El Congreso regresa a la actividad este miércoles con la aprobación del nuevo escudo social
Regresa la actividad a la Carrera de San Jerónimo en un nuevo periodo de sesiones que se abrirá con un Pleno relativamente tranquilo. No se esperan sobresaltos estes miércoles, cuando sus señorías debatan la convalidación del real decreto del escudo social, que cuenta con las modificaciones pactadas por Gobierno y Junts per Catalunya el pasado martes en el minuto 93. Los independentistas, junto con el Partido Popular, exigieron al Ejecutivo que troceara el decreto ómnibus que ambas fuerzas, con la colaboración externa de Vox, tumbaron el 22 de enero. Moncoa accedió a dejar fuera del texto iniciativas de calado fiscal, mientras que mantuvo vivas todas aquellas destinadas a la mejoría del Estado del Bienestar, incluyendo también el palacete del PNV que Génova utilizó como excusa para vetar el articulado original. El pasado martes, Moncloa se convirtió en sede improvisada de una negociación para salvar el decreto social. Desde la misma semana en la que el Congreso vetó la convalidación del ómnibus -también el del gravamen energético-, el equipo de fontanería del Gobierno se arremangó para tapar la fuga de los siete de votos de Carles Puigdemont en Madrid. Las conversaciones, que se extendieron hasta prácticamente la hora de la convocatoria de un Consejo de Ministros que se vieron obligados a retrasar, llegaron a buen puerto. El ala socialista de la coalición aceptaba la tramitación de la proposición no de ley (PNL) de la cuestión de confianza de Sánchez, con una nueva redacción, y extraer del decreto ómnibus todas aquellas iniciativas de tinte fiscal. Pero aún quedaba un escollo más en la negociación: el escudo antidesahucios. O "inquiocupación", como se refieren a él las derechas. Era la línea roja de ambas partes; unos por defecto, y otros por exceso. Todo lo demás que había sobre la mesa, gustaba a los equipos, pero había que encontrar el encaje para contentar a los juntaires sin espantar a los grupos progresistas. Ahí emergió, previo consenso con el Ministerio de Vivienda, un sistema de avales para la protección de los propietarios de las viviendas que alquilen a personas vulnerables o menores de 35 años. Una medida que, por cierto, ya sugirió el presidente del Gobierno en la primera mitad del mes de enero, aunque carecía de un pilar sólido legal. Hallado el camino, sólo faltaba anunciar un acuerdo que, además, desnudaría la estrategia del Partido Popular, inmerso en el "troceo" de cada iniciativa social. Un apoyo inocuo y tardío El acuerdo pilló a los populares con el pie cambiado. En Génova ya se frotaban las manos ante lo que auguraban como otra derrota del Gobierno, que se vería abocado a utilizar el comodín de los 132 diputados conservadores para sacar a su gusto un nuevo decreto que desbloquease la revalorización de las pensiones o la bonificación al transporte. Medidas a las que el principal partido de la oposición supeditó a un segundo plano ante la afrenta que suponía devolver al Partido Nacionalista Vasco (PNV) un edificio que las fuerzas de ocupación nazis le expropiaron durante...
Regresa la actividad a la Carrera de San Jerónimo en un nuevo periodo de sesiones que se abrirá con un Pleno relativamente tranquilo. No se esperan sobresaltos estes miércoles, cuando sus señorías debatan la convalidación del real decreto del escudo social, que cuenta con las modificaciones pactadas por Gobierno y Junts per Catalunya el pasado martes en el minuto 93. Los independentistas, junto con el Partido Popular, exigieron al Ejecutivo que troceara el decreto ómnibus que ambas fuerzas, con la colaboración externa de Vox, tumbaron el 22 de enero. Moncoa accedió a dejar fuera del texto iniciativas de calado fiscal, mientras que mantuvo vivas todas aquellas destinadas a la mejoría del Estado del Bienestar, incluyendo también el palacete del PNV que Génova utilizó como excusa para vetar el articulado original. El pasado martes, Moncloa se convirtió en sede improvisada de una negociación para salvar el decreto social. Desde la misma semana en la que el Congreso vetó la convalidación del ómnibus -también el del gravamen energético-, el equipo de fontanería del Gobierno se arremangó para tapar la fuga de los siete de votos de Carles Puigdemont en Madrid. Las conversaciones, que se extendieron hasta prácticamente la hora de la convocatoria de un Consejo de Ministros que se vieron obligados a retrasar, llegaron a buen puerto. El ala socialista de la coalición aceptaba la tramitación de la proposición no de ley (PNL) de la cuestión de confianza de Sánchez, con una nueva redacción, y extraer del decreto ómnibus todas aquellas iniciativas de tinte fiscal. Pero aún quedaba un escollo más en la negociación: el escudo antidesahucios. O "inquiocupación", como se refieren a él las derechas. Era la línea roja de ambas partes; unos por defecto, y otros por exceso. Todo lo demás que había sobre la mesa, gustaba a los equipos, pero había que encontrar el encaje para contentar a los juntaires sin espantar a los grupos progresistas. Ahí emergió, previo consenso con el Ministerio de Vivienda, un sistema de avales para la protección de los propietarios de las viviendas que alquilen a personas vulnerables o menores de 35 años. Una medida que, por cierto, ya sugirió el presidente del Gobierno en la primera mitad del mes de enero, aunque carecía de un pilar sólido legal. Hallado el camino, sólo faltaba anunciar un acuerdo que, además, desnudaría la estrategia del Partido Popular, inmerso en el "troceo" de cada iniciativa social. Un apoyo inocuo y tardío El acuerdo pilló a los populares con el pie cambiado. En Génova ya se frotaban las manos ante lo que auguraban como otra derrota del Gobierno, que se vería abocado a utilizar el comodín de los 132 diputados conservadores para sacar a su gusto un nuevo decreto que desbloquease la revalorización de las pensiones o la bonificación al transporte. Medidas a las que el principal partido de la oposición supeditó a un segundo plano ante la afrenta que suponía devolver al Partido Nacionalista Vasco (PNV) un edificio que las fuerzas de ocupación nazis le expropiaron durante...
Publicaciones Relacionadas