El nuevo pop no es una moda
Mucho más allá de ser simplemente un género musical, el pop representa una forma de vida y es un espejo del momento. Cuando hablamos de cultura pop, ya no...

Mucho más allá de ser simplemente un género musical, el pop representa una forma de vida y es un espejo del momento. Cuando hablamos de cultura pop ya no nos limitamos a listas de éxitos o a cuadros de Warhol. Y si nos referimos a la música pop, todo ha cambiado mucho.
El nuevo pop nace en una habitación, con un portátil, una cuenta de TikTok y una comunidad que, lejos de buscar ídolos, necesita personas con las que identificarse.
Xavibo, Judeline o Ralphie Choo son nombres de artistas que han alcanzado su popularidad entre algoritmos y hashtags y rompiendo las normas clásicas. Ellos no piden permiso para hacer música y en sus letras hablan de ansiedad, identidad, desamor o euforia con una naturalidad que hace que el público conecte. Pese a que algunos los llaman "productos virales", la verdad es que lo que hacen es el grito de cualquier generación que necesita ser escuchada.
Los jóvenes de hoy no quieren la perfección. Quieren verdad. No buscan divas inalcanzables, sino divas valientes, poderosas y con voces reales que hablen su mismo idioma emocional. Por esto funcionan artistas que hace unos años habrían sido considerados raros o alternativos. Ahora, la autenticidad prima por encima del éxito radiofónico. Las canciones más compartidas son las que te abrazan el alma y no necesariamente las mejor producidas.
Los nuevos artistas hablan de ansiedad, identidad, desamor o euforia con una naturalidad que hace que el público conecte
Y mientras tanto, la inteligencia artificial se cuela por la puerta trasera. Hay cantantes fallecidos que resucitan digitalmente para interpretar nuevas canciones y existen avatares virtuales que llenan estadios sin haber nacido. Esto también es pop. Porque el pop es un collage que se alimenta de memes, de dolor real, de autotune, de referentes, de bases reguleras y letras escritas en 5 minutos pero llenas de verdad. El nuevo pop no es una moda, es una revolución que, además de sonar bonito, retumba con mensajes trascendentes.