El PDF
Entablo una agradable conversación con un grupo de amigos sobre la situación actual; que si los políticos, la subida de precios, Trump, la riada, etc. Ya...

Entablo una agradable conversación con un grupo de amigos sobre la situación actual; que si los políticos, la subida de precios, Trump, la riada, etc. Ya saben, una de esas reuniones que alrededor de unas cervezas solemos tener todos, y en la que participan amigos que a veces gustan disfrazarse de cuñados molestos o que directamente se transforman en ayatolás de sus ideas.
Opiniones las había de todo tipo, bien es cierto que el perfil sociológico de los que conversábamos era más o menos parecido. Lo sorprendente es que todos parecían coincidir completamente en dos cuestiones: su pesimismo sobre el futuro de nuestros jóvenes y el desprestigio de la política.
Lo primero lo tenían muy claro. Las nuevas generaciones lo van a tener muy difícil. Los babyboomers vamos a dejarles un camino tortuoso en el que va a ser muy fácil perderse. El sendero que hemos subido nosotros, gracias a nuestro esfuerzo y también por lo que apretaron nuestros padres y abuelos, los jóvenes van a tener que bajarlo a regañadientes, como ocurrió con otras generaciones del pasado. Y no solo en lo económico, por la inseguridad laboral, los sueldos y la dificultad para hacerse con una propiedad, también porque el nuevo modelo de sociedad líquida (Bauman) ha acabado con todo lo que era sólido (Muñoz Molina).
La otra opinión que compartían era el desprestigio de la "clase política". Más o menos porque consideran la política un epítome de lo que una vez escuché y me dejó patidifuso: "La condición del ser humano cabe en un PDF: Poder, Dinero y F…". Dicho de otra manera, la política es todo menos un espejo donde mirarse.
No pude darles la razón porque me gusta llevar la contraria. Y como para contraatacar no hay nada mejor que los ejemplos, puse encima de la mesa la actuación de nuestros jóvenes en la crisis de la riada. Cierto es que lo van a tener complicado, pero también es verdad que ellos obedecen a su zeitgeist, al espíritu de su época, y su trabajo recogiendo barro demuestra que no todo cabe en un PDF.