El Gobierno envuelve de incógnitas la causa del apagón para imponer doctrina ideológica
El presidente sale en defensa de la energía renovable, atiza a las nucleares y tilda de bulos las advertencias de algunos expertos

El Gobierno ha envuelto en una gran incógnita lo que pasó en los cinco segundos previos a las 12.33 horas del lunes 28 de abril, cuando España entera se sumió en la oscuridad. Moncloa dice no saber con exactitud qué ocurrió y quiere dejar trabajar a los técnicos tanto de Red Eléctrica, como del resto de empresas del sector. Es más, ha creado varias comisiones de investigación y ha pedido informes y auditorías independientes hasta en Bruselas.
Pero lo cierto es que en ese lapso de cinco segundos, el sistema eléctrico colapsó y provocó un apagón general en todo el país que tardó 24 horas en solucionarse. En un principio, todo pareció apuntar a un ciberataque; algo que el propio Gobierno no descarta todavía. El adverso contexto geopolítico propició esa tesis. Que el propio Pedro Sánchez convocara al Consejo Nacional de Seguridad para seguir la crisis apuntaba en esa dirección.
El problema es que esa hipótesis fue perdiendo fuerza ya en la misma tarde del lunes. Y Red Eléctrica, compañía participada por el Estado e integrada en el grupo Redeia, responsable de garantizar el suministro y la conectividad, la terminó descartando este martes. También desechó la posibilidad de que el desastre energético se debiera a un error humano. Hace dos meses que la empresa alertó de la posibilidad de que se produjeran desconexiones severas en la red por el aumento de las renovables. Pero el Gobierno confronta abiertamente esa posición.
El combate entre el Ejecutivo y la compañía, dirigida por exministra socialista Beatriz Corredor, está servido. Es más, Sánchez dijo haberse enterado por los medios de comunicación de que Red Eléctrica descartó la opción del cibertaque. Esa posibilidad, que el presidente no descarta, vendría muy bien al Ejecutivo, inmerso en una campaña de gasto en defensa para llegar al 2% del PIB que permita a España confluir con el resto de aliados de la OTAN. Y es que los ciberataques son parte de la pedagogía que usa el Gobierno para convencer a la opinión pública.
El Ejecutivo inicia ahora una campaña política con la que imponer su particular visión ideológica sobre la energía. Sánchez, un reconocido negacionista de las bondades de la energía nuclear, salió este martes, en su última comparecencia en Moncloa tras el consejo de ministros, en defensa de la energía renovable. El presidente atizó a las nucleares, que dijo que fueron un problema, y tildó de bulos las advertencias de algunos expertos, que apuntan precisamente a ese exceso de generación de energía renovable en el sistema como responsable de la alteración que apagó la red eléctrica.
"De momento, no hay que dar pábulo al ruido y a la desinformación. No existen pruebas concluyentes para decir que el evento de ayer [por este lunes] fue provocado por un ataque terrorista o un boicot. Lo cierto es que nuestro sistema eléctrico ha operado como el día de ayer, con normalidad, en otros tantos momentos. No hubo problema de exceso de renovables o falta de cobertura. Cuando se produjo el apagón, la demanda era de 85.000 megawatios. Estamos hablando de una demanda relativamente baja y normal. Y, por tanto, la disponibilidad de sistemas de generación era amplia. Quienes vinculan este episodio a la falta de nucleares o mienten o demuestran su ignorancia", dijo Sánchez.
El presidente comparecerá el próximo 7 de mayo para abordar esta crisis, como le han pedido ya sus socios. Mientras, al PP le gotea el colmillo, que ya ve en el apagón otro punto de combate político con el que confrontar al Ejecutivo. Precisamente algunas comunidades populares, como Extremadura, llevan meses inmersas en una campaña para evitar el cierre de las centrales nucleares. El Gobierno español, de marcado perfil izquierdista, está en contra de mantener con vida las centrales frente a la postura de varios ejecutivos europeos que ven en esta energía una alternativa a la energía rusa que llegaba a Europa.