de los animales infectados y la creación de zonas de protección y vigilancia, que restringen el movimiento de animales y productos animales en áreas afectadas. A pesar de los esfuerzos por contener la enfermedad, la fiebre aftosa sigue siendo una amenaza constante, especialmente en África y Asia, donde continúa propagándose de manera sostenida. En Turquía, por ejemplo, se han notificado varios brotes entre 2024 y 2025.
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