El pueblo de la Sierra Morena sevillana ideal para escaparse en primavera antes del calorazo
Aunque Sevilla ciudad suele acaparar casi toda la atención turística de la provincia, con su monumental casco histórico, la Giralda, el Alcázar o la Plaza de España, fuera del núcleo urbano existen muchos otros rincones que también merecen una visita pausada. Estepa, con sus dulces tradicionales y torres barrocas, Osuna, con su legado universitario y sus calles señoriales, o Carmona, con su espectacular necrópolis romana y vistas infinitas, son ejemplos claros. Todos ellos están a menos de una hora de la capital. Pero más allá del valle del Guadalquivir, cuando se asciende hacia el norte, la provincia de Sevilla se vuelve más salvaje y montañosa. Es allí donde comienza la Sierra Morena, y dentro de ella se esconde un puñado de pueblos que ofrecen una experiencia diferente, más conectada con la naturaleza, más tranquila, pero no menos atractiva. Uno de esos pueblos es Constantina. Constantina se encuentra en pleno Parque Natural de la Sierra Norte de Sevilla, a poco más de 85 kilómetros de la capital andaluza. El trayecto en coche desde Sevilla es de aproximadamente una hora y media, por la A-4 y luego desviándose por la A-455. El paisaje cambia poco a poco a medida que se va ganando altura. Los campos de olivos y cereales van dejando paso a un relieve más abrupto, cubierto de encinas, alcornoques y quejigos. Al llegar a Constantina, uno tiene la sensación de haber entrado en otra Andalucía, una más fresca, más verde, donde el aire huele a pino y a jara, y el ritmo de vida se ralentiza. Este pueblo, con algo más de 6.000 habitantes, está situado a unos 555 metros de altitud y se organiza en torno a una ladera coronada por los restos de un castillo medieval. Las casas blancas se apiñan siguiendo el desnivel del terreno, y muchas de sus calles conservan el trazado irregular de origen árabe. Constantina ha sido históricamente un lugar estratégico, tanto por su ubicación elevada como por la fertilidad de su entorno. De hecho, fue importante en época romana, musulmana y cristiana, y eso se nota en su patrimonio. Pero más allá de los edificios históricos, el verdadero encanto de Constantina reside en su entorno natural. La Casa del Gurugú. ©Turismo de Sevilla. Una de las mejores formas de conocer Constantina es, simplemente, caminando. Pasear por su casco antiguo es ya una actividad en sí misma. Hay que perderse por la calle Mesones, ver la iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación, asomarse al mirador de la calle Álamos o subir hasta el castillo para tener una panorámica de toda la sierra. O hacerlo a la Casa del Gurugú, una casa-palacio de principios del siglo XX en la parte alta del pueblo, que actúa como monasterio. Pero lo que realmente convierte a Constantina en un destino especial es todo lo que se puede hacer fuera del núcleo urbano. El Parque Natural de la Sierra Norte ofrece una cantidad sorprendente de rutas de senderismo, caminos señalizados y pistas forestales que permiten explorar un paisaje de dehesas, arroyos y bosques autóctonos. Vistas de Constantina. ©Turismo de Sevilla. Hay rutas para todos los niveles. Una de las más conocidas es la del Cerro del Hierro, una antigua explotación minera reconvertida en paraje natural que parece sacado de otro planeta, con formaciones kársticas de formas imposibles. También se puede hacer la Vía Verde de la Sierra Norte, que aprovecha el antiguo trazado ferroviario y permite recorrer en bicicleta o a pie varios kilómetros entre encinas, túneles y antiguas estaciones. Acceso al castillo –en ruinas– de Constantina. ©Turismo de Sevilla. Para los que buscan algo más tranquilo, existen áreas recreativas como la del Nacimiento del Huéznar, donde además de caminar entre alisos y chopos junto al río, se puede disfrutar de pequeñas cascadas y pozas cristalinas. La primavera es, sin duda, el mejor momento para visitar Constantina y su entorno. Las temperaturas son suaves, los días largos, y el campo está en su máximo esplendor. Todo florece, los riachuelos bajan con más agua y el verde domina el paisaje. Panorámica de Constantina. ©Turismo de Sevilla. Además, en estos meses se celebran varias fiestas tradicionales, como la Semana Santa, muy sentida en el pueblo, o las romerías que llenan los caminos de peregrinos y carrozas. Para los aficionados a la fotografía, al senderismo o simplemente a respirar aire puro, esta época del año es ideal. Imágenes | Turismo de Constantina / Turismo de Sevilla En DAP | A 40 minutos de Cádiz y a una hora de Sevilla: el pueblo blanco que lo tiene todo para una escapada de Navidad - La noticia El pueblo de la Sierra Morena sevillana ideal para escaparse en primavera antes del calorazo fue publicada originalmente en Directo al Paladar

Aunque Sevilla ciudad suele acaparar casi toda la atención turística de la provincia, con su monumental casco histórico, la Giralda, el Alcázar o la Plaza de España, fuera del núcleo urbano existen muchos otros rincones que también merecen una visita pausada. Estepa, con sus dulces tradicionales y torres barrocas, Osuna, con su legado universitario y sus calles señoriales, o Carmona, con su espectacular necrópolis romana y vistas infinitas, son ejemplos claros.
Todos ellos están a menos de una hora de la capital. Pero más allá del valle del Guadalquivir, cuando se asciende hacia el norte, la provincia de Sevilla se vuelve más salvaje y montañosa. Es allí donde comienza la Sierra Morena, y dentro de ella se esconde un puñado de pueblos que ofrecen una experiencia diferente, más conectada con la naturaleza, más tranquila, pero no menos atractiva. Uno de esos pueblos es Constantina.
Constantina se encuentra en pleno Parque Natural de la Sierra Norte de Sevilla, a poco más de 85 kilómetros de la capital andaluza. El trayecto en coche desde Sevilla es de aproximadamente una hora y media, por la A-4 y luego desviándose por la A-455.
El paisaje cambia poco a poco a medida que se va ganando altura. Los campos de olivos y cereales van dejando paso a un relieve más abrupto, cubierto de encinas, alcornoques y quejigos. Al llegar a Constantina, uno tiene la sensación de haber entrado en otra Andalucía, una más fresca, más verde, donde el aire huele a pino y a jara, y el ritmo de vida se ralentiza.
Este pueblo, con algo más de 6.000 habitantes, está situado a unos 555 metros de altitud y se organiza en torno a una ladera coronada por los restos de un castillo medieval. Las casas blancas se apiñan siguiendo el desnivel del terreno, y muchas de sus calles conservan el trazado irregular de origen árabe.
Constantina ha sido históricamente un lugar estratégico, tanto por su ubicación elevada como por la fertilidad de su entorno. De hecho, fue importante en época romana, musulmana y cristiana, y eso se nota en su patrimonio. Pero más allá de los edificios históricos, el verdadero encanto de Constantina reside en su entorno natural.

Una de las mejores formas de conocer Constantina es, simplemente, caminando. Pasear por su casco antiguo es ya una actividad en sí misma. Hay que perderse por la calle Mesones, ver la iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación, asomarse al mirador de la calle Álamos o subir hasta el castillo para tener una panorámica de toda la sierra. O hacerlo a la Casa del Gurugú, una casa-palacio de principios del siglo XX en la parte alta del pueblo, que actúa como monasterio.
Pero lo que realmente convierte a Constantina en un destino especial es todo lo que se puede hacer fuera del núcleo urbano. El Parque Natural de la Sierra Norte ofrece una cantidad sorprendente de rutas de senderismo, caminos señalizados y pistas forestales que permiten explorar un paisaje de dehesas, arroyos y bosques autóctonos.

Hay rutas para todos los niveles. Una de las más conocidas es la del Cerro del Hierro, una antigua explotación minera reconvertida en paraje natural que parece sacado de otro planeta, con formaciones kársticas de formas imposibles. También se puede hacer la Vía Verde de la Sierra Norte, que aprovecha el antiguo trazado ferroviario y permite recorrer en bicicleta o a pie varios kilómetros entre encinas, túneles y antiguas estaciones.

Para los que buscan algo más tranquilo, existen áreas recreativas como la del Nacimiento del Huéznar, donde además de caminar entre alisos y chopos junto al río, se puede disfrutar de pequeñas cascadas y pozas cristalinas.
La primavera es, sin duda, el mejor momento para visitar Constantina y su entorno. Las temperaturas son suaves, los días largos, y el campo está en su máximo esplendor. Todo florece, los riachuelos bajan con más agua y el verde domina el paisaje.

Además, en estos meses se celebran varias fiestas tradicionales, como la Semana Santa, muy sentida en el pueblo, o las romerías que llenan los caminos de peregrinos y carrozas. Para los aficionados a la fotografía, al senderismo o simplemente a respirar aire puro, esta época del año es ideal.
Imágenes | Turismo de Constantina / Turismo de Sevilla
-
La noticia
El pueblo de la Sierra Morena sevillana ideal para escaparse en primavera antes del calorazo
fue publicada originalmente en
Directo al Paladar
por
Jaime de las Heras
.