El euro digital, una solución 'arriesgada’ al dominio de EEUU en el sistema de pagos europeo

La alternativa propuesta por el Banco Central Europeo busca un método común para los pagos digitales en la eurozona, independiente a los grandes intermediaros que operan en el mercado. Sin embargo, la innovación que supone su aplicación despierta la cautela de algunos actores

Abr 27, 2025 - 07:26
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El euro digital, una solución 'arriesgada’ al dominio de EEUU en el sistema de pagos europeo

La creciente tendencia del uso de medios de pagos digitales que cuentan con intermediarios extranjeros en un entorno de incertidumbre ha puesto sobre la mesa el euro digital impulsado por el Banco Central Europeo (BCE). Sin embargo, lo que se lanza como una solución inédita que protegerá ante riesgos geopolíticos, reforzando la autonomía estratégica y la soberanía monetaria de la eurozona, levanta voces críticas que advierten sobre posibles riesgos.

El euro digital se plantea como el equivalente electrónico al efectivo que permitirá operar en toda la zona euro (tanto en comercios físicos como ‘online’ y de forma interpersonal) con la clara ventaja de que, frente a alternativas privadas que no abarcan todo el territorio, también se podrán realizar estos cobros y pagos sin acceso a internet. Además de ofrecer un sistema más independiente ante la guerra comercial iniciada desde el otro lado del Atlántico.

Sin embargo, esa posibilidad de llevar a cabo transacciones ‘offline’ y la oportunidad de ganar independencia y cohesión en la eurozona no son suficientes ventajas para convencer de todas las aristas de este proyecto a todos los actores políticos y económicos.

Precaución ante la innovación

Fuentes del Parlamento Europeo que están llevado a cabo la negociación llaman a la cautela ante la innovación que supone el euro digital, una alternativa que no cuenta con antecedentes históricos y cuyo resultado podría ser grave en caso de que la anticipación no fuese la correcta. La creación de un monedero público digital pone sobre la mesa el riesgo de salidas masivas de liquidez de la banca tradicional, lo que amenaza la estabilidad financiera.

Una posibilidad que, según consideran, no se mitiga con un límite establecido para mantener en ese monedero, tal y como recoge el proyecto. “La cantidad de euros digitales que los usuarios podrían mantener en sus carteras sería limitada. Con ello se aseguraría que el euro digital sea un depósito de valor seguro, similar al efectivo, lo que preservaría la estabilidad de nuestro sistema financiero y evitaría fugas de depósitos bancarios, incluso en momentos de crisis”, indica el BCE.

Para las fuentes consultadas, esta la inestabilidad no solo es un riesgo que se correrá ante posibles momentos de crisis, sino que es una posibilidad que amenaza por los efectos que pueda tener la simple absorción de un nuevo método de pago, que, además, deberá cumplir con constantes actualizaciones para seguir el ritmo del avance tecnológico. Estos cambios tampoco compaginan con los plazos legislativos exigidos en Europa, que podrían chocar con la inmediatez que se espera del proyecto.

Incentivo para el desarrollo de alternativas privadas

Sin embargo, para aquellos que se muestran reticentes a la implantación del euro digital, la iniciativa del BCE parece haber motivado a las empresas del sector privado europeo a llegar a un acuerdo para ofrecer un sistema común en la eurozona. Aunque la propuesta ya existía, en el último periodo el sector bancario europeo ha acelerado su intento de agrupar los servicios que permiten transacciones inmediatas en cada país, como competencia a la oferta estadounidense, que domina el mercado en Europa.

En esta línea, algunos actores apuestan por dar tiempo y espacio al sector privado para esquivar el riesgo de un sistema público innovador, que, según señalan fuentes parlamentarias que participan en la negociación, debería mantenerse en segundo plano, como un “plan B”. En caso de que se deba recurrir a esa solución, destacan la fuerza del servicio ‘offline’, que podría restringir el uso de este monedero digital como depósito de valor.

Ahora, el proyecto del euro digital se mantiene a la espera del desarrollo legislativo, en fase de preparación, que, según anticipa el BCE se mantendrá hasta noviembre de este año. Sin embargo, pese a las fechas preestablecidas para esta segunda fase en la que se encuentra la propuesta, el desembargo podría tardar más de lo anticipado a la esper de concluir el proceso normativo.