El Gobierno pide a Adeslas subsanar un error en el documento para licitar por el servicio de Muface
La mesa de contratación constata la participación de Asisa y el grupo controlado por Mutua Madrileña y CaixaBank, que deberá aclarar aspectos relativos al pago de cotizaciones a la Seguridad Social e impuestos.

SegurCaixa Adeslas y Asisa figuran como las únicas aseguradoras que se han presentado a la licitación de Muface para los próximos tres años. Las dos compañías se harán cargo de esta mutua a partir del próximo mes de abril después de que DKV haya decidido no presentarse, siempre y cuando el grupo controlado por CaixaBank y Mutua Madrileña subsane ciertos errores en la documentación relativos al pago de cotizaciones a Seguridad Social e impuestos. Una vez lo resuelva, todo apunta a que asumirán la asistencia sanitaria de más de un millón de mutualistas.
El plazo para presentarse a la adjudicación cerró ayer, 4 de marzo, y no ha sido hasta este miércoles cuando la mesa de contratación se ha reunido para proceder a la apertura de sobres de la documentación administrativa. Según explican desde la dirección de Muface, la mesa ha enviado dicha documentación a la unidad técnica. Está previsto que la siguiente mesa se convoque el próximo 17 de marzo con el objetivo de proceder a la apertura de los sobres con las ofertas económicas y técnicas.
Desde la organización han querido trasladar un mensaje de tranquilidad y aseguran que hasta que el proceso se formalice por completo, todos los mutualistas tienen garantizada la asistencia sanitaria concertada en las condiciones actuales al amparo de la ley de contratos del sector público. Respecto a los funcionarios y familiares que hasta ahora estaban en DKV Seguros dispondrán de un plazo -aún por definir- para elegir otra de las entidades concertadas o bien optar por el servicio público de salud.
La compañía perteneciente a la alemana Munich RE ha sido una de las más cuestionado la duración del contrato por tres años, dado que agrava las pérdidas en situaciones de alta inflación, tal y como ha ocurrido en el último convenio. El grupo se desmarca por completo de Muface, incluido el ramo internacional, en el que venían prestando servicio a más de 8.000 funcionarios repartidos por 123 países. Su lugar lo ocupará Nueva Mutua Sanitaria, que ha enviado los documentos exigidos como paso previo a cerrar la adjudicación definitiva.
El Ministerio para la Transformación Digital y Función Pública ha necesitado tirar de chequera para convencer al menos a dos aseguradoras de que concurran, especialmente, en el caso de Adeslas, que era la más reticente a concurrir. Ha sido necesario un incremento de la prima superior al 41,2% y varias conversaciones a puerta cerrada para atar su continuidad. El valor del contrato total ha ascendido a 4.800 millones después de tres intentos por atar la licitación.
Esta mejora en el precio había despertado el interés de otras compañías que previamente formaban parte del concierto, como es el caso de Mapfre, si bien finalmente lo han descartado porque el modelo "no encaja en su estrategia" para el ramo de salud. La firma presidida por Antonio Huertas decidió abandonar el mutualismo hace quince años. AXA, por su parte, ha alegado razones económico-financieras para descartar su entrada en el mismo. Nunca ha participado en el mismo.
Una de las principales novedades se encuentra en el reajuste de las primas según el tramo de edad, que conlleva una ampliación de la diferencia entre lo que paga la mutua a las empresas por los colectivos más jóvenes y los más mayores. El planteamiento pasa porque las primas finalicen 2027 en un rango que oscila entre los 32,9 euros mensuales para los mutualistas de entre 5 y 14 años y los 273,73 que pagarán aquellos con más de 74 años, cantidades todas ellas exentas de IVA.
Los pliegos también contemplan una cláusula para el "restablecimiento del equilibrio económico-financiero" que permite compensar pérdidas por parte de las adjudicatarias siempre que aleguen "riesgo imprevisible" y puedan justificar un cambio extraordinario en las circunstancias, bien por un aumento de la "onerosidad" en la prestación de servicio o por la inexistencia de medios alternativos para paliar el desequilibrio.